𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

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Estaba cansada, mi padre había recibido una misteriosa llamada mientras cenábamos y ahora nos encontrábamos de camino a un funeral de alguien que ni siquiera recuerdo después de haber tomado un vuelo de doce horas

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Estaba cansada, mi padre había recibido una misteriosa llamada mientras cenábamos y ahora nos encontrábamos de camino a un funeral de alguien que ni siquiera recuerdo después de haber tomado un vuelo de doce horas.

Tal parece que la hermana de un viejo amigo había fallecido e iríamos al funeral en un pequeño pueblo de California.

O sea, el culo del mundo.

Bosque, era lo único que había podido ver desde hace más de una hora, pino tras pino, no había nada más. Mi trasero ya se encontraba dormido y mi cerebro luchaba por mantenerse despierto mientras intentaba no morir del aburrimiento. No había podido pegar el ojo durante toda la noche, las camas del hotel en el que nos quedamos eran duras y podía sentir como uno de los resortes del colchón se clavaba en mi espalda baja, una pesadilla.

Sentía como mis parpados se cerraban involuntariamente y antes de que pudiese disfrutarlo el giro del volante provocó que mi cabeza cayera de lado golpeándome contra la ventana.

—¡Ah! —me queje abriendo los ojos y topándome con la sonrisa burlona de papá—¿Por qué haces eso?

—Ya estamos por llegar, no puedes dormir—rodé los ojos y lo vi encender la radio, el silencio fue sustituido por rock pesado—¿No dormiste bien?

—Bueno, tenía un resorte clavado en la espalda y a decir verdad el horrible ruido de la calefacción averiada no ayudaba mucho. Pero tú no sabes de eso, te fuiste durante la noche.

—Ah si, no tenía sueño y fui a buscar un sitio para comer.

Mentira.

—Claro y... ¿Qué comiste?

—Hamburguesas, no estaban tan mal.

Más mentiras. Dios, quería gritarle en la cara.

—Debiste de traerme una, el café parecía agua de calcetín viejo—me queje aun sintiendo el agrio sabor en mi boca.

—Para el próximo cariño—señaló al frente y gire mi cabeza—Ya llegamos.

El gran letrero de madera nos recibió "Bienvenidos a Beacon Hills", por algún motivo aquello me provocó un escalofrío. Después de treinta minutos más llegamos al cementerio, mi padre se detuvo y apago la camioneta para después salir de esta seguido de mí, comenzamos a caminar y por un segundo pensé que sería un lugar tranquilo. En mi mente había creado un escenario típico de película, en donde solo se escuchaba la voz de un viejo padre provocando que la mitad de los presentes durmieran fingiendo escuchar el sermón y talvez uno que otro llanto.

Vaya sorpresa fue ver a una densa bola de periodistas tratando de filmar y fotografiar a los presentes junto a media docena de policías custodiando el lugar impidiéndoles el paso, la mujer que murió debió de haber sido toda una celebridad en el pueblo.

Uy si, ardían por ella.

Mire a mi padre confundida y el me indicó que siguiera caminando.

—Vamos.

𝐇𝐮𝐧𝐭𝐫𝐞𝐬𝐬 [𝐓𝐞𝐞𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora