Capítulo 6.- FAVORES

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- Ni siquiera se te ocurra tocarlo- advirtió una voz que conocía muy bien.

- ¡Mi señor!- se arrodilló- este humano estaba espiandonos, no podiamos dejar que se salga con la suya- explicó.

- Ya veo ¿Qué pensabas hacerle?- preguntó yendo levantar al chico.

- Pensaba... comerlo- respondió nervioso, Bill no era amable con nadie y eso lo extrañaba.

- No vuelvas a acercarte a él- ordenó.

- Pero...

- ¿Te atreves a desafiarme?- se puso rojo de lo furioso que estaba- pensaré en tu castigo más tarde, por ahora vuelve al castillo.

- Si señor...- se retiró asustado.

- Bill...- llamó su atención el castaño, vio como volvía a ser amarillo, pero aún seguía molesto.

- Te dije claramente que no murieras- reclamó.

- Sigo vivo- aclaró.

- Buen intento, Pino, pero hubieras muerto si no hubiera aparecido, incluso pensaste en despedirte de tu familia... Y de mí- agregó volviendose de un rosa claro.

- Veo que esos mounstros tenían razón ¿Qué significa tu color rosa?

- Nada importante- no pensaba admitir que tenía extrañas sensaciones con el chico.

- Bien, ya me voy- interrumpió sus pensamientos poniéndose de pie.

- Estás muy débil- lo tomó del brazo y chasqueó los dedos apareciendo sus mochilas- no olvides tus pertenencias- habló teletranportandolos frente a la cabaña.

- ¿Cómo...?

- He sabido donde están desde el principio, solo que no puedo entrar.

- Bueno, pues creo que aquí nos despedimos.

- No tan rápido, Pino, el favor que te hice no incluía defenderte, por lo que me debes algo.

- ¿Qué? ¡Yo nunca acepté ningún trato!

- Tranquilizate, no te pediré la gran cosa.

- ¿Qué quieres?

- Quiero un beso- dijo entre serio y contento.

- ¿¡Qué?? E-eres un triangulo flotante ¿Dónde se supone que te besaré?- preguntó sonrojado.

- Aquí- señaló su ojo cerrandolo.

- ¿Por qué debería hacerlo?- cuestionó cruzando los brazos.

- No voy a obligarte, pero es lo más sencillo que puedo pedirte, solo es algo insignificante que no traerá consecuencias- argumentó

- Mm... e-está bien- aceptó con la cabeza agachada.

Lo miró con las mejillas rojas y tomó sus manos para acercarlo, su pulso era rápido y temblaban de los nervios, se inclinó para darle el beso tratando de no pensar en lo que hacía.

Sintió la "piel" del demonio, era lisa, suave y firme, una corriente electrica lo invadió al recordar qué hacía, pero se separó lentamente viendo los colores del triangulo cambiar a un rosa intenso.

- Em, Bill ¿E-estás bien?- el mencionado comenzó a flotar de un lado a otro casi soltando grititos de felicidad.

- ¡Estoy perfecto!- aclaró más calmado aunque aún eufórico.

No dejaba de sentir una inmensa felicidad al recordar los suaves labios del niño posarse en él y ver las adorables expresiones que tenía junto a sus tiernos pensamientos.

"¿Por qué está tan feliz? Se ve muy lindo así ¿Le habrá gustado el beso? ¿Me gustó a mi? ¿Por qué me pidió algo así? Debo dejar de pensar en esto" Esas eran algunas de sus conversaciones internas.

- Recuerda que puedo leer mentes, Pino- rió al ver su sonrojo aumentar.

- S-solo estoy confundido- se justificó.

- Y yo soy un demonio compasivo- bromeó.

- Eso no está muy lejos de la verdad- opinó tomando sus cosas y cruzando la barrera.

- Espero verte pronto, me gustaría repetir ese beso~

- Apenas soy un niño, no te aproveches de mi inocencia e ingenuidad- pidió dolido.

- Soy tan nuevo en esto como tú, en todos los trillones de años que he vivido nunca tuve una experiencia similar ¡Y me encantó!- expresó alegre.

- ... Gracias por todo, Bill, si nos hubieramos conocido en condiciones diferentes habriamos podido ser amigos... Lo siento, pero por mi bien debo alejarme de ti.

- Ya veremos cuanto te dura eso- habló un poco molesto para después irse.

Dipper suspiró triste para concluir su misión al entrar a la cabaña, abrió la puerta encontrándose con las miradas desaprobatorias de su familia, amigos y otros sobrevivientes, algunos molestos otros decepcionados, unos más preocupados, no hacía falta preguntar la razón.

¿Así se siente amar? (Billdip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora