Recuerdos, verdades y sonrisas

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Acosté a mi pequeño bebé al lado de su hermana, mi suegra había insistido en que nos quedáramos con ella y yo había accedido, ella siempre me ayudaba mucho y los niños se sentían felices a su lado, luego de la muerte de Kai, todo se había venido cuesta arriba, su muerte había sido inesperada, repentina y dolorosa, pero no sólo por el hecho de que muriera, si no por las condiciones de su muerte, mismas condiciones que no había podido compartir con nadie, ya que, no servía de nada decir o comentarlo.

Salí del cuarto de los niños y vi a mi suegro viendo una foto de su familia que colgaba de la chimenea, con cuidado me acerqué a el y vi que acariciaba la foto de Gulfie, con sus dedos tocaba el cristal y se veía triste.

- ¿Lo extrañaba mucho?, dije viendo como asentía.

-Los padres no tienen un favorito entre sus hijos, pero no puedo negar que mi pequeño Gulfie siempre fue mi debilidad, de niño era un rayo de luz, esforzado, humilde y el más alegre de todos, dijo colocando la foto en su lugar y mirándome -Pero sé que está mejor lejos de aquí, él tiene su vida en Italia y está bien que así sea.

- ¿No quiere que se venga a vivir aquí de forma definitiva?, dije sentándome a su lado y recibiendo la copa de vino que me sirvió.

-Claro que sí, es una de las cosas que más deseo, dijo bebiendo de su copa y mirando sus manos -Pero no tengo corazón para pedirle, que por darme el gusto se quede, perdiendo una parte de su propio corazón en el proceso.

De pronto la curiosidad me invadió, durante mucho tiempo me había preguntado la razón tras la partida de Gulfie, son embargo, nunca la encontré - ¿Usted sabe por que se fue?, dije viendo como el hombre bebía nuevamente de su copa y asentía.

-Gulf era luz, siempre lo fue, sin embargo, los últimos meses antes de irse de Tailandia estaba apagado, desolado y enormemente triste, dijo sin contestarme lo preguntado, no era nuevo para mí aquello, ya que, había sido testigo del deterioro de mi pequeño nong -El amor es difícil Mew, tu mejor que nadie deberías saberlo.

De pronto sentí que su mirada calaba hondo en mí, era como si pudiera ver mi alma y conocer mis secretos mas profundos, sin saber que decir, guardé silencio y me dediqué a beber.

-Tú también te apagaste un poco Mew, dijo llenando nuevamente nuestras copas -Sé de sobra que no eras completamente feliz con mi hijo.

-El era un excelente chico, dije tratando de defender nuestra relación y matrimonio -Un buen padre y amigo.

- ¿Lo dices para convencerme a mí o a ti mismo?, dijo con una sonrisa tranquila y paternal.

- ¿Por qué lo dice padre?, dije curiosos de lo que me estaba diciendo, ¿era posible que supiera más de lo que creía?

-Durante mucho tiempo me dediqué a observar a todos en mi familia sin intervenir en sus decisiones, no soy tonto Mew y conocía profundamente a mis hijos, dijo mirando a la nada y retomando el relato -Kai siempre fue caprichoso, terco y nunca se midió al momento de conseguir lo que quería, ni siquiera cuando lastimaba a quienes lo rodeaban.

De pronto entendí que este hombre tenía toda la razón, era increíble como con un par de palabras, había descrito lo que por tantos años me negué a ver, aquello que quise esconder bajo toneladas de tierra y justificaciones que sólo me comprimían el corazón y apretaban el estómago.

-Nunca tuve el valor para detenerlo, ni siquiera cuando con su actitud dañaba tanto a Gulfie, dijo secando una lágrima que se había colado de su ojo izquierdo -Pero de nada sirve llorar, debemos continuar y eso también te incluye a ti hijo.

Detrás del dolorWhere stories live. Discover now