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Los días iban pasando, y cada día Inui se daba cuenta de la mucha razón que tenia Emma. Koko era insufrible y se aprovechaba de él. Le daba la mano y le cogía el brazo. De nada valía llamar a su puerta, él salía de su despacho cuando le daba la gana. Llegaban tarde y le echaba las culpas al pobre Inui. Le cambiaba la agenda cada dos por tres, cancelaba reuniones, visitas y planes a última hora y Inui era quién recibía las quejas.

Inui tampoco se atrevía a llamar a su despacho, pues ahora se le había dado por poner el volumen de su ordenador al máximo y los gemidos del porno que ponía se escuchaba desde fuera. Inui se alegraba de que casi nadie subiese sin previo aviso.

Tenia que tomar las riendas. Ponerlo en vereda y hacer su trabajo, o sino acabaría despedido, esta vez de verdad. Porque esa actitud lo perjudicaba directamente. Pero Koko tenía una expresión que le infundía respeto y era muy cortante con sus comentarios. Siempre sabia que decir, se notaba que era el jefe de todo y que tenia el control de la situación en todo momento. 

Ese día tenían una reunión a las once. Pero Inui le dijo que era a las diez. Por lo que a las diez y cuarto se dejaron de oír los gemidos y Inui salió por la puerta con aire de dignidad. Inui se hizo el sorprendido.

-Llegamos tarde director.

-Vaya, debiste de recordármelo antes. Por tu culpa siempre llego tarde a todos mis compromisos. Se lo tendré que decir a Emma. 

Subieron al coche y fueron a la sala de reuniones donde habían quedado. Koko se extrañó cuando vio que no había nadie. Pero sonrió. 

-Ya se han ido todos, normal, me hiciste llegar tarde.

-Cuánto lo siento director -Inui también esbozo una sonrisa- Que torpe soy -dijo echándose una mano a la cabeza dramáticamente - no era la diez, sino a las once. Parece que llegamos los primeros.

-¿Qué has dicho?

-Hajime-san - un hombre barbudo seguido de otros dos le estrecharon la mano a Koko antes de que pudiera reaccionar.- Llega usted temprano, quien lo diría.

-Es que tiene un  nuevo ayudante -dijo Inui dándole la mano también -A partir de ahora no volverá a llegar tarde ¿verdad que no señor director?

-No...- dijo forzando la sonrisa.

-Qué suerte tiene Hajime-san , bueno, entremos y comencemos. Si no le importa.

Koko miro con los ojos entornados a Inui mientras ambos entraban en la sala. Inui le devolvió la sonrisa maliciosa, a sabiendas de que, había dado comienzo a una guerra. 

Cuando acabó la reunión se fueron al coche en silencio. Una vez allí Koko dijo:

-¿Te crees muy listo?

-No sé de que esta hablando.

-Ni si te ocurra hacerte el listillo conmigo-dijo Koko acercandose mucho a él.

-Ha sido un error, debí apuntar mal la hora.

-Pues que no vuelva a ocurrir, puede que a la próxima el error te salga caro.

-¿Me estas amenazando?

-Te estoy advirtiendo. No juegues conmigo o acabarás despedido.

-Si no recuerdo mal, tu mismo me contrataste. Y Emma te advirtió que debes cargar conmigo. Si con cargar se refería a que hiciera tu trabajo más fácil.

-No te pases, te lo repito.

-Si quieres me voy ahora mismo. Yo no tengo problema, pero me he liado un poco con la base de datos y puede que cambiara todos los nombres de sitio. Yo tengo anotado como solucionarlo, porque pensaba hacerlo en mi hora de comer, pero si quieres que me vaya...

-La base de datos me da igual.

-También he perdido la agenda, ya sabes, soy un empleado tan incompetente. Por suerte guarde una copia personal, que es la que estoy usando. Te pasaría una copia al irme, perooo, no quiero.

-Ni la base de datos ni la agenda me importan.

-¿Ah no? bueno, entonces no habrá problema en que me vaya ahora mismo.

-Estas tardando.

Koko se cruzó de brazos. Inui pidió al conductor que se detuviera y abrió la puerta.

-Es una suerte que haya quedado con Emma esta tarde, así le pondré al tanto de mi dimisión.

Koko frunció el ceño. Inui puso un pie en la acera y Kokole sujetó el brazo.

-Quieto.

Le cerró la puerta y ordenó al chófer que siguiera su camino.

-Hoy comeré en mi despacho. No me molestes- dijo de morros.

Inui se había salido con la suya (por ahora). Porque estaba claro que Koko no lo iba a dejar pasar. No se iba a olvidar de eso fácilmente e Inui lo sabia. Sabia que las cosas se iban a poner serias, pero estaba preparado. Si Koko era como un niño Inui seria su profesor, y le enseñaría a comportarse. 

Trabajo imposible {Koko e Inui}Where stories live. Discover now