Capítulo 6

58 5 7
                                    

Kalliena Smith

Las cosas con Tahyna no van tan bien como parecen, ella no atiende a razones cuando le digo que mis padres quieren conocer a los de ella y para que mentir yo también tengo deseos de conocerlos, a los únicos que hemos conocido es a la señora Cristal y su prometido Ambrosio Brute, cada vez que toco el tema ella lo evade y dice que está muy centrada en su carrera y que tiene exámenes, y lo entiendo ya que en su momento yo fui igual pero a ella nada le cuesta darme una razón válida, quiero que nuestra relación funcione y mis padres dejen de estar encima de nosotras. Aunque yo no es que pueda quejarme mucho el trabajo consume mi tiempo, los cuerpos que examino debido a asesinatos son una cantidad considerable y ponen en alerta a los federales y policías locales.

De todas formas, nuestra relación está un poco inestable, Tahy no me cuenta muchas cosas de su adolescencia e infancia, tampoco me cuenta porque está yendo con una psicóloga. Vamos a cumplir dos años de relación y hasta hace solo 6 meses atrás fue que conocí a la señora Cristal y al señor Brute. Cada que toco alguno de esos temas ella se pone tensa, empieza a actuar de manera extraña y cambia la conversación.

La amo y por qué lo hago es que quiero que ella confié lo suficiente en mi para poder ayudarla y apoyarla en lo que sea que ella quiera y sienta.

Escucho pasos a mi alrededor y un perfume con una fragancia a ébano entra por mis fosas nasales, suelto un suspiro antes de girar mi cuerpo, dejando de examinar el cadáver que se encuentra en la camilla dándole la cara a el invitado que no debería estar aquí.

— Señor por favor retírese de aquí, esta es zona restringida — digo con voz monótona mientras me quito los guantes.

Cuando subo mi mirada unos ojos rojos hacen que me quede paralizada y una oscuridad que no estaba empieza a consumirme, el pánico se apodera de mí, trato de moverme y no puedo, trato de hablar y gritar pero mi cuerpo no reacciona. La oscuridad termina por consumirme y lo último que veo son esos maravillosos ojos rojos.

Al acecho.

Desconocido.

Ella es tan hermosa, no puedo dejar de observarla, ante mis ojos y para mí es una diosa. Veo como las lágrimas en su rostro caen, su nariz y mejillas se encuentran rojas y como su labio inferior tiembla, estos captan mi atención y piden a gritos besados.

Todo en ella hace que mis pensamientos se desvien, aún recuerdo esa primera vez que estuvimos juntos hace casi cinco años, cuando enrede mis manos en su largo cabello negro, su olor a chocolate y naranja sigue impregnado como si hubiera sido ayer. Sus gemidos en sintonía perfecta en conjunto con los míos, el recuerdo de ello hace que mi polla cobre vida mientras sigo observándola.

Veo como sus amigos le impiden huir, como siempre hace cada que le dan una noticia que no puede procesar inmediatamente, observo como escucha lo que Lucas le dice. Aunque yo sé que ella solo está parada sin procesar nada. Formo una sonrisa de medio lado mientras los escucho hablar, su voz dolida hace que quiera llevármela y ocultarla del mundo pero qué sentido tendría si yo mismo arruino mi propio juego, por lo que controlo mi instinto respirando profundamente su delicioso aroma llega a mi nariz y nuevamente me controlo para evitar llevármela de forma brusca.

— Doctor... ¿Usted está seguro de que esos son los resultados? — su voz temblorosa no hace más que activar mi instinto de querer protegerla.

— Efectivamente, señorita Tahyna. Esos son los resultados.

— ¡No puede ser! — Dice Brend.

— ¡Mierda! — Dice Dexter.

— Usted me está queriendo decir... Doctor tiene que haber un error en todo esto — Dice mi diosa, no queriendo aceptar la realidad.

Estado de Limerencia: Obsesivo y Peligroso +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora