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Estaba dando gracias al Señor esta mañana por el nuevo día, y me sentía emocionada por el amor que sentía.

Y le daba gracias por todo, me sentía agradecida por todo lo que me daba.

Le daba gracias por lo pasado, y por lo que me pudiera pasar sin saberlo todavía, por el dolor y la alegría, y le decía, que cuando en mi dolor viera mi debilidad porque no pudiera con ella, me cogiera como un niño recién nacido entre sus brazos de padre o de madre.

Y me acordaba de mi hija, y recordaba el cariño con que acurruca a su niña, y yo le pedía que quisiera sentirme así en sus brazos.

Y pude oír que me decía:

Dios también necesita sentirse querido así campanilla.

¿Por qué crees que quiso ser Hijo y también Hijo del hombre?

Para sentirse acogido con ese inmenso cariño que solo tiene una madre.

Tu recuerdas a tus hijas, y no recuerdas cuando tú eras madre, que no acogías a uno, los acogías a todos y los metías en tu cama, y si hubieras podido, los hubieras metido en tú corazón, aunque en él ya los llevabas.

Dios también necesita ese cariño, ya que Dios es amor y lo que quiere es amor, y su mayor ilusión es el sentirse amado por los hombres.

Recuerda sus palabras, cuando decía: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?

Son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.

¿Qué es la palabra de Dios?

Amor.

¿Qué es practicar la palabra de Dios?

Vivirla.

Vivirla es amar todas las situaciones que se viven en la vida de alegría y de dolor, porque el dolor forma parte del amor, cuando el amor no es amado.

Que se lo pregunten a una madre que sepa amar, si el dolor no es amor y es parte de la vida que se vive cada día.

El amor, ha de corregir educar acompañar, comprender, acoger, perdonar, y también causa dolor cuando lo tiene que hacer.

El amor, no siempre es comprendido y también causa dolor.

El amor, también puede ser herido y también causa dolor.

El amor, puede ser ignorado humillado y maltratado, y también causa dolor.

Si no prácticas no sabes nada, y la palabra de Dios no es teoría para estar siempre hablando, discutiendo o teorizando a ver quien sabe más sobre ella.

La mayoría de las reuniones son para eso, para hablar de la palabra de Dios, para teorizar sobre ella.

Pero ahí se queda, porque luego no sabemos más que protestar a la hora de ponerla en práctica, que es la hora de vivir el amor que lleva la palabra.

Es muy fácil y bonito estar todo el día hablando de Dios, y de su amor. Eso es teoría, o leer un papel donde se dicen de Dios cosas muy bonitas, que nos saben a miel. Es como cuando habla Juan en el Apocalipsis, "que le dieron a comer un librito que contenía la palabra de Dios, y en la boca le sabia dulce como la miel, pero en el estómago era amargo, como fuego que abrasaba."

Y es que en la boca resulta dulce hablar del amor de Dios. Pero a la hora de digerirlo, al vivirlo, nos sabe amargo, nos cuesta trabajo, y nos parece imposible, por eso nos sabe amargo, porque en nosotros puede más el egoísmo que el amor del que tanto nos gusta hablar.

Y vemos que la palabra de Dios para nosotros, son eso, palabras bonitas.

Solo palabras.

Palabras que por muy bonitas que sean no sirven para nada si no las llevamos a la práctica.

¿Qué nos pasa a los cristianos?

Ese refrán que dice, "por la boca muere el pez" y es cierto.

Al decir cosas de Dios y frases sobre el amor, no hay quien nos gane.

Pero solo son eso, frases. Palabras sin practicar. Solo nos sabemos la teoría de las palabras. Pero nunca intentamos llevarlas a la práctica.

¿Por qué?

Porque practicarlas es lo que nos cuesta trabajo.

Queremos trabajar, pero en realidad el trabajo también cuesta, pero como lo hacemos por obligación o por dinero, tenemos que hacerlo, aunque nos cueste.

Con el amor, ya es diferente, porque no sirve el dinero ni la obligación. El amor es otra cosa. Y lo que mas trabajo nos cuesta al practicarlo, es que tal vez, la palabra de Dios nos lleve a morir con él, nos lleve a negarnos a nosotros mismos, que es lo mismo que morir, para poder vivir el amor como lo vivió el Señor.

Eso ya no queremos hacerlo, nos cuesta, nos duele, nos revelamos, sacamos nuestros derechos, no podemos hacerlo.

¿Por qué yo nos preguntamos? Olvidando que hemos prometido ser seguidores de Cristo.

Nos gusta más la teoría. Aprender, saber.

Mientras estamos estudiando, no tenemos que practicar, y a muchos se les va la vida estudiando sin tener que practicar.

El aprender nos suele gustar más que el vivir. Además, nos hace subir más puestos que los demás que no saben estudiar, y por eso no saben nada. Y eso es contrario al amor del que nos habla el Señor. Por eso, no damos testimonio de lo que decimos creer.

¡Cuánto nos gustan las celebraciones! ¡Las canciones de amor encendidas y los testimonios que se dan con la alegría de la fiesta!

Pero ¿Qué pasa después en la vida de cada día?

¿Es el mismo testimonio que decimos en las canciones?

¿Es el mismo amor que decimos en las canciones el que vivimos?

¿Vivimos lo que decimos en un momento de alegría?

¿Amamos a los que nos aman?

¿Amamos solo a los amigos?

¿Es eso lo que nos dice el Señor?

¿En eso van a conocer que lo seguimos a Él?

¿Qué merito tiene eso?

¿Porque no damos testimonio de Cristo?

Porque resultan una mentira nuestras palabras.

Porque no las acompaña la práctica. Practicarlas es vivirlas, y cuanto más se practica mas se puede saber.

 Practicarlas es vivirlas, y cuanto más se practica mas se puede saber

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LA LIBERTAD SALIO DE SU PRISIÓNWhere stories live. Discover now