No hay por qué preocuparse, hay un boggart ahí dentro.

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POV:

Mientras todos en Hogwarts dormían, a un par de kilómetros del castillo, había un pequeño poblado, Hogsmeade, un pequeño pueblo pintoresco de cabañas y tiendas, con velas encantadas colgando de los árboles durante las vacaciones.

Por la hora, las tiendas estaban cerradas, con algunas calles ya no tan iluminadas, con ni una sola persona en las calles, solo un par de gatos sobre los tejados, y un gran perro negro, el cual salió desde la oscuridad de un callejón.

Se trataba de Sirius Black en su forma de animago, este estaba transformado en un perro, mientras llevaba una pequeña maleta, la cual le había sido entregada indirectamente por Wade y Óbito hace un par de días.

Aunque esta se encontraba más vacía de lo que debería, pero eso se debió a que antes de llegar a Hogsmeade, en el camino, el se transformo en su gorma humana para comer un poco, pero desgraciadamente, mientras estaba disfrutando de la comida enlatada, una señora muggle alcanzo a verlo, quien lo reconoció de las noticias, por lo que esta se fue gritando.

Por lo que sabiendo lo que pasaría si se quedaba demasiado tiempo en las cercanías, el se transformo en su forma animago y salió corriendo de ahí,  dejando varias de las latas y botellas para su viaje.

Por suerte para el, Wade había metido más de lo necesario, por lo que aún tenía un par de comida enlatada para unos días si la administraba bien.

Sirius miro a su alrededor, con su mente divagando en recuerdos del pasado, cuando el con sus amigos venían a Hogsmeade, las tiendas que visitaban, las jugarretas que realizaban, al igual que la deliciosa cerveza de maíz que disfrutaban cada vez que venían.

Pero aunque a Sirius le gustaría seguir recordando aquellos buenos momentos, la aparición de un Dementor volando sobre el pueblo, le hizo recordar que aún no estaba a salvo, que necesitaba esconderse.

Por lo que aprovechando su conocimiento del lugar, el uso varios callejones oscuros y poco visibles, para salir del poblado, para dirigirse a la Casa de los Gritos.

El recordaba los rumores que circulaban sobre este lugar, siendo el uno de los pocos que sabían la verdad, de que no estaba encantada, y que los sonidos que provenían del lugar, era de su compañero de Casa, Remus Lupin, un hombre lobo, quien venía aquí las noches de Luna Llena, para no lastimar a nadie durante sus transformaciones.

Ya frente a la casa, y recordando la carta que había encontrado en la maleta que llevaba, este asentó la maleta y con su boca del interior de la bolsa saco una tarjeta, la cual paso por el hueco en la puerta, que sirve para las cartas; lo que causo que la puerta se abriera.

Con la puerta abierta, Sirius pudo entrar al interior de esta sin necesidad de des transformarse, y después de entrar a la casa, la puerta se cerro, y Sirius vio que pegada a la puerta, en la parte de atrás, se encontraba la tarjeta, por lo que se des transformo y la tomo.

Están en el interior de la Casa, no tenía que preocuparse por los Dementores,  ya que a pesar del estado de esta, la mayoría de las habitaciones están completamente cerradas, por lo que los Dementores no lo podrán ver, al menos que estos entren o el salga de la casa.

Con la tarjeta en su mano, Sirius se dirigió al comedor, ya que se supone que ahora había una habitación secreta en su interior, por lo que se dirigió a esa habitación, y al llegar, el vio un par sillas y una mesa empolvadas, con un par de arañazos en estas, de cuando Lupin venía.

Sirius se dirigió a una pared al otro lado de la habitación, en donde había una chimenea, sobre la cual había un viejo retrato de una familia, por lo que siguiendo las instrucciones en la carta, el extendió su mano hacia el retrato, mientras sostenía la tarjeta, poniéndola frente a esta.

Hogwarts y la segunda Titanomaquia.       LIBRO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora