Capítulo 3

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3. Un hermoso desconocido.

Habían llegado a Lanling Jin, antes de lo que habían imaginado. Sizhui, cada vez sorprendía más a sus padres. Había volado con presión y a la misma rapidez, que Hanguan-jun. Algo realmente admirable, para un joven de su edad.

— Ahh~ mi espalda -el primero en hablar fue el de túnicas negras-.

— ¿Estás bien? -pregunto el más joven-.

— Lo estoy rabanito. Lan Zhan, vamos a buscar algo para mí Shijie.

El Lan mayor asintió en dirección a su esposo.

— A-Yuan, ¿Vienes?.

El Lan menor dudo un poco sobre si ir o no. Pero al final decidió que era mejor si sus padres iban por su lado.

— Iré a dar una vuelta mientras ustedes compran, tal vez haya algo que llame mi atención.

— Una hora -habló Lan WangYi-.

— ¿Umh?.

— En una hora nos vemos aquí rabanito -sonrió Wei WuXian-.

— De acuerdo.

Les sonrió a sus padres e hizo una pequeña reverencia. Vio como ambos hombres se daban la vuelta y caminaban por aquella ancha calle.

Una vez sus padres estaban lejos de él. Sizhui comenzó a ver en qué dirección era la mejor para caminar. Eligió ir por una calle estrecha y poco transitada.

Camino por un largo rato, viendo por aquí y por allá, cómo todos aquellos vendedores ofrecían sus productos y hacían descuentos. Realmente no había algo que llamara su atención, hasta que se alejó un poco de la ciudad y observo un pequeño espacio donde había un par de peonías sembradas.

— Vaya, realmente son hermosas.

Sonrió al ver cuan delicadas eran aquellas flores. Se preguntaba si eran igual de suaves al tocarlas. Justo cuando había estirado su mano para acariciar una, un ladrido lo hizo sobresaltar.

— ¡Hada, vuelva aquí!.

La voz de un joven se escuchaba a la lejanía, pero por el tono de voz, estaba seguro de que esa persona no estaba del todo feliz.

— ¡Si no vuelves te haré la cena de los invitados!.

Una pequeña Husky apareció en el campo de visión de Sizhui, pudo deducir que aquel animal era un perro espiritual, y uno no muy obediente. La perra pasó corriendo a su lado, casi haciendo que perdiera el equilibrio el azabache.

— Vaya, es muy fuerte.

— ¡Con un demonio, Hada regresa!.

Justo en el momento que Sizhui se iba a dar la vuelta para mirar a la persona que hacía tanto escándalo. Sintió un leve jalón de su cabello.

— ¡Auch!.

Después de eso un golpe sordo se escuchó por aquel lugar. Sizhui no se movía para nada, había quedado petrificado ante lo que había sucedido. Todo fue demasiado rápido, la cinta de su frente...

No estaba allí.

Por otro lado, una persona yacía tirada en el suelo, con un trozo de cinta en su mano derecha. Había querido agarrar a la persona que estaba allí, para sostenerse y no caer al suelo. Pero lo único que logró fue arrancar aquel pedazo de cinta.

— Te odio Hada.

Jin Ling, se indignó al ver cómo la persona frente a él, no se movía ni un milímetro. Miro la cinta entre sus manos y frunció las cejas.

𝑨𝒍𝒊𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒄𝒕𝒂𝒔. •𝒁𝒉𝒖𝒊𝒍𝒊𝒏𝒈•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora