𝑨𝒍𝒊𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒄𝒕𝒂𝒔. •𝒁𝒉𝒖𝒊𝒍𝒊𝒏𝒈•

Capítulo 17

17. Amor a distancia.

Un par de días después de que Sizhui pudiera despertar y estar en completa recuperación, su joven tía vino a visitarlo para qué le confirmará aquello que tal vez no estaba tan segura de querer escuchar.

— ¿Te están forzando?

— Tía, lo último que harían mis padres seria eso, ambos lo sabemos muy bien.

— A-Yuan...

— Lo había tenido en cuenta al inicio, pero... no lo sé. Este sentimiento que alberga dentro de mí es... nuevo y extraordinario.

— A-Yuan...

— Déjame terminar por favor.

La mujer hizo un gesto de frustración y dejo a su sobrino continuar hablando.

— Jin Ling y yo no tenemos nada en común, somos tan distintos que me sorprende el hecho de que tengamos química estando solamente nosotros dos. Al inicio fue totalmente un caos, no sabía qué hacer cuando recibí la noticia por parte del tío abuelo, sin embargo, sabía que tarde o temprano iba a pasar algo similar.

El azabache tomo un fuerte respiro y continúo hablando.

— Somos jóvenes e inexpertos lo sé, pero quiero la oportunidad de contraer nupcias con él. No es el amor de mi vida, es el amor que quiero para mi vida. Ni siquiera sé si me explico, pero... solamente sé que Jin Ling es la opción correcta y perfecta para estar a su lado por el resto de mis días.

— A-Yuan- está bien lo que quieras, yo te apoyaré solo quería saber si era lo que realmente querías.

— Es lo que quiero.

— De acuerdo. Ahora entiendo por qué Wei Wuxian dijo que me sorprenderías. Has crecido tanto pequeño.

Ambos se unieron en un abrazo. La joven mujer acariciaba los cabellos del chico. Una escena muy conmovedora y linda de apreciar.

— Doctora Wen, Sizhui. Lamento interrumpir.

Jingyi llegó con una carta en mano.

— Esto es para ti. Viene desde Lanling.

La sonrisa de Sizhui se amplió más, estaba seguro de que Jin Ling estaba preocupado por su salud.

— Bueno entonces iré con A-Ning para darle la noticia –informó la mayor- Tú solo quédate en cama hasta que lo ordene.

Ambos chicos hicieron una pequeña reverencia hacia la mujer en forma de despedida.

— Tu tía da miedo.

— Mn, te acostumbras.

— No sé cómo te acostumbraste tú.

El azabache rio por las palabras de su amigo. Miro la carta entre sus manos, casi podía llegar a imaginar a su joven prometido escribiendo con tanta concentración y despidiendo a todo aquel que lo llegase a interrumpir.

— Bueno no sé qué esperas –dijo el pelinegro-.

Sizhui miro a la persona frente a él con interés.

— ¿A qué te refieres?

— Abrir la carta.

— Mm, bueno hay correspondencia que se debe leer en privado –mencionó algo incómodo-.

— Y por eso me encargaré de que nadie entre.

— ...

Sizhui tomó una respiración muy profunda, relajo sus hombros y al abrir los ojos guio su mirada al rostro de su acompañante.