18. El diario de James (y la carta)

40 10 42
                                    

Una vez que el Dj puso la canción lenta que le pedí amablemente que pusiera (aunque él lo tomó como una amenaza), salí del lugar. Debía dejar que Laura y Jason tuvieran un baile mágico. Pensé que yo podría ponerlos nerviosos. Afuera habían muy pocas personas. La gran mayoría estaban dentro. Decidí deambular un poco. Vi la fuente. Me acerqué. Estaba llena de recuerdos. No todos buenos pero... ahí estaban. Fui a las máquinas expendedoras. Compré caramelos de limón. Metí uno a mi boca. Después atravesé el patio. Entonces vi a Lucille. Se acercó al altar que le habían puesto a Paul. Me pareció raro. Fui a ella.

— ¿Qué haces?— le dije.

Me observó.

— Enciendo las veladoras— dijo ella.

Tomó un encendedor y las prendió. Sólo eran dos.

— No sabía que tú eras la que las prendía— dije.

Me incliné en el suelo. Miré las veladoras, las tarjetas y las flores.

— Si no lo hacen los demás profesores lo hago yo— dijo—. Es la primera vez que te acercas aquí.
— Me siento muy mal viendo esto, sinceramente— admití.
— ¿Qué?— dijo sorprendida—, ¿Y por qué no lo dijiste antes?
— ¿A qué te refieres?
— Pusimos esto por ti. Pensamos que sería bueno que vieras que honramos la memoria de alguien que fue muy preciado para ti.
— No lo vi de ese modo— dije—. Debí. Hubiera sido mejor que sólo sentirme culpable cada vez que pasaba por aquí.
— ¿Culpable? Pero no tienes ninguna razón para sentir culpa.
— Lo sé. Pero hay veces donde siento que sí lo es... ¿Podrías dejarme un momento solo?

Nos miramos.

— Está bien— dijo—. Estaré por allá en las máquinas expendedoras por si me necesitas.
— Siempre te voy a necesitar— dije—. Aún si ya no soy tu alumno.

Sonrió.

— Y yo siempre estaré para ti aún si ya no soy tu profesora— dijo.
— Podríamos ser amigos— dije.
— Cariño, somos más que amigos. Eres como mi hermanito. Y eso nunca cambiará.
— Siempre quise una hermana mayor— dije—. Gracias. Por todo.
— Me gusta poder ayudarte. Así que... búscame si me necesitas.
— Lo prometo— dije.

Después se alejó. Miré las veladoras. Me senté. Suspiré.

— Hola Paul— dije y sentí ganas de llorar—. Perdón por no venir antes a hablar contigo. Pero me dolías tanto que... no hubiera podido hacerlo sin llorar. No quiero hacerlo. Me gustaría poder ser feliz... tanto como tú lo parecías esa vez que fuimos al cine.

Respiré profundamente. De verdad no quería llorar.

— Mira cuántas tarjetas— dije—. Mucha gente te recuerda además de mí. Es algo bueno... sinceramente no puedo superar que ya no estés. Quiero pero no puedo. A veces apareces en mi mente. Neil dice que debo aprender a vivir con esto pero... ¿Cómo le hago para evitar pensar en lo que debí hacer diferente para poder salvarte? Porque aunque ya nadie lo diga... moriste por mi culpa. Y sufriste mucho tiempo antes de eso por mí... ojalá pudieras perdonarme... porque no era mi intención que eso pasara, yo sólo... quería salvarlos a todos. A ti sobre todo. Eras mi prioridad pero no te salvé. No sabes cuánto lo siento... daría lo que fuera porque siguieras en este mundo. Incluso mi propia vida. No la uso mucho a decir verdad. Sólo me he dedicado a tratar de reparar lo que arruiné pero... no he podido hacerlo bien. Ojalá pudiéramos cambiar de lugar. Tú tenías una lista de cosas por hacer... y yo no tengo nada. Además sigo perdiendo cosas. Perdí a la abuela. Espero que esté contigo en donde sea que estás. Sería lindo que tuviera compañía. No quiero que se sienta solita...

Limpié mi cara con la manga de mi camisa. No quería llorar pero las lágrimas se reunían en mis ojos sin que pudiera evitarlo.

— ¿Sabes de qué no me arrepiento? De haberte besado— dije—. Tú más que nadie te merecías ese beso. Era una muestra genuina de mi aprecio por ti. Y no soy mucho de mostrar mi verdadero yo... me alegra que vieras como soy. Espero no haberte asustado mucho. Cambié. Debí hacerlo. Tenía gente por salvar. Y lo hice. Pero siempre me dolerá en el corazón no poder salvarte a ti. Me lastimará el resto de mi vida. Quizá un día... podamos vernos de nuevo. Espero ser lo suficientemente digno como para poder verte una vez más.

Encuentros de pasilloWhere stories live. Discover now