Capítulo 14.- ENFERMO

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La siguiente semana la pasó encerrado en su castillo, chasqueaba los dedos todas las mañanas para aparecer una canasta de comida frente a los escondites.

No había sabido nada de Dipper en todo ese tiempo, ni siquiera lo volvió a buscar.

- ¡Mi señor!- llegó una de sus pesadillas con la respiración agitada y miedo en sus ojos.

- ¿Sucede algo?

- Encontraron a un humano en condiciones críticas, no creemos que pase la noche.

- ¿Y eso por qué debería importarme?

- Algunos dicen que es el mismo niño que usted protege.

Se levantó de su trono preocupado, no podía ser cierto, el miedo lo invadió, pidió al mounstro que se fuera luego de decirle donde se hallaba el humano, aún así, se rehusaba creer en esa posibilidad.

Una vez que se calmó fue a la cabaña del misterio, no iría al lugar sin antes comprobar que el castaño estuviera a salvo.

Apenas llegó vio salir a la gemela molesta y apuntarle con su garfio.

- ¿¡Qué le hiciste a mi hermano!?

- No sé de qué estás hablando, mejor dile que salga, necesito hablar con él.

- ¿De qué tontería estás hablando!? ¡Tú te lo llevaste hace una semana y no lo has regresado! ¿¡Donde lo tienes!?

- No... ¿No regresó?- el miedo volvió a apoderarse de él.

- ¡Devuélveme a mi hermano!- le reclamó.

Al demonio solo le tomó unos minutos reaccionar e irse a buscar al pequeño de ojos castaños.

No tardó mucho en encontrar una multitud de criaturas rodeando al humano, se abrió paso entre todos hasta llegar a su objetivo.

Forma Amorfa apartaba a los que se acercaban mientras Pyronica acariciaba sus cabellos y checaba su temperatura.

- ¡Pino!- lo llamó recibiendo un débil quejido como respuesta- ¿Qué le pasó? ¿Por que está asi?

- No lo sabemos- contestó la rosada- lo encontramos así hace una hora, apenas habla y su cuerpo se calienta cada vez más, también hace sonidos extraños con la nariz y la boca.

El niño abrió un poco los ojos, los sentía pesados y no podía enfocar bien.

- ¿B-Bill?- habló dulcemente.

- Pino... ¿Te encuentras bien? ¿Qué te sucede?

- Solo me enfermé- rió suave- estaré bien, necesito descansar y tomar... medicinas.

- ¿Medicinas? No lo entiendo.

- Llévame c-con mis tíos...

- Me matarán si te ven así.

- Te mataran de todos modos.

- Déjame curarte, solo dime qué debo hacer.

- E-está bien, debes llevarme a una cama, debe estar cálida y seca...

Dicho y hecho, aparecieron en las habitaciones del triángulo, el menor recostado en el colchón.

- ¿Ahora que hago?

- M-mi ropa... Está mojada, voy a cambiame- se trató de levantar siendo detenido por su acompañante, solo tuvo que pasar una mano por las prendas para secarlas.

- ¿Cómo te enfermaste?

- Después de irme decidí que debía estar solo, no podía volver con mi familia si a simple vista soy patético, tú lo dijiste.

- ¡Te mentí! Eres increíble, valiente, puro e inocente, temía que si te dabas cuenta de lo especial que eres me dejaras solo...

- ... Me costó mucho admitirlo, pero creo que me estoy enamorando de tí- el ser se volvió rosa ante la declaración.

- ¿Entonces... si aceptarías?

- ¿No te has dado cuenta?- el otro lo miró sin entender, dio un suspiro pesado al no recibir respuesta- Me siento cansado y no quiero discutir esto ahora.

Al día siguiente despertó con una fiebre más alta que al principio, Bill se decidió a cuidarlo, temía que fuera grave, los humanos eran muy sensibles.

Y entre tantos pensamientos lo entendió, la enfermedad del niño le abrió los ojos.

Dipper era un humano, habían miles de cosas que podrían matarlo; mientras él era un demonio y eso lo hacía inmortal

Dipper temía morir y, por lo tanto, dejarlo solo”.

¿Así se siente amar? (Billdip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora