Capítulo 6: Catastrófico primer día. Parte II

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Capítulo 6: Catastrófico primer día. Parte II.

Harry miró a su nuevo profesor de pociones. Si fuera un mueble, combinaría a la perfección con la fría aula.

El profesor Snape pasó lista y cuando llegó a su nombre se detuvo y sus ojos negros se clavaron en él, una mueca de desagrado se dibujó en su rostro.

—¿Has visto eso?

Harry se giró hacia su mejor amigo para corroborar que no se había imaginado el desagrado del profesor hacia su persona, pero Ron estaba muy ocupado fulminando con la mirada al Slytherin que hablaba con Hermione.

El silencio reinaba en la sala mientras el profesor Snape hablaba. Harry estaba un poco distraído pensando en por qué aquel hombre le daba tan mala espina, y solo escuchó su discurso a trozos.

—Puedo enseñaros como embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si sois algo más que cabezas sin cerebro.

A Harry no le pasó desapercibida la mirada de reojo que le echó. La risa de los slytherin hizo que se enfadase más.

—Pero este ¿de qué va? —Ron parecía haber salido de su trance y miraba al profesor Snape con el ceño fruncido.

—Déjalo, no merece la pena.

Media hora más tarde los tres amigos estaban en la casa de Hagrid, aprovechando que habían acabado las clases del día. Fangs apoyaba su cabeza en el regazo de Harry que le acariciaba distraídamente mientras se quejaba.

—Es desagradable, Hagrid. Y me odia.

—¿Cómo te va a odiar, Harry? Es su primera clase.

—No has visto como me miraba. Si me pudiese ahogar en el lago negro seguro que lo haría.

Hagrid soltó una carcajada al oírle.

—¿Por qué no escribes a tu padre escribiéndole sobre la nueva incorporación? Estoy seguro de que él puede contarte algo.

—¿Qué quieres decir?

Pero Hagrid no contestó porque la tetera empezó a silbar y pronto la pregunta quedó atrás mientras los tres amigos intentaban masticar los pedazos del pastel.

***

Regulus miró hacia atrás y parpadeó maldiciendo su suerte. Él solo quería llegar a su habitación para dormir. Pero no, la dama gorda había decidido que era el mejor momento para dar un paseo.

Regulus pensó. No iba a quedarse allí, atrapado fuera de la torre de Gryffindor esperando hasta que la dama gorda quisiese volver, podían pasar horas.

Con cuidado de no ser visto se encaminó hacia las mazmorras de Slytherin. Dormiría en la habitación de Isaac y si sus compañeros lo echaban, le pediría el suelo a su hermana.

No conocía a los compañeros de Isaac, la verdad es que despistado podría ser su segundo nombre. Por eso cuando abrió la puerta y vio a un chico sin camiseta, no supo quien era.

—¡Perdón!

Regulus cerró la puerta de golpe. ¿Y ahora que haría? Cuando estaba barajando la idea de irse a Ravenclaw la puerta se abrió de nuevo y el chico apareció ante él. Tenía el pelo rubio, mojado, y ahora llevaba una camiseta de pijama verde.

—¿Necesitas algo? —Regulus miró sus ojos, azules claro. El chico carraspeó llamando su atención.

—Buscaba a Isaac.

—No está.

—Eso ya lo veo. —El chico sonrió y Regulus se sintió ligeramente irritado y maravillado.

The Legacy | HogwartsWhere stories live. Discover now