Detrás del dolor

Una madre desde el corazón

Desperté sintiendo mi cuerpo dolorido y mi cabeza a punto de estallar, de pronto todos los recuerdos me golpearon con fuerza, cuando abrí los ojos estos dolían, estaban irritados y claramente hinchados, con cuidado me giré y vi a Mew dormir con la ecografía de mi hijo pegada a su mejilla, sus ojos también estaban rojos e hinchados y se veía acongojado e intranquilo, casi como si estuviera teniendo un mal sueño.

Con cuidado tomé la foto y la acaricié con suavidad, había hecho esto tantas veces, que la imagen tenía falta de color en algunos lados -Al fin le conté todo a tu padre mi amor, ahora tienes a los dos con tu recuerdo profundamente guardado en nuestro corazón, dije llevándola a mis labios y dejando un beso -Algún día cuando me toque partir, yo te buscaré en el cielo y te criaré como no pude hacerlo aquí, te llenaré de mimos, amor y seremos felices como cuando estabas en mi vientre.

Después de dejar la imagen en su lugar, me levanté y fui a preparar el desayuno, claramente el día anterior había sido tan fuerte y doloroso, que todos estaban rendidos en sus camas, después de alimentar a Hazard, me senté en la terraza y saqué la carta que mi madre había escrito 25 años atrás, antes de que naciera.

Querido y amado Kanawut:

Espero que realmente tu padre decida llamarte así, ya que, es el nombre que soñé ponerte desde que supe que te esperaba, la verdad las cosas no han sido fáciles, pero si muy hermosas, más desde que llegaste a mi vida.

Quiero comenzar pidiéndote perdón por haberte traído al mundo sin la estabilidad que una familia entrega, todo porque tu ilusa madre se enamoró de un hombre casado, sin embargo, no me disculparé por amarlo y haberme entregado a él, ya que, sólo gracias a eso te tengo en mi vida y nunca había estado tan feliz, como cuando me dijeron que estabas dentro de mi pancita, creciendo fuerte y feliz.

Sé que no podré acompañarte en todas las etapas de tu vida, ya que, hace unos meses me diagnosticaron un cáncer al cerebro en fase terminal, por eso mi letra se ha deteriorado y he olvidado algunas cosas, sin embargo, he decidido registrar todo en un libro que le entregaré a tu padre, para que cuando sea el momento y sólo si este llega, te lo pueda entregar.

Te he soñado tanto, que parece irreal que yo esté escribiendo esto, para que alguna vez puedas leerlo, sin embargo, espero que, si alguna vez llegas a hacerlo, no sea en un momento de dolor e ira, ya que, son emociones que espero se encuentren muy lejos de tu vida, porque no traen nada bueno hijo, tu debes ser enormemente feliz, lleno de vida y alegría, una luz que ilumine a todos quienes te rodeen, como me has iluminado a mí, desde que me elegiste como tú madre.

Sé que no hay papel que aguante todo lo que quiero que sepas, pero me conformo con que conozcas que mi amor por ti es infinito, que todos los días te he acariciado para que cuando nazcas no resientas tanto la ausencias de las caricias que no podré darte y que de dónde quiera que yo esté, siempre estaré cuidando tus pasos, celebrando tus triunfos y llorando tus penas, deseo que seas fuerte, valiente y que nunca te dejes amedrentar, por más difíciles que sean las cosas, porque no existe meta que no puedas lograr con amor, esfuerzo y dedicación, finalmente me despido dejando en estas palabras mi alma y corazón, los cuales siempre estarán contigo.

Con infinito amor, Alma Thanat.

Había leído esta carta mas de 20 veces y todas ellas había llorado con fuerza, se podía sentir tanto amor en esas palabras que calentaba mi corazón, no pude evitar pensar que, si mi madre no hubiera fallecido, hubiera recibido amor a destajo, todo el que me faltó mientras crecía.