| 19 | Skandar Keynes 1.2

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Estábamos acostados en mi cama. Los manos de Skandar se deslizaban por mi espalda.Mis manos se aferraban con desesperación a su cuello.  Nuestras respiraciones estaban agitadas y la película solo estaba haciendo ruido en el fondo. 

-_______-gimió mi nombre sobre mis labios- hay que quitar la película. 

Reí contra sus labios y me separé. 

-No lo recomendaría sí seguimos haciendo esto-dije mientras me sentaba a horcajadas sobre él.- estas paredes no son muy gruesas. 

Skandar me miró con sorpresa.

-¿Cómo lo sabes?-preguntó mientras colocaba sus manos en mi cintura

-Porqué mi compañero de la derecha me ha hecho favor de comprobarlo - dije mientras colocaba mis manos en su pecho. 

Habían pasado horas desde que llegó.  Y me habían parecido segundos. Lo llevé a comer al restaurante que estaba frente a mi facultad. Servían el mejor pescado con papas de toda Inglaterra (o eso creía), habíamos tomado té, nos habíamos sacado fotos y teníamos todos nuestros días planeados. Museos, cafeterías, jardines e incluso un viaje en tren. No quería pensar más que en el tiempo que estaríamos juntos. 

Después de que se fuera sólo faltaban 3 meses para regresar y eso me aliviaba. De nuevo estaría con él, y más que nunca no quería que nos separaramos. Me emocionaba pensar en lo que seguía para nosotros. ¿Nos iríamos a vivir juntos? ¿Me pediría matrimonio? ¿Compraríamos una casa?...

¿Seguiríamos juntos?

-¿Quieres que le devolvamos el favor?-preguntó alzando las cejas

Reí negando con la cabeza 

-No seas tonto

-¿No quieres que tus vecinos sepan que vino tu novio?-respondió mientras me tomaba de la cintura para colocarme debajo de él. 

Reí por sus ideas y sus movimientos torpes. Lo había extrañado muchísimo y extrañaba todo lo referente a él. 

-Quiero que sepan que estas aquí, pero no así.- dije mientras acariciaba sus mejillas.

-Entonces hay que seguir viendo la película-dijo mientras besaba mi nariz. 

Detuve su rostro con mis manos. No sabía qué estaba pasando por su mente, pero sus ojos oscurecieron. 

-Ninguna foto ni videollamada se compara con esto-dijo mientras besaba mi cuello

-Espero que no-dije riendo

Skandar y yo ya no vacilamos. Habíamos esperado muchos meses para eso y no desperdiciaríamos la oportunidad por una tonta película. Además, aquí no llegaría nadie de sorpresa ni teníamos que vestirnos de nuevo. Las cosas no eran como en casa. aquí podíamos despertar juntos por primera vez. 

-Espera- dijo mientras regresaba a mi rostro- ¿Seguimos sin querer hijos a corto plazo?

Reí por su pregunta y asentí.

-Por ahora, solo seremos tú y yo.

Skandar se levantó rápidamente y caminó a su maleta. La abrió desesperado y revolvió todo lo que había dentro de ella hasta que encontró una pequeña caja de cartón, la tomó y regresó hasta la cama. 

-No sabía cuanto costaban aquí- dijo alzando los hombros y colocando la caja sobre la mesa de noche.

-No tengo idea, pero hubiera sido muy incómodo salir por unos justo en este momento. 

Los dos reímos y nos miramos en silencio. Tenía meses que no nos veíamos, ¿Las cosas seguían siendo iguales entre nosotros?

Skandar comenzó a quitarse la ropa. Miré detenidamente los movimientos que hacia para no perder detalle de ese momento. Su playera cayó al piso dejando al desnudo su torso, su abdomen parecía más marcado, los lunares en sus hombros hacían contraste con su piel blanca.  

Sentí como el calor comenzó a recorrer mi cuerpo. Me mordí el labio queriendo contenerlo, pero era inevitable. Me senté en la cama y tomé el borde de mi blusa para poder deshacerme de ella. Estaba segura que en Londres hacia frio, pero por lo menos Skandar y yo no lo sentíamos.

Skandar caminó al borde de la cama y me estiró su manos hacía mi. Me deslicé hasta llegar a sus brazos y me levantó mientras abrazaba mi cintura. Sus dedos fríos rozando mi piel era una sensación que había olvidado, y sin embargo extrañaba. 

-Te amo- susurró contra mi hombro. Su aliento cálido contra mi piel erizo toda mi piel. 

Posé mis manos sobre sus hombros. Yo lo amaba, en ese justo momento Skandar era todo lo que yo quería y lo único que consumía mis pensamientos. Había esperado meses por ese momento, y ya no quería que demorará más en llegar. 

-Yo te amo más-dije mientras me levantaba en puntillas para alcanzar sus labios- pero ya no quiero hablar. 

Skandar sonrió coquetamente. 

-Lo que usted ordene.

Skandar se transformó de un chico dulce y tierno, a un hombre desesperado y lleno de deseo. Quitó lo que restaba de su ropa y de la mía. Nos hundimos en la cama en un mezcla de abrazos, caricias y de besos. Cada toque era único, cada beso era más apasionado que el anterior y cada movimiento era más desesperado. 

Por más que Skandar y yo nos reprimiéramos y tratáramos de ahogar nuestros gemidos, era prácticamente imposible. Skandar ahogaba sus gemidos en mis labios y yo trataba de hacer lo mismo en los de él. 

Sus manos se aferraban a mi cintura tanto como mis manos se aferraban a sus hombros. Me daba pánico lastimarlo, pero mi necesidad de tocarlo era mayor. Skandar por el contrario me tomaba con firmeza pero al mismo tiempo con suavidad. Dentro de todo ese desastre, había amor. 

Cuando terminamos, los dos nos quedamos acostados en la cama. Nadie había apresurado nada y todo había sido perfecto. Tan perfecto, que estaba segura que el edificio sabía el nombre de mi novio. Me había acurrucado en el pecho de Skandar por primera vez en meses, y se sentía como mi hogar. Él me abrazaba y por momentos dejaba pequeños besos en mi cabello. 

-¿Tienes frío-preguntó rompiendo el silencio 

Asentí suavemente con mi cabeza. No quería que dejará de abrazarme, pero sabía que si estábamos así pronto nos enfermaríamos. Rodamos en la cama para poder descenderla sin levantarnos. Fueron movimientos bastante torpes y llenos de risas. Extrañaba mucho el sonido de su risa.  Cuando por fin pudimos acomodarnos debajo de las cobijas Skandar se aferró más a mí. 

-Te extrañé mucho- susurró contra mi frente- extrañaba esto también-rió.

-¿Mejor que las fotos y las videollamadas?-pregunté soltando una pequeña risa

Skandar río y se removió en la cama. 

-Ni siquiera se compara-dijo mientras besaba mi cabello de nuevo-No se que haré cuando tenga que irme. 

-Por ahora solo sé feliz sabiendo que despertaremos juntos. -dije mientras me acomodaba sobre su brazo

-Es suficiente por hoy.

One Shots | Varios|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora