06

887 93 2
                                    

—¡Mierda, sí! ¡Te volví a ganar! —sonreía triunfante un chico de pelo rubio y delineado peculiar.

—Vete al carajo, Keigo. —le enseñó el dedo de en medio un ojiazul quien veía entre neutral y molesto a su amigo.

—¿Podrían callarse ustedes dos? — preguntó un ojiazul con irritación cansada en su voz. —Hacen mucho ruido, me aturden.

—¿No volviste a dormir bien, Shigaraki? —preguntó una chica rubia de lindos chongos, acercándose a su amigo para sentarse a lado de él.

—Se me acabaron mis pastillas para dormir. —explicó cambiando el canal de la tele una y otra vez por medio del control remoto. —Siento que no he dormido en años. —suspiró. —Y encima estos dos idiotas gritando e insultándose, es agobiante.

—Es culpa de Dabi que no sabe perder. —se defendió el rubio de bella sonrisa viendo a su amigo.

—Literal tú eres el que se la pasa gritando cada que gana, yo nada más digo que te vayas al infierno. —se alzó de hombros.

—¡Como sea! —exclamó molesto el peliazul. —Sólo cállense, parece que tienen cinco años. —rodó los ojos.

—Dabi es el anciano aquí. —se burló de nueva cuenta en rubio.

—Sólo tengo veintiséis... —comentó recordando que no hace mucho los había cumplido. —¡E igual! Soy mayor que tú por un año, no exageres.

—Sigo teniendo veinticuatro, hasta diciembre seré un año menor que tú. —corrigió Keigo con una leve sonrisa.

—Mierda... es verdad, estamos en nuestros veintes. —comentó la rubia de repente, sorprendiéndose por ese detalle. —¿En qué momento pasó tanto tiempo? ¡Recuerdo cuando apenas Shigaraki iba a cumplir los dieciocho!

—Y en unos meses, los veintitrés. —dijo sorprendiéndose igual, tomando de su botella de agua. —Literal eres la más joven de nosotros, Toga. —reconoció.

—Pero este año ya cumplo los veintiuno... soy una anciana.

—Cuidarás a Dabi cuando se ponga gordo y viejo, y tú seguirás teniendo la misma figura que ahora. —rió a carcajadas el delineado.

—Es cierto, ustedes salen. —el peliazul miró a los dos de sus amigos. —Qué asco...

—No seas celoso, Tomura. —dijo sonriente el pelinegro. —Literalmente gracias a ti nos conocimos Toga y yo.

—Pero no creí que terminarían así, si lo hubiese sabido ni se me ocurría en presentarlos, ahora soy el maldito mal tercio. —torció su boca. —Excepto cuando salimos contigo, Keigo, claro.

—Ahora me verán más tiempo si las cosas se ponen incómodas. —dijo viendo cómo la pareja se daba un beso bastante tierno.

—Ya veremos. —habló Dabi antes de volver a besar a su novia.

—Y a todo esto, Dabi. —habló Shigaraki de nuevo. —¿Cómo está Shoto? —preguntó dejando que el rubio desviara la mirada y pusiera un rostro serio. —No me ha dicho nada del tatuaje que le hice.

—Está algo ocupado, pero está bien, lo he visto algo feliz. —respondió después de haber soltado el labio inferior de Toga causando una pequeña herida en este.

—¿En qué está ocupado? —preguntó ahora la rubia, yendo hacia la cocina por un vaso de agua.

—Se unió a una banda. —contestó simple. —Creo van a competir en un concurso o algo así, ni siquiera él sabe bien. —apagó la pequeña consola entre sus manos para voltear a ver a su amigo. —Por eso no te ha dicho nada del tatuaje supongo, pero sí le gustó, está genial.

Are You Bored Yet? || Todobaku ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora