The bully and the nerd (Woosan)

572 16 27
                                    

Dos amigos se encontraban en el comedor, justo en la banca más alejada disfrutando su almuerzo.
Mingi no dejaba de contar chistes matemáticos o acertijos relacionados a la astronomía, mientras que Wooyoung no podía retener su peculiar risa, que a decir verdad ya a nadie sorprendía ni le molestaba.
El pequeño de anteojos y labios pomposos limpió restos de lagrimas a causa de reír tanto por las ocurrencias de su amigo y cuando pudo volver a respirar con tranquilidad, dió otra mordida a sus pancakes en forma de estrellas y naves espaciales que había preparado una noche anterior con mucho esmero.

—¿No crees que estás muy grandecito para comer comida con figuras tan estupidas?—Una voz muy peculiar resonó en el ambiente, haciendo que muchos alumnos, incluyendo a los dos jóvenes mirasen hacia un lado y se encontraran con dos de las personas más peligrosas de la escuela.

Un hombre rubio alto, aproximadamente de un metro con ochenta y dueño de la intimidante voz se acercó con pasos pesados hacia la banca de los amantes de la astronomía, siendo seguido por más de un par de ojos chismosos y su compañero que portaba un mullet.

Jeong Yunho, mejor conocido como el matón número dos, era uno de los más temidos y respetados de toda la escuela.
Lo habían expulsado de aproximadamente cuatro escuelas diferentes a causa de mala conducta, robo, vandalismo y según rumores, consumo de drogas.
Pese a eso tenía una muy buena reputación entre los alumnos, todo gracias a su bello rostro y su motocicleta. Era un chico "cool" y "admirable" para todo el alumnado, pero si alguien intentaba hacerle frente lo más probable es que esa persona terminase en una cita al hospital.
Por otro lado, justo detrás del rubio venía a quien muchos llamaban "el rey" de la escuela.
Un joven muy apuesto, con su cabello castaño y un mullet que resaltaba de color gris, pantalones ajustados y ojos felinos que te podrían asesinar con tan solo hacer contacto visual.
El matón número uno, satán, el rey, y muchos otros apodos eran dados a Choi San, un joven transferido de Australia hacia un ciclo atrás por razones que nadie conocía.
En un principio y claramente como era el nuevo, empezaron a surgir rumores acerca de la razón de su traslado. Por un lado se decía que había sido por vender drogas en su antigua escuela, luego se dijo que había incendiado su antiguo salón y así siguieron creando historias falsas, historias que tomaron más credibilidad cuando Choi San se vió implicado en una pelea a puño limpio con unos tipos de un grado mayor. Luego de dejarlos hospitalizados por meses, además de provocar una casi demanda, Choi fue posicionado como el rey de la escuela.
Nadie se atrevía a hacer contacto visual, tan si quiera pasar a un lado de él. Poco a poco empezaron a temerle más y el terror aumentó cuando comenzó a juntarse con Jeong Yunho, a partir de esa amistad todo se había vuelto un caos.
Toda su hoja de reportes estaba llena, abusaba de los alumnos más jóvenes y cometía otras cuantas barbaridades.
Pero era imposible correrlo del plantel y eso hacía que a Seonghwa, el presidente del consejo estudiantil le salieran canas verdes tics nerviosos.
San era un piquete en el culo, pero no tenía razones ni pruebas para expulsarlo, no si tenía tan buenas calificaciones, posicionándolo en el tercer puesto más alto del cuadro de honor además de que nadie lo delataba. Nadie se atrevía a acusar a Choi San con el director o un profesor, puesto que sabían que eso significaba una muerte segura (además de las amenazas de Choi).
San era un matón, claro que sí, pero también era inteligente y astuto.

Cuando ambos matones se encontraron frente a frente con los dos amigos que sólo disfrutaban su comida, hubo un silencio prolongado.
Mingi comenzó a temblar, puesto que los intensos ojos del rubio no dejaban de verle y eso le asustaba.
Por otra parte Wooyoung solo frunció el ceño, intentando mantener la calma lo más posible o probablemente terminaría envuelto en una pelea con Yunho, cosa que no quería.

—Deja de mirar a mi amigo como si te lo quisieras comer. Mis ojos están acá, imbecil.—Vaya bocota la de Wooyoung que no sabía callarse.

In all realities (ATEEZ one-shots) Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora