61. El diario de Zac

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Como no supe qué decirle a Logan decidí no decir nada. Me llamó y mensajeó mucho ese día y los que continuaron pero nunca contesté. No quería ignorarlo pero tampoco lastimarlo. Me esperó afuera de la universidad y afuera de mi edificio dos días consecutivos. Tuve que esconderme hasta que se fuera. Por suerte jamás se acercó a la cafetería de mamá así que me sentía más seguro ahí pero seguía sintiéndome mal por él. Odiaba que las cosas se hubieran vuelto así y no lo entendía. Creía que éramos buenos amigos.
Inevitablemente los demás se dieron cuenta de que algo me pasaba. Pero recordaba lo que Will dijo: si me ponía mal eso se volvía un problema para todos. No quería que sufrieran por mí así que no le dije nada a nadie. Decidí soportarlo. Sin embargo me sentía como si fuera a explotar.

Una noche Will llegó bastante tarde. Me encontró en la cama leyendo.

— Hola— dijo cansado—. Volví.

Se acercó a mí, besó mi frente y después fue a tomar un baño. Me quedé estudiando aunque no podía concentrarme del todo. Logan me preocupaba demasiado. No quería seguir ignorándolo pero tampoco sabía qué hacer. No poder hablarlo con nadie lo hacía peor. Pensé en que quizá Will podría darme algún consejo, no tenía que decirle que yo era el del problema, podría decir que era otra persona.
Salió del baño, se cambió y comenzó a secar su cabello.

— Necesito una secadora— dijo.
— Es que no estás secando bien— le dije.

Le pedí que se sentara en la cama. Tomé una toalla y comencé a secar su cabello suavemente. Iba a mencionarle lo de Logan pero él habló de nuevo.

— Tuve un día terrible— dijo.
— ¿De verdad? ¿Por qué?— dije.
— Un paciente murió en medio de una cirugía. Me ha pasado antes... pero no me esperaba esto. No ahora cuando todo me ha salido tan bien...
— No fue tu culpa— dije.
— Lo sé pero... es imposible no sentirse mal por él. El doctor Noiret me animó mucho pero... no fue suficiente. Sin embargo estar aquí sí me hace sentir mejor. Más tranquilo. Debes ser tú.
— ¿Yo?— dije confuso.
— Todo en ti me da mucha tranquilidad. Eres... simplemente perfecto para mí.

No esperaba algo así. Quitó la toalla de su cabeza y me miró. Levantó su brazo y pasó su mano por el contorno de mi cara. Sonrió.

— De verdad no sé qué haría sin ti— dijo y me abrazó—. Verte me hace muy feliz.

No pude evitar sonreír. Me sentía muy querido. Decidí hacerlo sentir así de amado también. Le pedí que me contara más sobre aquella cirugía. Lo hizo y aunque fue algo triste, al final dijo que se sentía mejor. Después nos acostamos. Me abrazó. Se sentía muy bien. No quería disfrutarlo porque se suponía que yo debía hacerlo sentir bien pero no pude evitarlo.
Al día siguiente me desperté muy temprano. Jason y Laura me ayudaron con el desayuno. Me sentía tan bien que cociné de más.

— No sé qué está pasando pero hay tantos wafles que creo que me volveré loca— dijo Madie feliz.
— Tenía ganas de cocinar— dije.
— Se ve— dijo Alex.
— Podríamos llevarle algunos a personas que conozcamos— dijo Laura—. Como al profesor.
— Es una buena idea— dije—. Apuesto que a Lou y a Ben les encantará comer wafles.

Así que les envié un poco con Laura y Jason. Will me preguntó si podía llevarle al doctor Noiret. Me pareció que no tenía nada de malo así que también le di. Por último guardé unos en un recipiente para darle al profesor. Will me llevó a la universidad. Ya ahí tomé mis clases hasta que al final de todas busqué al profesor Charles. Estaba en su oficina. Su secretaria me dejó pasó.

— Zac, hola— dijo de buen humor—, ¿Está todo bien?
— Traje wafles— dije.

Me acerqué y los puse en su escritorio.

Encuentros de pasilloWhere stories live. Discover now