Capítulo 10

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10. Visitando Gusu. 

Las piernas del azabache temblaban, era muy inusual en él estar nervioso, normalmente se mostraba seguro delante de cualquier persona, sin embargo, hoy no podía hacer eso.

— De acuerdo, ¿qué tan mal puede ser? –preguntó Jingyi-.

— No lo sé, es por eso que... olvídalo.

— Bueno, pero no es el único que viene, deberías de estar atento a la llegada de otros.

— Se supone que mi prioridad es la secta Jin, ¿lo olvidas?

— Pero yo no me quiero quedar solo –se quejó el otro-.

— Jingyi, por favor no hagas algo que pueda ofender a la secta Jin –pidió con voz suplicante-.

— Ja' me ofende tú creas que puedo crear un disturbio.

Los jóvenes Lan se quedaron en la entrada de los recesos de las nubes esperando atentamente a la secta invitada. "¿algo cambiaría en el trato de ambos?", se preguntaba un nervioso Sizhui.

— La secta Jin se acerca, jóvenes maestros –anuncio un discípulo externo-.

— Gracias –respondió Sizhui-.

— Bueno a conocer al pomposo Jin.

— Jingyi...

— De acuerdo, me mantendré callado.

— Gracias.

El séquito de la secta Jin se acercó hasta las puertas de los recesos de las nubes. Entre los mayores que acompañaban al joven heredero de la secta, entregaron el pase de jade que se le había brindado para esta ocasión.

— Por favor, síganme –pidió el azabache-.

— Gracias.

Deliberadamente, Sizhui miraba de vez en cuando en la dirección que se encontraba el castaño. Por alguna extraña razón sentía que iba a ser un poco incómodo estar solos, puesto que habían intercambiado regalos, cosa que normalmente hacen las parejas ya comprometidas y ellos aún no estaban comprometidos al cien.

— Joven maestro Lan, dado que usted y el joven heredero Jin han fortalecido su relación.

Al escuchar las palabras ambos jóvenes se pusieron más nerviosos de lo que ya estaban, y un pequeño rubor apareció en sus rostros.

— Entonces podría guiar su estadía en la secta, claro si no es una molestia.

— Por supuesto, no tengo ningún problema con ello.

— Se lo agradecemos –dijo el hombre-.

Jingyi miro a su amigo con un gran signo de interrogación en su cabeza. Sizhui era muy considerado, pero en esta ocasión respondió sin siquiera pensarlo, no sabía si preocuparse o no.

Después de los saludos cordiales entre sectas, los jóvenes finalmente pudieron salir del salón de reuniones. Jin Ling no sabía qué hacer, literalmente quería correr con Sizhui para que este le hiciera compañía, pero sabía que no podía hacer eso, y menos con el chico al lado del azabache.

— A-Ling, al fin llegaste.

Un Wei Wuxian todo desalineado se acercó hasta el castaño y le dio un fuerte abrazo, después de soltarlo le estrujo las mejillas.

— Ya, déjame ir –se quejó-.

— Qué bueno que llegaste, Sizhui te dará un recorrido por todo Gusu.

— No creo que...

— No importa si no quieres su compañía –dijo entre dientes-.

— Está bien... -respondió con algo de miedo-.

𝑨𝒍𝒊𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒄𝒕𝒂𝒔. •𝒁𝒉𝒖𝒊𝒍𝒊𝒏𝒈•Where stories live. Discover now