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Pasaron dos semanas desde lo ocurrido con Wooyoung, Mingyu y las chicas. El director se encargó de informarle a la madre de Wooyoung sobre lo que había pasado. Afortunadamente, sólo tuvo una advertencia. Pero su madre sí que lo castigó. No le permitió ver a San por varios días. Wooyoung pensó que aquello era ridículo. San no era tan importante como para que sea un castigo no verlo... Eso creía. Pues ahí estaba, recostado en su cama aburrido. Extrañaba a San. Lo extrañaba mucho. Cuando su madre le dijo cual sería su castigo quedó confundido, pero ahora que lo piensa mejor, su madre era inteligente. Sabía que prohibirle ver al chico de ojos escurridizos era peor que todas las torturas medievales juntas.

Durante esos días comenzó a hablar más con Seonghwa por mensajes. Lo conoció bien. Le agradaba. Varias veces el rubio intentaba coquetear con él. Pero Wooyoung simplemente actuaba como si no entendiera lo que decía, no quería romperle el corazón, pero tampoco quería ilusionarlo.

Era lunes, así que Wooyoung se preparaba para ir a la escuela. Hoy por fin vería a San. Lo abrazaría muy fuerte al llegar. Sí, claro que lo haría.

—¡Wooyoung bebé, se hará tarde!

—¡Ya voy, mamá!

Bajó corriendo las escaleras y se juntó con su madre en la entrada de su casa. Esos días no fueron tan malos después de todo, ya que su madre consiguió trabajo en una pequeña tienda que quedaba cerca de su escuela, así que ahora podrían irse juntos.

De su padre no tenían noticias, el hombre se había marchado una noche y hasta el momento no había regresado. Chanmi se sentía feliz, pues estar alejada de su esposo era lo que necesitaba hace bastante tiempo.

Ambos caminaban juntos por la acera, Chanmi se permitía tomar la mano de su hijo, como si de un niño pequeño se tratase, Wooyoung no se quejaba. Le encantaba volver a tener esos tratos con su madre. Dejaron de hacerlo ya que su padre les decía que estaba criando a un maricon.

—¿Te gusta?

Preguntó su madre de la nada, mientras esperaban que el semáforo se ponga en rojo para poder cruzar.

—¿Quién?

Por supuesto que sabía de quien hablaba, pero prefería hacerse el desinteresado.

—San, ¿quién más?

—Pues... Es lindo.—Su madre lo miró alzando una ceja, sabiendo que su hijo tenía más que decir. Asintió con la cabeza, dándole a entender que podía hasta llorar si lo deseaba. Wooyoung tomó aire.— ¡Es perfecto, mamá! ¡Es hermoso! ¡Parece un Dios griego! Además, ¡es super respetuoso! ¡Una vez ayudó a una ancianita a cruzar la calle! ¿¡Entiendes que se alejó de sus amigos para ayudar a alguien!? ¡Y sus ojos! ¡Sus ojos, mamá! ¡Son lo más precioso que vi en mi vida! ¡Parecen un océano lleno de estrellas! Estoy enam... Me gusta.

Chanmi rió por la actitud de su hijo. Su alma se llenaba de alegría al escuchar a su hijo tan emocionado por alguien. Wooyoung nunca le presentó alguna pareja, pues este nunca le prestó atención a nadie. Sabía que su hijo tenía pretendientes, era un muchachito muy lindo. Pero Wooyoung tenía su mente en otro lado como para darse cuenta de las miles de chicas (Y chicos) que tenía detrás.

Finalmente, llegaron a la escuela de Wooyoung. Chanmi se despidió de su hijo con un beso en su naricita y siguió su camino hacia su trabajo.

Wooyoung miró hacia todos lados, buscando a esa persona. Lo encontró en aquel enorme árbol donde siempre se sentaban. Estaba junto a Jongho y Chaewon hablando, los tres reían. Tomó con fuerza las correas de su mochila y corrió hasta allí. Tomó impulso y saltó sobre la espalda de San, quien se apresuró a sujetarlo para no dejarlo caer.

Egoist || Woosan (REMAKE)Where stories live. Discover now