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Capitulo 2

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– ¿Te fue bien hoy, mi amor? – preguntó, dejando sus brazos enredados en el cuello de su Alfa.

– Por supuesto que lo fue, los inversionistas dieron paso libre a los planes que tenemos y mi padre está feliz por ello.

– Me alegro. – respondió sincero, Yugyeom lo bajó, esos los pocos centímetros de diferencia y tiró de su mano, ansioso por contarle de su plan.

Jungkook notó la ilusión en sus ojos y la culpabilidad cayó de nuevo sobre sus hombros, la idea de que le propondría pasar su celo juntos le nubló la vista, y un escalofrío recorrió su cuerpo por completo.

Yugyeom sintió el miedo de su omega, su dulce olor empañado por ese amargo sentimiento que les seguía desde algunos años atrás, apretó con cariño las manos de su omega y con una sonrisa habló.

– No quiero que te preocupes ¿si?– dijo, los ojos chocolates de su esposo tristes, y apagados.– no quiero que pienses más sobre eso, ¿ok?– sacó de su gabardina dos boletos que no pudo reconocer el destino.

– ¿Irás de trabajo de nuevo? – preguntó, con un deje de tristeza.

Yugyeom negó, una sonrisa tímida se dibujó en sus labios, apenado por distanciarse tanto de él le pidió una idea a su secretaria, Leehi encantada corrió a investigar lugares alejados de la civilización y donde se pudiera tener unas vacaciones y un par de días atrás se encargó de hacerle la reservación de aquel lugar del que se había enamorado.

– Pensé en tomar unas vacaciones– dijo– tiene mucho tiempo que no hemos estado alejados de todo esto.

Jungkook miró la habitación. Quizás era una buena idea, había memorizado las cuatro paredes de su habitación y de cada rincón de esa casa. Se sentía aprisionado.

– ¿A dónde serían?– preguntó buscando la ubicación en los tickets, pero Yugyeom los ocultó en su pecho.

– Es sorpresa, pero te recomiendo que hagas tus maletas.

– ¿Cu-Cuando partimos?–preguntó tímido.

– Mañana a primera hora,– se levantó de la cama yendo fuera de la habitación para darle tiempo en lo que se ocupaba del transporte hasta el lugar– por cierto, es un poco frío, por lo que te diría que lleves ropa abrigada y botas para escalar.

Jungkook un poco confundido asintió, caminando al armario, donde su ropa estaba y llenó su maleta.

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Cuando se detuvieron frente a la camioneta, mordió su labio intrigado.

Habían estado cerca de seis horas en un carro, de las cuales cuatro había dormido, y las otras dos sufrido por el trayecto, pues él era de estómago sensible y constantemente sufría en recorridos largos por carretera.

– ¿Tomaremos otro carro?– preguntó, la respuesta era obvia, no por nada el chofer estaban cambiando las maletas a esa otra camioneta, pero quería que alguien le confirmara.

– Si, el lugar está a solo dos horas, así que aquí nos despedimos de ellos y los veremos en dos semanas.

– ¿Dos semanas?

– Si, dije iba a tomar dos semanas de vacaciones, dejé las cosas preparadas y Hoseok accedió a ayudarme, además tiene a Yoongi y es el subdirector, no creo que tenga problema alguno, sabe cómo manejar las cosas.

– ¿Tus padres saben de esto?

– ¿Que si lo hacen? Si– miró el cielo– mamá me deseó suerte y papá pensó que sería una buena idea, dijo que me había presionado mucho con lo del bebé, que no había pensado en cómo nos sentíamos y dijo que nos tomáramos el tiempo que quisiéramos.

¿Su suegro realmente había dicho eso? Quiso replicar pero mejor se despidió del chofer, quien le sonrió y le dijo que no se preocupara por nada, y que solo disfrutaran del lugar y de la compañía. Jungkook agradeció por ello, pues sentía nervios en el interior, como si fuera su primera cita, o la primera noche que pasaban juntos, no sabía porque ese sentimiento estaba allí, pero agradecía aquel comentario, porque sin querer, le había tranquilizado.

– ¿Ya nos vamos o te despides también de la camioneta?

Jungkook rio, y caminó al asiento del copiloto y se despidió del chofer, quien también movió la mano, y se dio la vuelva, camino a casa.

Esperen, ¿Yugyeom iba a manejar?

– ¿Vas a manejar?

Yugyeom miro a Jungkook incrédulo.

– Pues sí.

– Ah, bueno.

– ¿Manejo tan mal? – preguntó mientras veía a su omega ponerse el cinturón de seguridad.

– No, solo tiene mucho tiempo no lo haces.

Ambos guardaron silencio, Jungkook aún con ese hueco en el estómago, pues tenía aún esa inseguridad creciente sobre el embarazo. Y aunque no quisiera admitido, eso era lo que ocupaba su mente en las noches, esas donde Yugyeom dormía a su lado, abrazándolo sin rencores por no poder darle un bebé. Y quizás era eso lo que le seguía preocupando, el hecho de que su alfa fingiera no resentirlo por ello, y que algún día llegara con los papeles de divorcio por no poder darle descendencia.

Sus sueños parecían detenidos desde hace unos años atrás cuando supo que tendría complicaciones para tener un embarazo y cada día estaba más cansado de ir a la clínica de fertilidad y recibir respuestas negativas, habían intentado varios métodos pero con cada fallo, su esperanza se iba apagando poco a poco.

Y ahora, iba a pasar dos semanas con su Alfa, solos, y eso era algo que le preocupaba, tenía tiempo que no pasaban días enteros juntos, el trabajo de Yugyeom requería tiempo y esfuerzo, de lo cual estaba muy orgulloso por ello, pues siempre le demostró la preocupación y dedicación que tenía, y lo admiraba mucho, pero había momentos en los que deseó que se quedara más tiempo en casa, como cuando al despertar encontraba la cruda respuesta de las pruebas y los exámenes de sangre que siempre negaban lo que deseaba apareciera.

Esos días habían sido grises y de los que tenía sensaciones muy vívidas, de las cuales deseaba en lo más profundo de su corazón que algún día cambiaran.

– Llegamos.– anunció su marido cuando en medio de los árboles frondosos y verdes.

Frente a ellos en lo profundo de la montaña una cabaña se asomaba.

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