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──── ᴛʜᴇ ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ ────

𝙌𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙖𝙘𝙡𝙖𝙧𝙖𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙚𝙣𝙙𝙧á 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙚𝙣𝙞𝙙𝙤 𝙚𝙭𝙥𝙡í𝙘𝙞𝙩𝙤 +18, 𝙡𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙡 𝙨𝙞𝙜𝙣𝙞𝙛𝙞𝙘𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙖𝙦𝙪𝙚𝙡𝙡𝙤𝙨 𝙡𝙚𝙘𝙩𝙤𝙧𝙚𝙨 𝙢𝙚𝙣𝙤𝙧𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙚𝙙𝙖𝙙 𝙤 𝙖 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙣𝙤 𝙡𝙚 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙚 𝙩𝙞𝙥𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙚𝙘𝙩𝙪𝙧𝙖 𝙚𝙨𝙩á 𝙞𝙣𝙫𝙞𝙩𝙖𝙙𝙤 𝙖 𝙨𝙖𝙡𝙩á𝙧𝙨𝙚𝙡𝙤 𝙤 𝙡𝙚𝙚𝙧𝙡𝙤 𝙗𝙖𝙟𝙤 𝙨𝙪 𝙥𝙧𝙤𝙥𝙞𝙤 𝙧𝙞𝙚𝙨𝙜𝙤.
𝘼ñ𝙖𝙙𝙞𝙚𝙣𝙙𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙤𝙨𝙚𝙚𝙧á𝙣 𝙪𝙣 𝙫𝙤𝙘𝙖𝙗𝙪𝙡𝙖𝙧𝙞𝙤 𝙣𝙤 𝙢𝙪𝙮 𝙘𝙤𝙧𝙧𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙮 𝙚𝙙𝙪𝙘𝙖𝙙𝙤 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙣𝙖𝙨 𝙫𝙚𝙘𝙚𝙨.

𝙎𝙚 𝙧𝙪𝙚𝙜𝙖 𝙙𝙞𝙨𝙘𝙧𝙚𝙘𝙞ó𝙣 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙡𝙚𝙘𝙩𝙪𝙧𝙖, 𝙨𝙞 𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙚𝙨
𝙙𝙚𝙨𝙖𝙜𝙧𝙖𝙙𝙖𝙗𝙡𝙚 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙪𝙨𝙩𝙚𝙙,
𝙥𝙤𝙧 𝙛𝙖𝙫𝙤𝙧 𝙨𝙞𝙢𝙥𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙨á𝙡𝙩𝙚𝙡𝙤.

𝙇𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙡 𝙩𝙖𝙢𝙗𝙞é𝙣 𝙙𝙖 𝙖 𝙖𝙘𝙡𝙖𝙧𝙖𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙨𝙚𝙧á𝙣 𝙢𝙖𝙮𝙤𝙧𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙚𝙙𝙖𝙙 𝙨𝙞𝙢𝙥𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧 𝙢á𝙨 𝙖 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙤 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙖 𝙡𝙚𝙘𝙩𝙪𝙧𝙖.

𝙋𝙤𝙧 ú𝙡𝙩𝙞𝙢𝙤 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙉𝙊 𝙨𝙚𝙜𝙪𝙞𝙧á 𝙙𝙚𝙡 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙡𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝘿𝙚𝙡𝙩𝙖𝙧𝙪𝙣𝙚 𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 2, 𝙖𝙨í 𝙦𝙪𝙚 𝙘𝙡𝙖𝙧𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙝𝙖𝙗𝙧á 𝙫𝙖𝙧𝙞𝙖𝙣𝙩𝙚𝙨 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙥𝙧𝙞𝙣𝙘í𝙥𝙞𝙖𝙡 𝙮 𝙡𝙤𝙨 𝙚𝙫𝙚𝙣𝙩𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙢𝙞𝙨𝙢𝙖.

ꜱɪɴ ᴍÁꜱ, ᴄᴏɴᴛɪɴᴜᴇᴍᴏꜱ ᴄᴏɴ ʟᴀ ʟᴇᴄᴛᴜʀᴀ.

──── ᴛʜᴇ ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ ────

Kris seguía atontado por ver a otro humano después de tanto tiempo. Tanto, que solamente se quedó mirando su mano más tiempo de lo debido.

- ¿Kris, cariño?-

La voz de su madre consiguió sacarle de su tonto trance con un pequeño salto. El nombrado alzó la cabeza inmediatamente y tragó saliva. La joven que se llamaba Dakota solamente seguía con su bonita mano alzada hacia él con una pequeña sonrisa en su rostro, esperando pacientemente por su respuesta.

- Uh, eh, si, encantado. Soy Kris. Un placer.- Y por fin, alzo su propia mano para enredarla en un suave apretón con la de ella. En esos segundos, notó la calidez y que la mano de ella era algo más pequeña que la suya propia. . . Había olvidado lo que se sentía eso, normalmente todos (y todo) era bastante más grande que él por ser para monstruos, menos mal que había pegado un buen estirón con el paso de los años.- Siento eso, solo que hacía tiempo que no veía a otro como yo, ósea humano, ósea otra persona, quiero decir. . .-

Las palabras brotaban de su boca sin quererlo, mira que siempre había sido malo para comunicarse con otras personas, pero esto le daba vergüenza ajena. Al menos, ante su revoltijo de palabras que cada vez bajaba más de tono, Toriel y la nueva inquilina soltaron una carcajada.

Kris suspiro silenciosamente. Esto si que era algo que no se esperaba.

- Bueno, ¿por que no ayudas a Dakota con sus cajas de la mudanza mientras yo hago de comer? Luego te explico yo un poco todo esto.- Pregunto Toriel hacia él, mientras se colocaba su típico delantal de cocina, guiñándole un ojo.

Kris gruño por lo bajo ante su poco discreto intento de que ambos se quedaran solos.

-. . . Si claro, sin problemas.- Musitó mientras dejaba en la mesa de la cocina su móvil y sus cascos aún conectados a él. Cuando se giró se encontró por completo con la azulada mirada de ella sobre si mismo. . . Más bien sobre donde sus ojos se deberían ver ( a pesar de que algo siempre se veían). Y cuando está de dio cuenta, rápidamente giró su cabeza y dejó la caja en el suelo, junto las escaleras. Como si eso no hubiera pasado.

- Pues muchas gracias, faltan algunas cajas que están en la parte de atrás de mi coche.- Le informó mientras ambos se dirigían a la puerta principal. En ese momento Kris se dio cuenta que era algo más alto que ella y que su voz era suave y dulce, con un pequeño acento que le pareció bonito.

Ella era bonita en general, no tenía pena en pensarlo.

Al salir y mientras ella bajaba la parte trasera de su camioneta para así saltar encima y poder llegar a las últimas cajas que estaban junto la cabina, Kris solo se dedicó a observarla discretamente a la vez que subía las mangas de su sudadera hasta los codos, por comodidad. En lo primero en lo que se fijó fue en el tono rojizo / anaranjado de su cabello ondulado, que le llegaba un poco más abajo de los omóplatos y que lo tenía recogido en una coleta baja, lo suficiente para sacar los mechones de su rostro.
Luego, en su ropa; que constaba de unos simples jeans rotos algo apretados, una sudadera gris que colgaba de su cintura y unas deportivas que se encontraban bastante de moda ahora mismo de color negro, contando claramente la camiseta de manga corta blanca con estampados aquí y allá.

Kris seguía siendo un adolescente, y se fijaba en aquello que atraía su atención.
Y ella lo hacía ahora mismo.

Dakota se acercó y le pasó una caja tras otra, las fue apilando en sus brazos hasta que ella saltó de la parte trasera de su camioneta con gracia y recogió las pocas que quedaban. Aunque eran pequeñas y no pesaban demasiado, Kris supuso que se trataba de ropa o algunos adornos mientras subían las escaleras en silencio, en dirección a la habitación en reformas que se encontraba en el mismo piso que la suya (ya que su casa tenía 2 pisos). Kris sabía que habitación era así que se dirigió a ella directamente, caminando delante de la joven mujer pero cuando ambos llegaron a la puerta, dejó que ella pasara primero.

- Gracias.- Le contestó suavemente, dándole una sonrisa que mostró uno de sus dos hoyuelos. Kris solo asintió con la cabeza, abriendo del todo la puerta con su pie.

Alzo la cabeza para ver la nueva estancia, asombrándose por lo bonita que se veía, aunque Dakota también se veía bastante asombrada por cómo era. A pesar de no estar del todo decorada y tener cajas aquí y allá, la habitación era bonita, algo más pequeña que la suya, pintada de un color crema muy claro, con una cama de matrimonio junto las ventanas en una de las esquinas, un escritorio con su propia silla donde había un portátil que supuso que era de ella, una gran alfombra con el símbolo de la familia en blanco y violeta y del otro lado 2 grandes armarios con un espejo incorporado en la esquina. También habían pequeñas estanterías aquí y allí que estaban vacías.

Dejando las cajas a un lado de la puerta, apoyadas unas en otras, pasó una de sus manos por su pelo. Colocándolo rápidamente antes de que alguna mirada furtiva de fijara en él.

Kris se quedó quieto unos segundos, pensando en todo lo que acababa de pasar. . . Vaya, parecía que esto se iba a poner interesante.

Abandonando la habitación en silencio, bajo las escaleras en dirección a su madre.
Le debía varias explicaciones.

ᴛʜᴇ ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ - 𝑲𝒓𝒊𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora