🌻Capítulo 26🌻

866 183 86
                                    

¡Bienvenidxs al penúltimo capítulo!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Bienvenidxs al penúltimo capítulo!

🌻🌻🌻

—Aunque no puedo definir el momento exacto en que todo cambió, sí recuerdo pequeños detalles que guardo con gran cariño —comienzo a narrar mi historia.

Román y Geraldine se encuentran en la cama frente a la mía, sentados uno al lado del otro, tomados de la mano y observándome con gran interés.

»Marco es mi vecino, el mejor amigo de mi hermano —continúo—. Lo conocí cuando teníamos siete y cinco años, y, bueno, yo soy mayor que él —Román alza una ceja pícara y sonríe, pero no dice nada—. Desde que nos conocimos, nos hicimos nos hicimos inseparables ya que mi hermano a penas tenía un año en ese momento. Si Marco no estaba en mi casa, yo estaba en la suya, planificando algún juego, haciendo alguna travesura y volviendo loca a su abuela o a mi mamá.

Sonrío al recordar cómo eramos en esa época; nos creíamos invencibles. Todo era un juego para nosotros. Si mi mamá nos pedía ayuda para limpiar la casa, nosotros hacíamos competencias para ver quién acababa primero, por ejemplo. Yo sabía que nunca estaría aburrida con él, porque siempre tenía alguna idea loca y yo lo secundaba... o al revés. Muchas veces nos regañaron por nuestros inventos, pero nunca nos dejamos solos, nos apoyábamos el uno al otro aunque eso significara compartir algún castigo.

—Pero, a medida que fuimos creciendo las cosas cambiaron. En una ocasión, a los doce o trece, yo tenía un vecino que era como ocho años mayor que yo. En casa siempre fui la mayor, pero él tenía tres hermanas, una mayor que él y dos menores que él, y me trataba como una más de sus hermanas. Un día él estaba en la casa de mis padres haciendo no sé qué, y escuché una conversación que tuvo con mi mamá. Ahí él le decía que hablara conmigo y me explicara que iba a cambiar poco a poco su manera de ser conmigo, que yo ya no era una niñita sino que me estaba convirtiendo en una adolescente y que él debía cuidarme porque, aunque me tratara y me quisiera como su hermanita, realmente no lo era y yo podría confundir los sentimientos y sus acciones, y que si queríamos seguir siendo amigos, había ciertas cosas que ya no podríamos hacer, como pasar tanto tiempo juntos y otras cosas que están reservadas para las familias.

Román y Geraldine abren sus ojos y veo en ellos una expresión de horror.

—No, no, no piensen mal —me apresuro a calmarlos—. Él tenía razón, y estuvo bien que lo hiciera, eso demostró el gran aprecio que sentía por mí y mi familia. Les cuento esto porque eso fue lo que me llevó a alejarme de Marco , junto con algo que dijo el papá de él.

—¿Cómo así? No entiendo.

—Yo tampoco, ¿qué tiene que ver ese hombre contigo y con Marco? —cuestiona Román.

—Yo sabía que Marco gustaba de mí desde que estaba pequeño, y él también me gustaba. Claro, en ese momento no era más que una atracción infantil, pero al escuchar lo que mi amigo le dijo a mi mamá me hizo darme cuenta de que Marco podría desarrollar sentimientos aún más fuertes por mí a medida que creciera, y yo, yo no me sentía atraída a él de manera romántica. Además, era mi amigo, prácticamente mi hermano, ¿cómo podría verlo de otra manera?

Cartas de la chica girasol - COMPLETA ✅Where stories live. Discover now