Capitulo 11

220 16 1
                                    




LA CARTA DE GEMMA

Aún no he visto la forma de tu rostro correctamente ¿es que ya te lo dijeron? No has cambiado nada desde que eres un precioso bebe, creí que tus ojos en algún momento se volverían aún más azules , lo creí imposible pero lo son, son dos malditos zafiros azules como el mismo puto cielo en lo que lleva de existencia haciéndose más hermoso con forme pasa el tiempo, así mismo tus ojos son, así mismo eres tú, un ser humano que con solo existir se le permite la idea de cambiar a dos de los hombre más despreciables por el maldito mundo entero, dos viles seres humanos aman cada día lleno de horror para sus víctimas el cuerpo de un inocente que no es más que un pobre cuerpo que se deja hacer. Déjame conocerte, ver con más precisión tu rostro, déjame ver que es lo que tienes ¿qué es lo que te compone para que ellos te vean de tal manera y no a mí?, puedo sentir las náuseas asomarse con solo considerarte parte de esta familia putrefacta que tuvo la mala suerte de tener a los seres humanos más despreciables  de la tierra, creo que el mismo demonio que domina desde allá abajo es familiar nuestro querido Louis, déjame presentártelo, hacerte parte de los otros malditos que creían tener una chispa para quedarse con mis gemelos, déjame repetírtelo por medio de letras querido Louis, mis gemelos, no trates de quitármelos o esa maldita chispa se ira con los dos cielos que tienes como ojos, ellos ya no te tendrán y podría sufrir su primera muerte con tal de que otro más no los tenga te lo prometo. Déjame verte, déjame apreciarte de cerca y así sabrás quien se mete en tu piel y a quien les llamas señor en la intimidad.

UN AÑO ATRÁS

No tenía compasión del cuerpo debajo de él, no pararía lo juraba por Dios que no lo haría, el universo y las estrellas sabían que no iba a parar destrozaría ese cuerpo como si por ello hubiese nacido, y es que aquel desdichado se lo había pedido, jamás se negaria a tal acción pedida por ojos llenos de brillos por la droga que estaba actuando, pasando libremente por el torrente sanguíneo.

El cuerpo lleno de sudor, aunque, tales lagrimas invadidas por este líquido bajaran por su cabello abundante, pedía más. Era un pozo sin fondo de eso estaba seguro y maldita sea, era una mierda que no tenía planeada en ese momento, pero esta persona había visto algo...o a alguien.

Llego como un loco en busca de su más preciado tesoro, quitando desesperadamente sus prendas buscando sus labios y su cuerpo de inmediato estaba erecto por la demanda de ese ser que tenía ojos de súplica y al mismo tiempo felicidad, antes de comenzar cualquier acto busco entre tantas telas de seda el Popper que estaba por ahí y lo ingirió, le dio un poco a su persona, no tenía control de su cuerpo solo quería saciarse y no entendía el porqué de la actitud del otro.

En la madrugada había llegado la explicación del porqué aquella actitud de su hermano idéntico a él con facciones finas y de cabello un tanto largo, había llegado con una sonrisa que solo tenía cuando la droga lo había llevado a algún lugar desconocido para él, Harry estaba sentado buscando un cigarrillo en la mesa de noche con solo pocas sabanas en su cuerpo lleno de marcas y él estaba saliendo al fin de la ducha con una toalla secando su cuerpo.

—Necesito decírtelo, ven rápido siéntate junto a mí.

Harry estaba cediéndole espacio a su gemelo, se veía ansioso y feliz, no lo había visto así en mucho tiempo genuinamente contento.

—Hoy vi a alguien Ed...y Dios mío creo que me he enamorado perdidamente —Edward lo miro con gracia, las drogas esta vez habían hecho efecto de más.

—Qué maravilla Harry, ve y cásate entonces—Rodo los ojos buscando con que cambiar su desnudes, tiro la tolla con la que secaba su cuerpo en algún lugar del piso y termino poniéndose solo la ropa interior, buscaba un cigarrillo necesitaba pensar.

FIRE IN YOUR EYESWhere stories live. Discover now