Capítulo 8

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Me levanté molesta con ella, sorprendiéndome de poder hacerlo ya que mis piernas anteriormente habían cedido y continuaban temblando ligeramente. Dejé el jarro que me había traído en su cama, no me molestaría en levantarlo y comencé a caminar como pude hacia la puerta, maldiciendo por lo bajo a esa guapa castaña. Cuando estaba por salir miré la manzana en mi mano y una idea cruzó por mi cabeza. Sonriendo con malicia levanté la vista de la fruta y me enfoqué en la chica, ella estaba bastante relajada en su silla sin siquiera prestarme atención alguna, lo que me pareció perfecto para ejecutar mi plan. Tal vez sería algo infantil pero era el único tipo de venganza que obtendría de todo esto, sólo por ahora.

Entonces lancé la manzana con todas mis fuerzas contra una distraída Jennie. La fruta golpeó cerca de su pómulo y terminó por caer al suelo. La castaña se movió rápidamente, tirando hacia atrás su silla para levantarse. Su mano viajó a la zona golpeada, mirando hacia abajo donde pude apreciar sus ojos abrirse sorprendidos. Tardó sólo unos segundos en entender lo que había pasado y luego lentamente comenzó a levantar la cabeza. La sonrisa que antes tenía en mi rostro desapareció y tragué grueso al ver que ahora sus ojos me miraban de una forma dura, casi molesta.

ㅡY-yo...yo creo que...d-debería irme ㅡhablé nerviosa mientras retrocedía.

No me atreví a darle la espalda así que con mis ojos todavía puestos sobre ella cerré la puerta en cuanto salí de su camarote. Me alivió un poco ver que no hizo ningún tipo de movimiento para acersarse a mí y sólo se quedó allí de pie mirándome con su ceño fruncido. Comenzaba a creer que había sido una mala idea lanzarle la manza y que me haría pagar por eso más tarde. Pensar en eso hizo que un escalofrío recorriera mi espalda, haciéndome temblar ligeramente.

Dí media vuelta con desconfianza y caminé dirigiéndome hacia la cocina donde esperaba encontrar a Rosé , tal vez ella podría ayudarme en caso de que la castaña apareciera. Además de que ella misma me había dicho que tenía que buscar a la rubia porque esta tenía que mostrarme algo. Pensando en que sería lo que tenía que ver llegué a la cocina, crucé la puerta doble de madera y con la mirada busqué a la chica. Me tomó sólo unos minutos encontrarla ya que estaba al final de la habitación, rodeada de las pocas mujeres que había en el lugar.

En silencio me acerqué al pequeño grupo y saludé tímidamente, no sé por qué tenía la impresión de que todas ellas me miraban de una forma extraña.

ㅡ¡Lisa! ㅡRosé me saludó luciendo emocionadaㅡ Que bueno que apareces, tengo algo que mostrarte. 

Sin decir más y sin darme la oportunidad de preguntar, tomó mi mano llevándome fuera de la cocina. Cruzamos la cubierta y bajamos por la escotilla, pasamos por los camarotes de la tripulación seguido del de Rosé y por último terminamos frente a la puerta que recordaba era una especie de cuarto de baño. La rubia nos hizo entrar, cerrando después y luego caminó hacia la bañera, que hasta ese momento noté que estaba llena. Miré confundida a Rosé mientras levantaba una ceja, sin comprender todavía la razón por la que me trajo hasta aquí.

ㅡ¿Y bien, qué es todo esto? ㅡpregunté cuando no recibí ninguna explicación de su parte.

Ella sonrió. Sus ojos brillaban de emoción, toda ella desprendía aura sumamente alegre lo cual me dejaba un poco desconcertada.

¿Qué le había pasado cómo para que estuviera así de contenta?

ㅡBueno ㅡcomenzó diciendoㅡ Jen me pidió que te dejara tomar un baño. Dijo que estabas desesperada por uno y que sentía que te lo merecías ㅡterminó, encogiéndose de hombros.

ㅡNo estoy desesperada ㅡdije sin estar segura del todo.

Ellos podrían estar acostumbrados al tipo de vida que llevaban pero yo no. Todavía necesitaba mi taza de café caliente al despertar por la mañana y no solamente agua con algo de pan.

Sueños de agua | Jenlisa Kde žijí příběhy. Začni objevovat