Capítulo 6

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Cogí la hoja de papel y la doblé mientras la metía en el bolsillo de mi pantalón, de reojo vi como Ian no perdía de vista la hoja doblada. Mis amigas y yo nos fuimos a dar una vuelta en los cinco minutos de clase y nuestro profesor sala mañana transcurrió con normalidad, algunas horas fuimos al parque, y otras, acudimos a nuestras clases. En una ocasión, cuando entramos en el instituto después de habernos pirado física y química nos cruzamos a Ian que iba hacia el gimnasio. Al vernos sonrió de medio lado y negó la cabeza en señal de desaprobación. Nosotras nos reímos y seguimos nuestro camino.

A última nos tocaba lengua, no era la asignatura favorita de ninguna, pero el profesor había amenazado con poner faltas y aún más deberes para hacer en casa durante las vacaciones, así que decidimos asistir, por si las moscas. Llegamos a nuestro aula y yo me senté en mi sitio junto a la ventana, me gustaba sentarme cerca de una, desde siempre, me concentraba mejor. El profesor no tardó en llegar y comenzamos a hacer ejercicios de repaso, a su hora habíamos venido casi toda la clase, sus amenazas habían surtido efecto.

Me concentré en las oraciones que nos había dejado para descomponerlas sintácticamente y no tardé mucho en terminarlas. En lo que el resto de la clase finalizaba de analizarlas, me entretuve mirando por la ventana. Había gente fuera, en las canchas del instituto, con material deportivo dando clase de educación física, reconocí a Ian, la verdad es que no era muy difícil, era el más alto con diferencia de toda la gente que había fuera, supuse que esa clase sería primero o segundo de la ESO.

Volví a prestar atención al profesor cuando comenzó a corregir las oraciones. Entre ejercicio y ejercicio pasó la hora y las cuatro recogimos para irnos por fin a casa. Caminamos para salir del edificio. Una vez fuera nos quedamos esperando sentadas en unos bancos hasta que saliesen unos amigos de un curso superior. Sin embargo alguien llamó mi atención, Ian que caminaba hacia el aparcamiento con un casco de moto en la mano y a su lado iba otro profesor, a ese no le conocía pero parecían llevarse bien.

-Lya -oí que me llamaban- volví a prestar atención a mi grupo de amigas y descubrí que mis amigos, a los que estábamos esperando, ya habían salido.- ¿vamos o qué?

-Sí, sí, venga, vámonos- dije yo poniéndome en marcha. Caminé junto a mis amigos hasta que llegamos al final de la calle, en donde nos separamos porque, o bien debían coger el autobús para que les llevase a casa o, como era mi caso, vivíamos a tan solo unos minutos andando.

Nos detuvimos en la bifurcación para hablar antes de separarnos

-Oye, ¿entonces mañana piramos educación física?- preguntó Gaia.

-Como queráis- dijo Sofía

-Yo la verdad... Es que no me siento bien saltándome clase- admitió Harley

-Bueno- intervine yo- ya veremos mañana lo que hacemos y arreglado.

A mis amigas les pareció bien y nos despedimos. Gaia y Sofía se fueron por una calle y Harley y yo seguimos caminando en dirección contraria.

-Que risas en la guardia de Ian- comentó mi amiga dando pie a una nueva conversación

-La verdad es que sí- admití- ponía cada cara...

Mi amiga soltó una carcajada.

-Cuando sacaste la hoja de papel fue bestial, le jodió pero bien

Comenzamos a reírnos las dos y justo en ese momento escuchamos un par de pitidos. Ambas miramos hacia la carretera y le vimos pasar conduciendo la moto

-Si es que... Hablando del rey de Roma...- dije yo.

-Bueno, ¿Tú qué piensas hacer esta tarde?¿Sigues teniendo entrenamientos?- me preguntó mi amiga.

-Si, pero hoy ya es el último, hasta que no volvamos de vacaciones ya me puedo ir olvidando de entrenar.-respondí acabando en un suspiro.

Me gustaba mucho entrenar; salvo por dos excepciones, había muy buen ambiente en el equipo, además, el entrenador me había cogido cariño y yo también, lo que hacía que el ambiente fuese aún mejor.

Hoy, al ser el último día, habíamos quedado todos después de entrenar para coger un autobús e ir al centro a tomar algo. Habíamos convencido hasta al entrenador, aunque al principio habíamos tenido que insistirle. Sinceramente, tenía muchas ganas de esta tarde, por fin era libre de tener que estar estudiando todos los días para el examen del día siguiente durante semanas... Dentro de dos días ya nos darían las notas y seríamos completamente libres para disfrutar de un par de semanas sin obligaciones.

-Oye- dije de pronto- crees que podríamos quedar Sofía, Gaia, tú y yo el día de las notas para ir a comer al centro, hace mucho que no estamos las cuatro por allí, y yendo de tapas con cinco euros comemos.- expuse.

-Pues es buena idea, yo creo que sí que podría, hay que preguntarle a las otras dos

Asentí dándole la razón

-En cuanto llegue a casa lo pongo por el grupo- dije al comprobar que teníamos que separarnos ya para ir cada una a su casa

-Perfecto

-Bueno- dije yo- pues ya hablamos

-Vale, luego te confirmo de todos modos- me avisó

-Sin problemas, adiós- me despedí

-Adiós.

Por si me ves, estamos destinados  -Contigo soy-Where stories live. Discover now