HAUNTED JADED EYES

Capítulo 66

Severus continuó guiando a Harry hasta sus aposentos, pensando en lo totalmente decepcionado que estaba con sus alumnos. Era bastante repugnante cómo se habían quedado dentro del castillo en lugar de ayudar. Si sus padres los hubieran visto, los habrían hecho detenerse, aunque no podía decir si les habría salvado la vida. Los Vendicatori no eran precisamente las criaturas más indulgentes, por todo lo que se sabía de ellos, que no era mucho.

Temía saber cuántos alumnos habían perecido... cuántos profesores se habían ido. Voldemort se había ido para siempre y también la mayor parte de sus seguidores. Debería sentir alivio, felicidad, había sobrevivido, Harry y su hija habían sobrevivido. Las personas más importantes para él. ¿Podría ser sólo una transferencia del shock a través del vínculo? ¿O estaba en su propio shock leve? Ni él ni Harry esperaban que la cosa se complicara tanto... o que alguno de los alumnos corriera peligro... habían supuesto que Harry y Ron saldrían por aparición de allí, salvaguardando a los alumnos, pero no.

¿Voldemort había sospechado de él? ¿Era por eso que los planes habían cambiado? ¿O es que Voldemort había decidido en el último momento que también quería Hogwarts? Supuso que la falta de aurores con sólo unos pocos profesores habría sido incitante para el mago que no había ocultado su amor y deseo de tener Hogwarts como propio.

Supuso que ya no importaba, pensó derrotado. La guerra había terminado, lo único que podían hacer era recuperarse. Ahora mismo, su única preocupación era su marido, que estaba prácticamente catatónico en sus brazos. Usando su magia, abrió sus aposentos, antes de cerrar la puerta con el pie. -Ven, vamos a bañarte, estás cubierto de sangre-. Le informó Severus, conduciéndolo inmediatamente al baño.

Por suerte, tenía pociones básicas en el armario del baño, de las que echó mano inmediatamente. Antes de dejarlo a regañadientes en el lavabo, mientras comenzaba el baño. Luego procedió a desvestir al mago empapado de sangre.

-Merlín-, murmuró Severus, ¿el Señor Tenebroso perdió toda su sangre sobre Harry? -¿Qué ha pasado?- preguntó a Harry en voz baja, con la mano buscando a ciegas la poción mientras miraba a su marido. Finalmente, su mano se aferró al grueso frasco de cristal, abriendo el corcho movió la cabeza de Harry hacia atrás y le ayudó a tragar la poción. Le frotó el cuello para asegurarse de que Harry se tragaba la poción calmante y no se ahogaba con ella.

-Me atacó-, murmuró Harry, con la voz tan baja que Severus no lo habría oído si no estuviera tan cerca. -Realmente me atacó-.

Severus entrecerró los ojos ante la palabra "atacar" -¿Físicamente?- eso seguía sin explicar toda la sangre. Era casi como si Harry se hubiera bañado en ella, incluso su pelo estaba empapado del líquido ahora seco.

-Después de que le pusiera las esposas-, Harry asintió, parpadeando de forma sombría, pero mucho más coherente de lo que había sido hace unos momentos. -No me lo esperaba...- admitió con ironía, no de alguien como Voldemort que vilipendiaba todo lo muggle.

-¿Qué te decía siempre Salazar?- Severus resopló negando con la cabeza, mientras le limpiaba toda la sangre que podía.

-Nunca subestimes a tu oponente, lo sé-, Harry suspiró resignado, apartando la mano de Severus, él era capaz de lavarse solo, gracias. -Va a estar sobre mi trasero por ello durante meses, ¿no es así?-.

-¿Meses? Ahora subestimas el aburrimiento de Salazar-, Severus se rió un poco, sacudiendo la cabeza. -Prueba con años. Ahora vete. Entra- Claramente Harry empezaba a sentirse más como él mismo ahora, y sería más que capaz de lavarse. Se sentó en el retrete, cogió el kit de pociones y empezó a ocuparse de sus propias heridas.

-Yo lo haré, sólo dame unos minutos-, le dijo Harry a Severus, haciendo una mueca de dolor por el estado de su pecho. Se restregó vigorosamente, tratando de quitarse cada gota de sangre. De la cabeza a los pies, la ropa ya sólo servía para la basura. La camiseta estaba completamente roja, sin una mota de blanco en absoluto. No es que vayan a volver a llevar el uniforme del colegio.