| 28 | Ben Barnes

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El aroma a café y a papel viejo era abrumador, pero no era desagradable. Lo que era bastante desagradable era que Ben se hubiera quedado dormido en el libro abierto mientras estudiábamos. 

No quería despertarlo, pero desde hace una hora estaba dormido y no se había movido de la posición en la que estaba y la bibliotecaria me veía raro. Traté de hablarle dos veces, pero ni siquiera había reaccionado a cuando se habían caído unos libros, mucho menos lo hizo con mi voz. 

-_________, cariño. Ya casi cerramos y Ben no puede dormir aquí.- susurró la señora Paxton mientras me tocaba la espalda. 

¿Por qué no?  Eso le enseñaría a no quedarse dormido mientras estudiábamos.  

-Lo sé. Voy a despertarlo. -La señora Paxton se alejó de mi lugar y sólo lo miré queriendo entender cómo era posible que se hubiera quedado dormido. 

Me levanté del asiento tratando de no hacer ruido, y colocarme lo más cerca de él sin asustarlo. Me senté en mis rodillas  frente a su costado y lo miré. Siempre me había parecido un hombre muy guapo. Su barba era muy marcada y contrastaba con su piel blanca, la manera en que sus nudillos se tornaban rojos cuando hacía presión en sus manos y su cabello negro despeinado. 

-Benjamin- susurré mientras tocaba su pierna con delicadeza.Alguien alguna vez me dijo que no debes despertar a las personas de manera abrupta porque podían enfermarse. Aunque estaba enojada, lo que menos quería era qué se enfermara. 

Ben se removió mientras hacía un sonido gracioso y se acomodaba mejor en el libro que le servía de almohada.  Me comenzaba a preguntar que estaba soñando y porque no quería despertar. Seguro soñaba con todas las chicas de filosofía que se peleaban por ser sus compañeras en las exposiciones. 

-Ben- susurré más alto. 

-_________, amor no te vayas.- dijo mientras volvía a acomodarse sobre el libro. 

Sentí como el color se esfumaba de mi cara, Seguramente había escuchado mal. Ben y yo sólo éramos amigos, siempre me contaba sobre sus conquistas e incluso le había ayudado con algunas chicas. El era justo el tipo de hombre al cuál yo le huía, pero de alguna manera extraña también estaba cautivada. 

Había sido mi primer amigo en la universidad y el click fue instantáneo, tomábamos todas las materias posibles en conjunto. Salíamos a fiestas, éramos confidentes y compañeros de comidas y cenas. Evidentemente no éramos los mejores estudiando, pero me gustaba saber qué no estaba sola. 

Dudé un poco sobre si debía repetir mi acción. Incluso si lograba despertarlo, no quería saber más sobre los sueños que él estaba teniendo. Yo sola iba a romper mi corazón cuando él se despertara y me dijera sobre alguna chica a la cual quería invitar a salir.  Me levanté decidida a que durmiera en la biblioteca, se lo merecía por ser un idiota. 

-________- interrumpió mis pensamientos su voz.- Sé que me oíste, lo siento. 

Me dirigí molesta a mi lugar de estudio mientras recogía mis cosas y las aventaba molesta a mi bolsa.Me arrepentía de haberlo tratado de despertar, por su culpa ahora tendría ese pensamiento en mi mente toda mi vida. Pero, ¿Por qué me molestaba?

 Se levantó suavemente mientras parpadeaba aún adormilado. Miró mis movimientos queriendo entender qué trataba de hacer, ni siquiera yo lo sabía. Sólo quería salir corriendo de ahí para irme a llorar. 

-No tienes porque. Los sueños son eso, sólo sueños. - tomé las asas de mi bolsa y me la colgué en el hombro.- Nos vemos.- me voltee dirigiéndome a la salida. La señora Paxton nos miraba con una sonrisa y no entendía por qué. 

Escuché como la silla derrapó y sentí las manos de Ben en mis hombros mientras me volteaba. 

-¿Estás molesta por que te dije amor o porque lo dije dormido?- preguntó Ben mientras se acercaba a mí. 

Debía aceptarlo, tenía un muy buen argumento. Ben me miraba como si lo que yo estuviera por responder sería importante, y no sabía por qué. Él no estaba enamorado de mí, pero ¿y yo?

Era muy guapo, nadie lo negaba. Era muy atento conmigo, siempre estaba al pendiente de mi y de cómo estaba. Hacía cosas raras para hacerme reír y me acompañaba a lugares que no le gustaban solo porque yo se lo pedía. Me gustaba su aroma, una mezcla extraña entre loción de afeitar y goma de mascar sabor menta. La forma en la que me abraza me hacía sentir protegida, y él como acomodaba su cabeza sobre la mía mientras yo lo abrazaba de vuelta era reconfortante. 

Maldita sea, si me gustaba. 

-Estoy molesta porque quieres echarme la responsabilidad de lo que acabas de decir. Cómo si yo tuviera que explicarte algo después de lo que acaba de pasar. El que me debe una explicación eres tú, no yo. 

-Me gustas, ¿Contenta? Me disculpé por como te lo dije, porqué definitivamente no había planeado decírtelo dormido. Se me salió, y no me arrepiento. Estoy completamente enamorado de ti desde el primer momento, y si estoy molesto no es contigo. Es evidente que yo no te gusto y que acabo de arruinar nuestra amistad por mis estúpidos sentimientos que debí callar mejor.

Mi cerebro estaba aún procesando lo que me había dicho, era una broma. 

-¿Sigues dormido?- pregunté queriendo darle sentido a todo lo que estaba pasando. Seguramente yo era la que estaba dormida. 

Ben no lo dudó, se acercó a mí y me besó como si fuera algo usual entre nosotros. Me quedé quieta pero me sentí tonta. ¿A quién estaba tratando de engañar?, yo estaba enamorada de Ben y no había nada que evitará responder a sus sentimientos. Lo tomé del cuello y lo acerqué hacía mi mientras él ponía sus manos en mi cintura. Escuchamos una risa y unos aplausos y nos separamos mirando a hacía mis espaldas. 

La señora Paxton nos miraba emocionada mientras entrelazaba sus manos. 

-Lo siento, pero estoy muy feliz que esto al fin haya pasado. Por muchos meses creí que seguirían fingiendo que no sentían nada cuando era más que evidente.- aplaudió nuevamente mientras yo reía. 

Regresé mi mirada a Ben y él también le sonreía a la señora Paxton. Recargué mi cabeza en su pecho y lo abracé por la cintura. 

-Te odio un poco, necesito que lo sepas.- dije mientras aspiraba ese olor que tanto disfrutaba.

-Yo también te odio un poco. Eres una persona bastante difícil de leer, pero estoy feliz de haberme quedado dormido. 

-¿Qué soñabas?-pregunté mientras me despegaba de él para verlo.a los ojos. 

-No quieres saber- respondió mientras besaba mi frente. 




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