❄️ Capítulo uno.

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Las calles lucen atestadas de adornos coloridos por doquier; personas transitan con apuro por la ciudad con prendas abrigadoras cubriendo su cuerpo del fuerte aire fresco, que desprende un leve pero dulce olor a canela y jengibre. La navidad está a la vuelta de la esquina, y con ello, la llegada de la nieve que cubre con una brillante capa cada centímetro de Seúl.

Los pequeños copos blanquecinos golpean suavemente contra su rostro, y con tranquilidad, hala de su gorrito de lana, trayendo consigo tiras de hilo que se escapan de la desgastada tela; cubre sus orejitas del viento fresco y lleva sus manos hasta sus labios dándose calor a su dermis desnuda, frotando sus palmas entre sí hasta palpar la calidez.

El sendero hacia el centro comercial es relativamente cerca de casa, quince minutos aproximadamente en bus y treinta minutos si opta por ir a pie, siendo está última la manera en la que comúnmente viaja hacia su lugar de trabajo; pues el escaso dinero que gana como cajero en aquella juguetería del centro, poco le alcanza para costear su traslado, sin embargo, Kim Taehyung ama caminar al trabajo y observar su alrededor mientras lleva los auriculares puestos y escucha un par de canciones de Jazz que calman y alivian su corazón.

Además, el pensar que cada sacrificio que llegase a hacer es para brindarle lo mejor a su pequeño Jaemin le motiva a seguir, importándole poco el camino que llegase a recorrer, lo cansado que se llegase a sentir; pues su recompensa al volver a casa sería ver la sonrisa de su hijo, y sentir sus bracitos envolver su cuello mientras escucha aquellos «Te amo» que iluminan por completo sus días de completa oscuridad.

Una sonrisa moldea sus labios al Jaemin aparecer en sus pensamientos, pero tan pronto desapareció y la preocupación llegó una vez que el «bip» de su reloj de pulso marcó las nueve de la mañana, está en verdaderos problemas.

─¡Disculpe!, ¡Oh, lo siento muchísimo señor! ¡Con permiso, disculpe!

Lamentablemente no es la primera vez que se desplaza a pasos rápidos por la acera, haciéndose paso entre los peatones con agilidad para lograr llegar a tiempo al trabajo. Sabe que una falta más y su suspensión estará más cerca de lo que imagina, y sinceramente, no está preparado para ello, vamos, jamás lo ha estado, ahora más que nunca necesita de su trabajo, navidad está cerca y la ilusión por este año poder costear algo lindo para Jaemin es su más grande prioridad, pero pareciera que el destino se ponía en su contra poniéndole trabas. Pero, no es como si Taehyung se diera por vencido, ¡Por supuesto que no! Primero el destino se cansaba de intentar boicotear sus planes, a él de intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo.

El corazón late con desenfreno al la euforia crecer en su interior, correr entre la suave nieve y sentir el aire fresco helar su dermis es tan sublime, que no duda en desplazarse y dar saltitos a la par, acompañado de aquella característica sonrisa geométrica. Las personas que transitan a su alrededor le observan con una sonrisa en el rostro, debido a que es inevitable para ellos no contagiarse de su linda aura inocente y eufórica; porque así es Kim Taehyung, un chico encantador, lleno de vibras bonitas que transmite a todos a su alrededor.

Y cuando la luz diurna hace su aparición, él ya se encuentra frente al centro comercial, a unos escasos metros de aquella botarga colorida de Santa Claus que danza una suave canción navideña, saludando a los pequeños niños que salen del edificio acompañados de sus padres con bolsas repletas de juguetes.

─¡Ho-ho-ho! Pórtense bien que la navidad está cada vez más cerca...

─¿Señor Santa Claus? ─un pequeño niño se acerca a él, tomando el borde del pantalón, halando de éste─. Mi hermanita se ha portado mal los últimos días, ¿cierto que no le llevarás regalos a casita?

─¡Eso es mentira, yo me he portado bien Santa! ─añade ella en su defensa.

─¡Ho-ho-ho! Eso lo veremos después, faltan solo tres días para navidad, por lo que si ambos se portan bien y obedecen a sus padres, seguramente les llevaré todos y cada uno de los regalos que me han pedido.

A love for Christmas | kvWhere stories live. Discover now