¿Jefe?

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Miles de cosas que tomar en cuenta para el espectáculo que se daría dentro de un mes, sería algo nuevo y especial sin precedentes.

Se sabía de un club único, uno que contaba con las personas más importantes e influyentes que no excediera los 30 años:

La multimillonaria dueña de casi todos los casinos del país, Celestia Ludenberg.

El líder de una importante mafia, kuzuryuu fuyuhiko

La heredera de un lejano reino, Sonia Nevermind

La pop Idol más famosa de la década, Sayaka Maizono

Y muchos más, siendo convencidos por dos influyentes de su mismo grupo.

La modelo súper estrella, Junko Enoshima y el heredero multimillonario, Byakuya Togami.

Junko se había deleitado con el espectáculo de dolor que se presentó en su cumpleaños mientras que Byakuya no perdía oportunidad para presumir que su padre era el dueño de aquel circo.

"Había escuchado de él, dicen que es... Mágico"— Celestia

"Dicen que el presentador es muy guapo"— Sayaka

"Un circo... ¿Eso todavía existe?"— Fukawa

"Algo que es gratuito no puede ser tan bueno"—kuzuryuu

"Les aseguro que solo entregamos entretenimiento de la mejor calidad"— Byakuya

"¡Yo quiero ir! De dónde vengo los circos son muy queridos... Desde que vine a este país he querido volver a ver alguno" — Sonia

"Hagamos algo, dentro de un mes se celebra el aniversario de este club... Que Togami les avisé a sus payasos y nos den el mejor espectáculo que puedan hacer"— Celestia

"¡Ja!"— Junko

"Quien sabe, si es tan bueno como dicen podrían apoyar a la causa"— Celestia

"¿Que quieres decir?"— Byakuya

"Cuando era niña amaba los circos... El dinero me sobra, si su espectáculo me convence podría ayudar con algunos gastos"— Celestia

Era una oportunidad única que cualquiera desearía, Tsumugi estaba encantada por supuesto, el circo creciendo era su mayor sueño, desde que conoció a Kokichi y vió ese potencial.

Le dolía, era verdad, se sentía traicionada al ver que ella nunca podría estar sobre el escenario ¿Que podía hacer? No tenía el carisma, la habilidad o la belleza del presentador.

Fue ella quien lo llevo hasta allí, sin ella, la corporación Togami no podría haber notado a DICE ni Kokichi se habría vuelto la súper estrella que era ahora... Si tan solo no hubiera hecho nada en esa cena.

Le dió fama y fortuna pero nunca se lo agradeció, la trataba como si lo tuviera cautivó, como si fuera la mente perversa que arruinó su vida.

Tantas veces que actuó en su contra, siempre quería actuar para el bien del espectáculo... Pero habían veces que simplemente lo ignoraba, realmente odiaba a su jefe.

"Tú arreglaste las maderas para que cayera y arruinar el show destruyendo mi reputación en el camino y aún así estás aquí"

Aún recordaba esa vez, habían pasado más o menos 3 meses desde entonces, pero siempre lo recordaba; sabía que no era la primera vez, muchas veces había hecho cosas en contra de su jefe.

No era por completo verdad lo que había dicho esa vez, no había arreglado tal cual la madera pero si sabía que ese lugar no tenía el mantenimiento adecuado, sabía que era peligroso ese lugar en específico y que su jefe todos los días pasaba por ahí, pero no dijo nada, se decía que no era importante cuando en realidad deseaba que algo malo le pasará.

Ella se sintió bien cundo se llevaron a Kokichi a la enfermería, después confundida por su alivió a sabiendas de que debía estar preocupada por él.

Simplemente le hecho la culpa a alguien más para no tener que pensar en eso, pero fue imposible, más cuando Kokichi se lo dijo a la cara.

Por supuesto, él era todo menos idiota, lo noto con facilidad y ya sabía de sobra que Tsumugi atentaba en su contra constantemente, pero nunca hizo nada tampoco, nunca la despidió ni regaño sin importar cuántas cosas hiciera o no hiciera.

Quizás era su forma de agradecer.

Kokichi nunca aprecio el "regalo" de Tsumugi, pero nunca la odio por ello, a fin de cuentas... Para los dos era eso, un regalo.

Sin duda, que cena de navidad más extraña.

La chica se sacudió la cabeza, su mente debía estar concentrada en la gran noticia, posiblemente la más grande función que el circo jamás hubiese podido hacer.

Debía estar feliz y entusiasmada, pero igual se mantenía dudosa y pensativa.

El circo no es nada sin Kokichi, al menos eso pensaba ella, si realmente amaba al circo no tenía porque seguir peleando.

Hace tiempo que le daba miedo su propio jefe, es verdad, irá y miedo, pero no valía nada.

Está oportunidad lo era todo, quizás el momento adecuado para un cambio.

Lo daría todo por el espectáculo, incluso si tenía que cambiar y llevar a Kokichi al éxito como lo hizo tiempo atrás.

Miro a su alrededor, estaba afuera de su casa esperando a que la camioneta de su jefe llegará, está vez ella iría con él para comenzar rápido con los preparativos. No tardó mucho en llegar.

La camioneta se estacionó frente a ella y el chófer bajo para abrirle la puerta, estaba como siempre dividida en 6, Kaito y Gonta atrás mientras que Kokichi estaba en frente de ellos.

Tsumugi se subió y sentó a lado de su jefe, en cuanto la camioneta arranco sacó sus papeles de su portafolio y comenzó a hablar.

Tsumugi: muy bien señor, este será un mes ocupado, necesitamos algo nuevo ¡Algo nunca antes visto!

Pero él ni siquiera la veía.

Tsumugi noto esto, miro a su jefe, vió que estaba viendo su celular con una gran y tierna sonrisa, comenzó a chasquear los dedos frente a él pero simplemente no reaccionaba.

Tsumugi: ¡Señor!

Kokichi: ¡Shh, esto es importante!

Tsumugi:¿¡Qué es más importante que esto!?

Kokichi: Shuichi me está revelando como hace para siempre ganarme en el Clue ¡Te dije que era importante!

No podía creer lo que decía, Tsumugi miro a la pantalla del celular y noto que en efecto, Kokichi estaba en una conversación de WhatsApp con Shuichi.

Hace días que eso ya no era sorpresa, desde que ella le pasó a Shuichi el número de Kokichi y viceversa no han dejado de hablar fuera del trabajo.

Más Kokichi que Shuichi ya que al otro le daba pena molestar.

Solo era por si ocurría una emergencia o Kokichi necesitaba a su compañero por algo... Pero lo usaban para todo menos para eso.

Quizás parecía que Shuichi era solo un estorbo para el jefe, o quizás su mascota, pero Kaito, Gonta y sobretodo Tsumugi sabían que había más que eso... Por supuesto, eso sería un gran problema.

Hemos visto como es todo desde el punto de vista de Shuichi con su extraño jefe y compañeros ¿Que tal si ahora vemos cómo es todo para Kokichi y sus empleados?

el circo - saiomaWhere stories live. Discover now