Inazuma Eleven:LOS INICIOS [Sofía Evans]

CAPÍTULO 24:LA FINAL, EL INSTITUTO ZEUS

Pov Sofia

Vale, el estadio del torneo futbol frontier no era lo que me esperaba.

Al parecer, a último momento, Ray Dark, entrenador del instituto Zeus, había hecho un cambio de estadio. En lugar de jugar la final en el estadio frontier donde habíamos jugado todos los partidos, el lugar del encuentro sería el estadio del Zeus.
El cual era una...una...una...nose como llamarlo.

Era un estadio enorme, pero enorme enorme de verdad. Más grande que el frontier. Estaba hecho de piedra, tenía unos grandes ángeles esculpidos y volaba. El puto estadio volaba. Y no estaba hablando con coñas. EL. ESTADIO. VOLABA.

—Sabéis que si esto se cae vamos a salir por la tele y no como ganadores del torneo, ¿verdad? ¿Mark, hay seguros por caerse de un estadio volador?

—Sofía...—me reprendió Mark.

Seguramente os hayáis dado cuenta que suelto un montón de tonterías. Pues cuando estaba nerviosa era aún peor.
Pero claro, no podéis culparme. Estábamos a punto de jugar la final contra un equipo mamadísimo y encima en un estadio flotante poco seguro. A mi que no me toquen las narices pidiéndome seriedad.

Logramos adentrarnos en el estadio, viendo todo impresionados. Debía reconocer que los arquitectos habían hecho un trabajo increíble. Espero que los ingenieros también.

—Que el mismo día se cambie el lugar de encuentro de la final...—murmuró Nelly —Esto es cosa de Ray Dark

Justo en ese momento, sentimos la presencia del hombre.
Alzamos la vista, y lo vimos parado observándonos. Estaba en una especie de plataforma, de esas en la que los reyes observaban a los combatientes de los coliseos o los Juegos Olímpicos durante la antigua roma o Grecia.

De inmediato todos sentimos la tensión en el ambiente. Incluso fui capaz de ver las manos de Axel temblar. Saber que aquel hombre atropelló a tu hermana solo porque no quería que jugases...Era terrible, y su ira estaba completamente justificada.

—Mark, Sofía, tengo que contaros una cosa.—habló el entrenador Hillman mirándonos a los dos.

Asentimos con la cabeza, queriendo escuchar sus palabras.
Seguramente serían las típicas de buena suerte y que nosotros podíamos con todo. Sin embargo no me esperé nada de lo siguiente.

—Entrenador, no deberías...—comentó Nelly, palideciendo

Sin embargo el entrenador Hillman no le hizo caso, estaba decidido a comentarnos lo que sucedía. Que parecía ser mucho más grave que a simple vista.

—¿Que ocurre?—pregunté

—Debéis saber que es probable que Ray Dark estuviera involucrado en la muerte de vuestro abuelo.

Sentí los colores abandonar mi rostro, la sangre helarme como si me hubieran tirado un cubo con hielos.
Ni siquiera reaccioné con rabia, ni con llantos, ni con nada. Simplemente mi mente se quedó en blanco mientras escuchaba las fuertes respiraciones de Mark a mi lado intentando calmarse. Lo único que sentí fue mis ojos escocer.

—Se que un entrenador no debe alterar nunca a sus jugadores, y menos antes de un partido.—empezó a explicar el señor Hillman.— Pero hubiera sido un error aún mayor no decíroslo ahora. Nosotros no pudimos jugar la final por culpa de un sucio truco de Ray Dark, y eso nos afectó a todos. Maldecimos nuestro destino, caímos en el odio y al final acabamos alejándonos del futbol. Sin embargo cometimos un grave error, porque al dejarnos guiar por nuestros rencores, dejamos el futbol de lado, lo que nos unía. Por eso mismo, si creyese que vais a jugar con sentimientos de odio entonces yo renunciaría a mi puesto como entrenador y nos retiraríamos del partido ahora mismo. Porque no quiero que el odio os arrebate aquello que más os gusta en el mundo.