Capítulo 1

4.6K 408 65
                                    

Mis ojos se sentían pesados, aún así luchaba por abrirlos. Mi cuerpo estaba adolorido y mi cabeza me estaba matando. Después de levantarme iría por algún analgésico y luego tomaría una buena ducha, tal vez así me sentiría mejor.

Escuchaba voces, personas gritando a todo pulmón, sin embargo no lograba entender lo que decían. También escuchaba pisabas haciendo a la madera crujir debajo de ellas. El viento golpeaba mi cuerpo descubierto, provocando que me sacudiera del frío. Todo esto era tan extraño. No recordaba haber ido a la cama sin ropa, es más recuerdo que me puse mi pijama después de cepillar mis dientes.

Una vez más intente abrir mis ojos fallando miserablemente. La sensación de cansancio dominada mi cuerpo. Aunque lograba abrirlos no estaba segura de poder mover un músculo.

Escuché más pisadas, esta vez acercándose y deteniéndose frente a mi. Pude notar que eran dos mujeres porque claramente las escuchaba murmurar.

"Hazlo rápido"ㅡdijo una.

"Pero mírala, no puedo hacerle eso" ㅡcontestó la otra mujer.

Discutían, no estaba segura del porqué pero sabía que yo tenía algo que ver en eso. No pude evitar que el miedo se apodere de mí. Tenía que despertar rápido de este mal sueño. 

"Se enojará si no hacemos el trabajo, lo sabes" ㅡdijo la misma mujer que habló primero.

"Está bien" ㅡsuspiró la segunda.

En este punto temía lo peor. No estaba segura de lo que esas mujeres me harían pero presentía que era algo malo. Intenté gritar, aunque nada salía de mi boca, ni una sola palabra. Como mis intentos fueron fallidos, me resigné.

Segundos después agua fría cayó sobre mí, empapando todo mi cuerpo. El frío me recorrió y sólo así pude reaccionar. Levanté mi cabeza abriendo mis ojos de par en par para observar a través de  mi pelo mojado a dos chicas con ropas extrañas frente a mí.

La primera era una chica, con una larga cabellera oscura cayendo por su espalda, sus ojos cafés parecían ocultar algo oscuro. Ella tenía en su rostro un semblante serio, sus cejas fruncidas y sus labios en una línea recta.

Por otra parte la segunda era una chica alta, su cabello rubio lacio mientras que sus ojos de un color castaño me miraban fijamente pareciendo preocupada.

Ambas eran chicas muy guapas tenía que admitir.

Pero algo no andaba bien y lo sabía.

La pelinegra sacó una espada de la vaina que traía atada en su cintura. Levantó la hoja metálica y la bajo en mi dirección, antes de que me alcanzara cerré los ojos con fuerza, esperando el momento en el que mi vida terminaría pero este nunca llegó. Abrí lentamente mis ojos sólo para ver el filo de la espada cerca de mi cara.

ㅡLevántate ㅡhabló con frialdad la morenaㅡ ¡Que te levantes!  ㅡgritó cuando no le hice caso.

Me levanté tan rápido como mi cuerpo lo permitió, seguía adolorido. La chica con exasperación agarró mi brazo con fuerza y terminó por levantarme. Ya de pie, ella tomó uno de los pedazos de cuerda que había cortado y comenzó atarme las manos. Sólo en ese momento me percaté de que había estado amarrada a un gran tronco de madera.

ㅡCamina ㅡvolvió a hablar la chica ahora comenzando a caminar. Ella esperaba que la siguiera.

Un pequeño empujón me hizo moverme unos pasos hacia adelante. Miré atrás para darme cuenta que había sido la chica rubia. Con un ligero movimiento de cabeza me indicó que caminara.

Caminé despacio ya que era lo más rápido que podía moverme en ese momento. Miré a mi alrededor, primero a la izquierda donde habían varios hombres cargando barriles, algunos sentados en medianas cajas de madera, ellos definitivamente no tenían un aspecto agradable. Volteé a la derecha para toparme con la misma imagen. Todos en este lugar tenían atuendos extraños que me hacían recordar a películas de piratas.

Sueños de agua | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora