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Capítulo 7


🌑

Después de haber llegado a la cima jugaron en el suelo, conservando sus formas animales, Yugyeom mordiendo las patas del lobo gris, mientras que su omega buscaba tirar de su orejas, y brincoteaba para tirarlo.

En su familia nunca había visto ese tipo de comportamiento, su madre era de alta clase y no se le permitía jugar de aquella manera, pues era mal visto que un omega se llevara de aquella forma con alguien de alto rango.
No era usual que ellos lo hicieran tampoco, y no lo detestaba, pero sabía que Jungkook disfrutaba de aquel tipo de situaciones, donde le permitía ser juguetón sin respetar esa clase de ideologías del milenio pasado.

Su omega era alguien que, cuando no había gente alrededor y estaba en confianza, solía tratarlo normal, algunas veces pasando el límite que suponía debía respetar, y que le fascinaba.

Había conocido a Jungkook un día de la secundaria, donde había reprobado una materia, el omega había escapado del internado y le había visto al fondo del bosque (donde él solía estudiar), revolcándose en el lodo, un acto para camuflarse y liberarse del estrés.

Desde ese día se había ocultado entre los arbustos para poder observarle, pues le causaba curiosidad quien podría estar detrás de todo ese pelaje.

Un día de fuerte ventisca Jungkook por fin sintió la presencia de alguien más, un aroma cercano le indicó que no era de su círculo social, mucho menos de los profesores que la mayoría eran betas y su aroma era muy suave incluso que la de él, que era un omega era más fuerte.

Se incorporó del hoyo que había escarbado para esconderse y escuchó atento, esperando un ruido para salir huyendo o enfrentarlo si era necesario.

Yugyeom pegó la cabeza al suelo intentando ocultarse con el tronco de un árbol e incluso contuvo la respiración.

Apretó los ojos y sus dedos se clavaron en la corteza del árbol, sentía los latidos de su corazón retumbar en sus oídos.

Esperó unos segundos o minutos quizás, hasta no escuchar nada.

Salió de su escondite y el lobo no estaba donde le había visto, ni alrededor, acaso ya se había marchado de-

— ¿Sabías que es de mala educación espiar a quien no conoces? Mucho más de esa manera, podría demandar por acoso.

Yugyeom sintió su cuerpo enfriar y se dió la vuelta.

Aquel lobo ya no era un lobo, era una persona, un joven al parecer de su edad, cabello obscuro, piel cálida, y ojos grandes, brillantes, cafés y hermosos si eran sincero.

Yugyeom creía que estaba viendo a un ángel, uno de carne y hueso, a solo unos metros de él, tan irreal que podría-

— ¿Sabes hablar? ¿O te comió la lengua el ratón?

Yugyeom tragó saliva olvidando como pronunciar una palabra.

Aquel tipo era definitivamente su tipo ideal, ojos brillantes, labios carnosos, postura perfecta, y cintura pequeña.

— No se si me sorprende que no tengas excusas, o que pareciera que acabaras de ver un fantasma.

A lo lejos, en el internado de Omegas el timbre sonaba indicando la siguiente clase.

Jungkook dió unos pasos atrás, alejándose del tipo raro y huyó de allí, esperando a que el intruso no volviera a su escondite.

Los siguientes días cuando llegaba allí seguía sintiendo la presencia del joven y hablaba solo, esperando a que se le uniera a la conversación y descubriera porque seguía allí y sobretodo porque no dejaba de mirarlo.

Two MoonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora