Capítulo 1

1.3K 44 312
                                    

Agh

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Agh... Un día más, un día menos...

Me levanto todos los días muy temprano, desayuno, veo en qué puedo ayudar a mis padres y me voy a la estación.

— ¡Buenos días, hijo! —Dijo mi madre, estaba preparando mi desayuno. Ella es muy amable y considerada.

—Buenos días, mamá. Ya me siento a comer, primero iré a vestirme.

—Hola, Max. Cuando termines de desayunar, ven a ayudarme con algo.

— ¡Hola, papá! Ya te ayudo.

Me fui a cambiar y luego me senté a comer, mi madre me miraba con una cálida sonrisa. Sólo las madres pueden sonreír así.

Espero tenerla para siempre.

—Le mandas saludos a mi amiga —Me dijo, se refiere a mi jefa—, dile que me enseñe a volver a ser tan bella como ella otra vez...

— ¿Por qué dices eso? Tú eres hermosa y natural.

—Hijo... Ya me estoy poniendo como una anciana de 70... —Explicó— Tan sólo tengo su misma edad y ella anda como una muchachita. Ella se maquilla espectacular, su cabello no tiene canas...

—Ella es superficial, perfecta pero físicamente. —La interrumpí y repliqué— Tú eres bella y perfecta en todos los sentidos. Ella sí necesita esos cosméticos, tú no.

—Ay, hijo... Si tú lo dices.

—Escucha a nuestro hijo, Johana —Interrumpió mi padre, me estaba buscando para ayudarlo— ¡Por algo me enamoré de ti y aún sigo enamorado! —Se acercó a mi madre y le dio un beso en la frente.

—Eehh... Si van a hacer algo, que no sea enfrente de mí. Estoy pequeño, apenas tengo 27 años.

—JAJAJAJAJA —Rieron al unísono.

¡Dios, la hora! Llegaré tarde.

— Lamento no poder ayudarte, papá. Ni lavar los platos, pero tengo que salir.

—Tranquilo. ¡Qué te vaya bien!

—Sí. ¡Adiós!

Llegué a la estación y me encontré con mi amigo Leo. Estaba sentado en mi escritorio adelantando mis deberes mientras no estaba.

— ¡Hey, Leo! ¿Qué tal todo?

— ¡Buenas noches, Max! ¡Ya terminé tu trabajo! Todo bien por aquí.

—No digas tonterías. No llegué tan tarde...

—Casi amigo, casi... Aunque me debes un favor.

—A ver... ¿Qué tipo de favor?

—Luego hablamos de eso. Por cierto, hay una chica que te está esperando en la oficina de la jefa. Está BUENÍSIMA.

—Oye, más respeto.

Razones para estar contigoWhere stories live. Discover now