CAPÍTULO 49

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(Lya)

Supe que él sonreía y cuando miré hacia él lo descubrí tumbado mirando al techo.

—¿Estás agusto?—le pregunté mirándole.

Él giró la cabeza hacia mí y sonrió antes de ponerse en pie y acercarse a mí.

—Sí, pero estaría más agusto de otra manera.

—¿Cómo?—Quise saber.

—Ponte de pie—me pidió ofreciéndome la mano.

Le miré con reproche

—Te prometo que te dejo estudiar.

Me levanté y mi profesor ocupó mi silla, después agarró mi cadera y me sentó encima de él.

Me abrazó por la cintura y me dió un suave beso en la nuca.

Yo sonreí y me puse a estudiar.

Estuvimos así durante cinco minutos antes de que hablase.

—¿Sabes? Estas muy sexy cuando te concentras—me dijo.

Yo le miré sonriendo.

—¿Vas en serio?—le pregunté.

Él sonrió y se encogió de hombros.

—Sí, frunces levemente el ceño y murmuras por lo bajo, es muy sensual—me dijo

Yo me reí y negué con la cabeza girándome hacia él para besarle..

— Sabes, contigo es muy difícil estudiar — me reí. El abrió los ojos sorprendido y me miró poniendo morritos.

— ¿Y eso por qué? — preguntó.

— Porque no paras de hablar — reí. Él sonrió y miró hacia un lado como si la cosa no fuera con él.

— Vale... Lo pillo... — acabó diciendo.

Cuando la hora de comer se acercó, mi teléfono empezó a sonar.

— Es mi tío, no hables por favor — pedí a Ian, él asintió y se levantó tras de mí para sentarse en la cama.

Cuando terminé de hablar con él, dejé el móvil y me senté sobre el regazo de Ian ya en la cama.

— ¿Todo bien? — me preguntó.

— Si... Me dijo solo qué había de comer y si había hecho algo esta mañana — reí — y que llegaría sobre las nueve... Así que...

— Le dices que has salido un rato por la tarde... Y que vuelves en bus... Y así estoy más tiempo contigo. — sonrió.

— Eres de lo que no hay — dije acariciándole la cara antes de que mis tripas sonarán.

— Me da que alguien tiene hambre — rió él. Yo asentí mientras sonreía y él me cogió en brazos para bajar las escaleras así.

— Estudiaste todo al final ¿no? — me preguntó.

— Si... Y lo que queda lo hago mañana

Él sonrió.

—Me parece muy buen plan, así podemos pasar tiempo sin distracciones.

—¿Distracciones?

—Hombre, me dirás que estudiar no ha sido una distracción.

Me reí y mi profesor me dejó en el suelo cuando llegamos a la cocina.

—Quien me ha entretenido no son los deberes, era alguien que no dejaba de moverse sin hacer comentarios—le piqué dirigiéndome al frigorífico.

Por si me ves, estamos destinados  -Contigo soy-Where stories live. Discover now