Capítulo 5.- ESCONDIDAS

2K 220 73
                                    

"Que extraño" pensó el castaño antes de tomar sus mochilas y buscar una salida.

El pueblo estaba repleto de ojo-ciélagos incluso habían más que al inicio de su invasión, parecían buscar algo o a alguien.

Logró llegar al bosque luego de casi ser descubierto cuatro veces.

Caminó entre los árboles hacia la cabaña, ya quería ver la reacción de su familia cuando les llevara el alimento, estarían orgullosos, o eso esperaba.

Estando cerca de su destino escuchó unas voces inusuales, se escondió entre los árboles y vio enfrente de él a tres de los amigos de Bill: Pyronica, Kryptos, Bola 8 y Hectorgon.

- Yo ya investigué, no hay nada- habló el rombo.

- ¿Cómo sabemos que dices la verdad?- cruzó los brazos la única mujer.

- ¿Por qué lo ocutaría? Al igual que ustedes no me gusta lidiar con Bill molesto.

- Pero ya revisamos todo el lugar y no hay hayda inusual ¿Qué pudo cambiar su humor tan rápido?- cuestionaba el de bigote.

- Recapitulemos- opinó Kryptos- Forma Amorfa lo vio en el trono lanzandole maldiciones a todo lo que veia.

- Luego desapareció algún lugar desconocido- continuó Hectorgon- nadie vio adónde o con quien, solo se fue rojo de la ira por unos minutos.

- Y al volver todos lo vimos más contento que la primera vez que conquistó un universo, además de que su color era ¡Rosa!- exclamó la demonio impactada.

- ¿Qué pudo cambiar su humor tan rápido? Ya buscamos en todos lados- repitió Bola 8.

- Si pudieramos encontrar la causa de su humor lo usariamos a nuestro favor- dijo el de un ojo.

- Así nos daría más privilegios y estaria feliz siempre, seria fantástico - animó la chica.

Todos celebraban por sus ideas, mientras el niño de ojos café analizaba lo dicho ¿Y si él era la causa? Eso no podía ser posible ¿Cierto? Pero... ¿Qué otra cosa podía ser? ¿Por qué le afectó su comportamiento?

Gateó entre los arbustos para seguir su camino sin ser visto, al momento de pararse para escapar pisó una rama accidentalmente, las voces de los mounstros callaron y sintió sus miradas sobre él, se quedó quieto por el miedo aún sin voltear a verlos.

- Vaya, un humano- rompió el silencio el único de ellos que flotaba- pensé que los ojo-cielagos los habian vuelto piedra- vio como el chico se tensaban ante sus palabras- veo que nos dejaron uno para divertirnos ¿Qué deberiamos hacer con él?

- Tengo hambre, comamoslo- Bola 8 lo miraba como si fuera un trozo de carne.

- D-dejenme ir... po-por favor- pidió Dipper encogiéndose por el miedo.

- Hagamoslo más divertido- comentó nuevamente el grisáceo.

- ¿Más divertido?- preguntaron todos.

- Así es, jugaremos a los escondidas, si el humano logra sobrevivir por una hora lo dejaremos ir, si no, podremos comerlo.

- ...- Dipper lo pensó un momento antes de contestar- Está bien, espero cumplan con lo que dicen.

- Bien, tienes una ventaja de un minuto, mortal, suerte.

No esperó un segundo más para echar a la dirección contraria de donde estaba su familia, no quería arriesgar su seguridad sabiendo que lo seguían.

Se detuvo en algunas casas que encontró por ahi, una de ellas estaba destrozada y tenía un columpio en la parte trasera, rodeado de plantas frutales y decorativas, aprovechó para juntar algunas frutas.

No pudo disfrutar mucho de la tranquilidad, pues el mounstro verde estaba cerca y posiblemente había distinguido su aroma.

Se ocultó tras una pared mientras temblaba y sudaba de los nervios, cosa que no le ayudaba a pasar desapercibido.

Buscaba una forma de huir hasta que una garra se estampó a su lado haciendolo soltar un grito pequeño de la impresión, eso delató su posición... estaba perdido.

Un estruendo se escuchó, la bestia había destrozado el muro para atraparlo y antes de poder reaccionar y escapar vio todo a su alrededor volverse blanco y negro, el tiempo se detuvo y solo alguien pudo hacerlo.

- ¡Pino!- apareció Bill flotando contento a su alrededor y analizando la situación.

- ¿Bill? ¿Qué haces aquí?

- Salvarte ¿No es obvio?- dijo burlón.

- ¿Por qué? No me debes nada y no quiero hacer un trato, además ¿Qué podría ofrecerte?

- Muchas cosas, Pino, desde la ecuación para romper la barrera hasta algo más... personal.

- Pero sabes bien que no te daré nada.

- Entonces tómalo como un favor, sería muy aburrido que murieras ahora, preferiría que primero veas como conquisto tu planeta

- No lo lograrás nunca, Cipher.

- Si, lo que digas... Bueno, esta es la idea, te volveré invisible por unos minutos, el resto lo harás tú y si no corres acabará el tiempo y volverás a la normalidad.

- ¿Ok? ¿Así de fácil?

- Así de sencillo- le tocó el hombro haciendolo desaparecer- trata de no morir, no quiero ver tus intestinos tirados por ahí.

- Bien, gracias... Bill.

- Adios, niño.

Dipper retrocedió de donde estaba dejando sus mochilas para despistarlo, solo rogaba porque no las rompiera.

Camino de puntillas hacia los árboles, de ahi podría distraerlo, entrar en otra casa y ocultarse, solo faltaba un poco para ganar y podría volver por sus pertenencias para llevarlas a la cabaña, justo como su plan inicial.

Un ruido resonó en ese jardin, miro su pie para encontrar una hoja seca, volvió su vista hacia enfrente, el mounstro se hallaba justo delante suya, incluso sentia su respiración mover sus cabellos.

Se agachó lentamente para tomar una piedrita y golpear una lámina de metal, una vez tuvo suficiente espacio salió de ese rincón sin fijarse que sus zapatos dejaban tierra por donde iba, aunque ese detalle no pasó desapercibido por Bola 8

- Te encontré- habló alertando al humano, el cual al ver que corría hacia él tomó el columpio y lo aventó para golpearle, algo que no esperaba fue que lo detuviera y regresara dándole en la cabeza apesar de no verlo.

El golpe lo dejó aturdido en el suelo, volvió a ser visible y por su estado se veía vulnerable e indefenso.

Vio su vida pasar frente a sus ojos mientras la criatura caminaba tranquilo hacia él.

Queria despedise, pero de quién ¿Sus tíos? ¿Mabel? ¿Wendy? Incluso... ¿Bill?

Rió ante el pensamiento, lo había ayudado y aún así no logró vivir, quizás era más débil de lo creía ¿Por qué pensó que lo lograría? Cerró los ojos esperando su destino ¿Su último deseo? Que su familia y amigos no lloraran por su muerte ni salieran a buscarlo.

Ojalá hubiera hubiera podido hacer más, anhelaba tener la oportunidad de ayudar a los que amaba.

¿Así se siente amar? (Billdip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora