Capítulo 1: Callejón Diagon

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Capítulo 1: Callejón Diagon

Harry estaba sentado en una de las sillas de la heladería Florean Fortescue. A su lado, Hermione leía concentrada un libro, mientras que Ron resoplaba.

—¿Todavía no se lo has preguntado? — Harry tomó un segundo antes de responder a su amigo. Ron le golpeó el brazo con impaciencia.

—No. — Harry sonrió al ver que Ron volvía a golpearle el brazo.

—No seas idiota. ¿Por qué no se lo has preguntado? Queda menos de una semana.

—Ha invitado a su hermana y a su hijo a mi cumpleaños. Lleva toda la semana a la espera de la respuesta. No es el mejor momento para preguntárselo.

—¿No puede convencerla tu padre? —Harry alzó una ceja y Ron negó con la cabeza. —Olvídalo. Tenemos que pensar en un plan.

—¿Por qué estáis asumiendo que no te van a dejar venir? Es la madriguera, no Azkaban. —Hermione levantó la vista y miró a Harry. —Además, es el día antes de Hogwarts.

—Exactamente por eso. Es el único momento del verano en el que puede venir toda la familia, así que vamos a celebrar mi cumpleaños. 

Harry era consciente de que ese día iría toda su familia a casa y el caos empezaría hasta que se fuesen a Hogwarts.

Unos metros más alejadas, frente a la tienda de Madame Malkin, Lily Potter hablaba con Molly Weasley. Ambas sonreían y asentía ocasionalmente. Harry y Ron seguían con la mirada todos sus movimientos esperando a que se acercaran a ellos. Cuando las dos mujeres llegaron a su mesa, los dos amigos se miraron nerviosos.

—Y... —Harry sintió como su madre le acariciaba el pelo y no supo si esa era mala o buena señal. —¿Habéis hablado?

—Los Weasley vendrán a cenar a casa y después te vas a la Madriguera con ellos. —Harry y Ron chocaron los cinco y Hermione sonrió por encima del libro que leía. —Pero más te vale despedirte en la estación. —Lily miró a su hijo y sus amigos con una sonrisa melancólica. —No me puedo creer que sea vuestro último año en Hogwarts.

Harry miró a su madre y sonrió de vuelta.

—Gracias mamá.

En la misma calle más alejados, Jade tiraba con impaciencia de la manga de su padre.

—Venga, papá. Se van a llevar todos los libros.

Jade llevaba solamente unos minutos intentando que su familia saliese de la tienda para poder ir a una librería muggle, pero a su parece habían pasado horas.

Había intentado arrastrar a su prima Sophia, pero esta había desaparecido en la tienda de animales mágicos. Sus primos Regulus y Lyall estaban muy ocupados babeando por la nueva escoba y el resto se habían desperdigado nada más llegar.

Además, su padre era el único que esperaba pacientemente a que ella mirase todos los libros, aunque en ese momento no parecía querer colaborar.

—Espérate, Jade. Tu hermano está mirando algo.

Jade miró a su hermano. El pequeño Orión Black caminaba de la mano de su madre mientras miraba embobado un cuadro de trapecista que se movía haciendo toda clase de piruetas.

—¿Por qué le dejas mirar eso? Eso solo incita a que lo quiera hacer. —Se quejó Jade señalando el cuadro. —Si no se sostiene sobre sus dos pies ¿cómo se va a sostener sobre una barra?

Regulus sonrió y susurró a su hija.

—Tú no eras capaz de decir más de tres palabras seguidas, y ahora cuesta que dejes de hablar.

The Legacy | HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora