Capitulo 3

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Estaba bastante cómodo, tanto que no deseaba levantarse, sentía las suaves sabanas abrazando su frágil cuerpo desnudo bajo el caliente satisfactorio que estaba dando las delicadas y deliciosas sabanas, casi estaba ronroneando por lo bien que se sentía.

Abrió sus ojos pesados, se alarmo al instante al no escuchar la alarma sonar, levanto su cuerpo de golpe, tomando su cabeza cuando sintió el repentino mareo y peor el dolor bastante presente en su espalda baja y al parecer todo su cuerpo.

Estaba adolorido en todo su cuerpo, sentía que había corrido todo el día de ayer...

—Los Azotes—Susurro, tapando su cara por la vergüenza, recordó todo. Observo a su alrededor, definitivamente no tenía colores crema en su habitación y mucho menos las mantas que lo envolvían, estaba desnudo...y limpio, lo había lavado la noche anterior.

Sabía que tenía el sueño bastante pesado, pro no hasta ese punto.

—Cuando duermes ronroneas igual a un minino—La voz escuchada provenía de la misma habitación, Edward estaba con un libro en sus manos, café en la otra mirándolo con una reluciente sonrisa de la mañana, ese sin duda había sido los mejor buenos días que alguien le había dado—¿Cómo dormiste?

—Muy bien—Se apresuró a responder, la pequeña sonrisa de Edward recompenso sus mejillas tintándose de rojo—Estoy bien y ¿Tu?

—Muy bien, gracias por preguntar—Respondió el gemelo, a la par que caminaba hacia su persona, se sentó junto a él, Louis gustoso aspiraba el olor a limpio que desprendía el hombre, cerrando sus ojos otra vez somnoliento—¿Adolorido?

La pregunta había sido un susurro, pero no fue lo suficiente como para que estuviese tapando su rostro con ambas manos, sintió el metal frio tocar su piel, Edward le tomaba delicadamente sus dedos, con esa mirada esperaba una respuesta.

—Un poco—Susurro.

—Pronto desaparecerá, debes mover un poco tu cuerpo, Harry te puso pomada en cada lugar así que no tendrás mucho problema gatito—Asintió, con sus ojos brillando ante el tierno apodo—¿Hambre?

Asintió una vez más, Edward se acercó dejando un casto beso en su mejilla, poso la pesada mano delicadamente en su hombro, rosando la delicada piel calentita

—En el armario hay ropa que puedes utilizar, a tu lado está el baño y todo lo que necesites, te esperamos en la concina para comas algo.

Se retiró, dejando a Louis con su mano en el beso delicado que se le había dado, bajo suavemente esperando que la molestia pasara, no era mucho como había mencionado Edward, pero estaba, así que lo mejor era ser precavido.

Entro al baño, mirando su reflejo en el espejo, tenía marcas en su abdomen bajo, dio la vuelta mirando el de sus glúteos y bajo su mirad admirando el que se encontraba dentro de sus muslos.

Creyó firmemente una reacción diferente, pero su rostro no apreciaba un solo tinte de disgusto, las marcas que su piel tenia habían sido producto de una experiencia placentera, misma que su amo le había dado, y eso le lleno su corazón, las toco solo por encima recordando como el cuero había impactado en su piel dejando un delicioso sentimiento.

Con eso en mente, se dispuso a hacer su rutina de baño, duro un poco más, los productos que contenían estaban sellados, totalmente nuevo para él, no los tenía en su casa y había unos de olores frutales, quería oler bien para los hombres que lo esperaban.

Al salir de la ducha, seco su cuerpo con una suave toalla, se vistió con unas prendas cómodas en el closet y salió tratando de controlar su caminar.

FIRE IN YOUR EYESWhere stories live. Discover now