En un giro inesperado, las vidas de Alysa McCartney y Max Cooper se cruzaron, sin saber que no sería una simple coincidencia.
La amistad entre ellos se fortaleció, hasta que ambos tuvieron sentimientos más profundos.
Sin embargo, alguien se enfocó e...
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Sin darme cuenta, me quedé dormida en el hombro de Maximiliano, él seguía acariciándome en la espalda mientras miraba el entorno que nos rodeaba, muy tranquilo e íntimo.
Reaccioné y me levanté, sentándome a su lado. Me preguntó que si había oído lo que me había dicho, pero le pedí que lo repitiera porque me había dormido en su hombro.
—No importa.
— ¿Por qué? Dime.
—En serio, no importa.
Insistirle tanto no bastó para que hablara, entonces caminamos por el parque. Sentí el impulso de tomar su mano mientras andábamos, pero era muy rápido. Y no somos pareja.
Rodeó su brazo alrededor de mi cuello pegándose a mí.
— ¿Tienes hambre?
—No, la verdad. ¿Y tú?
—Un poco.
Treinta minutos después salimos del parque y compró unos helados, uno de vainilla y otro de fresa.
Me contó sobre algunos casos que tuvo que atender que lo dejaron estupefacto, como una niña que fue encontrada sin vida en un bosque, y casualmente se había ido con su madre a acampar, ésta la había asesinado porque su esposo la había dejado y quería vengarse matando a la hija en común que tenían. O la vez que soñó con un hombre que estaba intentando colgarse en el patio de su casa y al siguiente día tuvo que inspeccionar el jardín de una mansión en la que "de forma voluntaria" había muerto el dueño.
Luego de conversar un buen rato, conociéndonos mucho mejor, nos despedimos. Me dejó en las afueras de mi edificio y se fue.
Academia y Agencia Golden Runway
— ¡Vieron, yo tenía razón! —Saltó Cassandra molesta— Eres demasiado ingenua, Rubí.
—Ya lo sé.
Ya sabemos quién había sido el encargado de filmarme discutiendo con Nadia para luego publicarlo en internet y dañar mi imagen pública. Por su culpa perdí dos contratos sumamente importantes para mi carrera.
Nadia me miraba con pena en silencio, el reloj del camerino marcó las 6:00 PM, ya era hora de irnos.
—El chico que vino a traer la bolsa con los chocolates va a venir a buscarme. Me llevará hasta mi casa, ¡Deséenme suerte! -Comentó Nadia recogiendo sus cosas con entusiasmo.
—Vaya, ojalá Kevin viniera a recogerme. Qué envidia -Suspiró Cassandra desanimada.
—Un chico viene a buscarme también. Lo conocí hace poco, luego les cuento con detalle.
— ¡¿Qué?! Oh no, Maximiliano rodó, pobre. ¿Y cómo se llama?
—Andrés. Ya viene en camino.
— ¡Jake se quedará sin trabajo, pobre de él también!
