Inazuma Eleven:LOS INICIOS [Sofía Evans]

CAPÍTULO 58:LA CITA

Pov Tori (otra que es la primera vez que narra)

Observé la hora en mi teléfono móvil, el entrenamiento ya había acabado hacía una hora y media. Sin embargo los chicos del Inazuma Japón habían decidido seguir entrenando, disfrutando. Suspiré, en cierto modo me envidiaba Sofía, ella podía jugar, yo me motía de ganas de entrenar con ellos. Aunque Sue, a mi lado, estaba de brazos cruzados mucho más molesta que yo.

—No me lo puedo creer...—exasperó Sue. —Han terminado de entrenar y aún así siguen jugando, ¿no tienen más vida o que?

—Bueno, han llegado a la fase final del torneo de clasificación, deben estar muy entusiasmados por ello. —razoné.

—No, si ya pero...

Observé a Mark en su jugada, sacando el super puño invencible mejorado y parando el tiro que acababan de hacerle.
Era increíble lo mucho que era capaz de evolucionar aquella técnica. No por nada era una ultra super técnica del abuelo Evans.

—Con el super puño invencible, la final del torneo...—empezó a decir Mark mirando su puño con confianza.

—¿Ya la tenéis ganada? —terminó el entrenador Travis con seriedad.

Todos los jugadores dejaron de jugar volteando a ver a su entrenador, esperando las siguientes palabras que saldrían de su boca.

—En vuestro estado actual jamás conseguiréis ir al mundial. —soltó cruelmente. —Más os vale disfrutar del que será vuestro último partido.

Dejó a los jugadores ahí plantados, dejándolos para que volvieran a entrenar cada uno por su cuenta. Pero ninguno parecía tener ya los ánimos adecuados para hacerlo. Nadie dijo nada, realmente la afirmación del adulto había dejado trastocados a todos los jugadores.

En ese momento una chica preciosa apareció en el instituto. Era pálida, con una cabellera ondulada color caramelo. Por su estatura parecía ser unos años mayor que nosotros. Se acercó a todos, depositando la gran lonchera portátil en el suelo. Todos se acercaron a ella dándole las gracias, al parecer estaba ya muy relacionada con los chicos.

—¿Quien es? —preguntó Sue confusa, ya que era la primera vez que la veía.

—Es Rachel, la vecina de Austin. De vez en cuando viene a traerles almuerzos al equipo—me expliqué, acordándome de lo que me dijo Sofía un día que ambas estuvimos charlando.

—Ohh, que amable por su parte. —comentó mi amiga con una sonrisa, pero por su entrecejo fruncido supe que había algo más en su alocada mente. —Pero ¿a por quien irá esa?

—¿Que a quien? —pregunté confusa, mirando a la de cabellos azulados.

—No seas zopencas. Hacer tal cantidad de almuerzos por amor al arte no será, seguro va detrás de alguien del equipo. Te lo digo yo, a un hombre se le conquista por el estómago.

—A Sofía también. —dije recordando el apetito voraz de la chica.

—Sofía es un caso a parte.

—Desde que Erik se fue a los Estados Unidos estás todo el día viendo romances donde no los hay. —suspiré, cansada.

Eso era verdad. Erik y Bobby se habían ido a Estados Unidos, y desde entonces Sue estaba melodramática con que el amor de su vida se había ido y esas cosas. Hasta se había visto tres veces Titanic, llorando al ver como Jack se moría y asegurando que había sitio en la tabla para los dos.

—¡Mi vida es más sosa que la de Sofía! Que ya es mucho decir. Necesito romance en mi vida, no quiero terminar como ella. Porque hay que ver, rodeada de chicos guapos y a ninguno le tira el anzuelo. Esa es tonta.