Capítulo 7: autofriendzoneado

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Capítulo 7: autofriendzoneado

—Me ha escrito mi madre. —Marcus se sentó junto a Regulus en la mesa de la cafetería. —Sobre tu madre. —Regulus suspiró y miró a su amigo.

—¿Qué dice?

—Que quiere verte, y a Hope, y conocer a sus nietos.

—¿Menciona a Sirius? —Marcus negó con la cabeza. Regulus resopló.

—Entonces tantas ganas de conocer a sus nietos, no tendrá.

La conversación de ambos se vio interrumpida por el gran revuelo de brujas y magos que andaban rápidamente exaltados hacia un tablero de anuncios.

—¿Qué pasa? —Regulus preguntó confuso. Un mago se giró hacia ellos agitando un periódico entre sus manos.

—Ha muerto un muggle. —Eso aumentó su confusión, había gente que moría todos los días.

—¿Y qué? —Marcus rio suavemente escondiendo la sonrisa tras la taza de té. Regulus reformuló la pregunta al ver la cara horrorizado del mago que aún estrangulaba el periódico entre sus manos.—Quiero decir, ¿por qué la muerte de un muggle causa tanto revuelo?

—Porque hay indicios de que ha sido por magia. —James Potter se acercó a ellos con el periódico muggle y les enseñó la foto del asesinato. Marcus apartó la vista disgustado, pero Regulus no pudo porque sus ojos se quedaron fijos en las letras pintadas con sangre que había en la pared de la foto, W.W.R.

Mientras, alejados de aquel revuelo, en Hogwarts las noticias no habían llegado y los alumnos se preocupaban por otras cosas.

Cuando Gaia llegó el primer año a Hogwarts estaba dispuesta a hacerse amigos fuera de su familia. Adoraba a su familia, pero le parecía importante ampliar sus horizontes.

Mía y Amy fueron las candidatas elegidas. En parte porque sus nombres le hacían gracia, en parte porque dormían en la misma habitación y en parte porque habían aceptado cada locura que Gaia les había propuesta, cada locura menos aquella y ni siquiera se podía considerar una locura.

—¿Un periódico? ¿Aquí en Hogwarts? —Gaia asintió mirando a su amiga. Mía suspiró negando con la cabeza. —Te van a decir que no, Gaia. Odia el profeta, no va a dejar que los estudiantes hagan un periódico.

—Ya tengo el no. ¿Qué pierdo por preguntar? —Gaia se acercó a su amiga apartando de su mano el libro de encantamientos para tener toda su atención. —¡Vamos! ¡Podría ser divertido!

—Yo te ayudaría, pero no tengo material de escritora. —Amy murmuro aún concentrada en su ensayo. Gaia se acercó y lo apartó también de su mano. Amy protesto, Mía suspiró y Gaia sonrió. Poco a poco sus dos amigas imitaron su sonrisa.

—Vas a hacerlo digamos lo que digamos ¿verdad? —Gaia asintió mirándolas. —Pues a por ellos, tejón.

Gaia sonrió alegre y besó a cada una de sus amigas en la cabeza antes de salir corriendo en dirección al despacho de McGonagall.

—Directora, he tenido la idea del siglo.

Gaia abrió la puerta del despacho y paró en seco. No esperaba encontrarse a tanta gente en el despacho. Frente a ella, McGonagall la miraba seriamente, Charlie Weasley de pie junto a la pared aguantaba la risa, su primo Lyall sentado en la silla se reía abiertamente y luego estaba él que no apartaba la mirada de ella.

—Tengo una propuesta que no vas a poder rechazar. —La respuesta de su directora fue solo elevar una ceja. La verdad, Gaia se esperaba un poco más de entusiasmo.

The Legacy | HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora