El Viaje De Maze: Recuerdos

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Pronto amanecería, pronto las tinieblas dejarían el cielo y la penumbra huiría ante la terrible presencia del arrogante sol.

Las criaturas de la noche no podrían salir, pero ya estábamos seguras bajo la nube de tormenta perpetua que resguarda los distintos bastiones del país de los vampiros.

Dalila y yo corrímos a través de fuertes vientos por las zonas muertas del campo de batalla que conforma la frontera entre las fuerzas de los hombres y de los monstruos, como nos llaman ellos.

Siempre ha sido así, exactamente en la frontera, la noche es una oportunidad para los vampiros de extender su territorio, de pelear contra los humanos, agotarlos y avanzar para que durante el día, estos recuperen parte de la tierra perdida en una guerra que ha durado ya más de un siglo.

Te hace preguntarte "¿Qué hay en esta frontera para que ambos bandos peleen por ella con tanta fiereza?".

Recuerdo los libros e historias de guerra de mi maestra y esta batalla pierde sentido, tantas formas de guerra, tantas maneras de atacar y en toda esta frontera se han concentrado los esfuerzos de ambos bandos por acabarse los unos a los otros.

¿Alguno de los bandos planea realmente ganar?

De cualquier forma, esto no era de mi incumbencia, debía ceñirme a mi misión ahora que llegué a la ciudad, justo a las puertas donde heridos y refugiados estaban siendo atendidos por médicos.

La escena era... Te hacía tragar saliva para no vomitar.

Vampiros con el cuerpo quemado, supurando sangre, con llagas amarillentas y ampulas blancas eran llevados en camillas hacia grandes y largas carpas; otros con miembros cercenados, apuñalados, muchos gritando con corazones desgarrados ante el dolor que actualmente no pueden parar.

Los vampiros siempre tuvieron una vitalidad mayor a la de los humanos, lo cual los vuelve más resistentes a morir, pero en muchos casos, también prolonga el sufrimiento.

No todos tienen un factor de regeneración tan fuerte como para ignorar cualquier herida, para regenerar miembros e incluso piel. Todo depende de la fuerza, de la pureza y del poder.

Lo segundo no suele ser un factor tan importante, pues un vampiro fácilmente puede aumentar la calidad de su sangre obteniendo la de otros con mayor pureza, el problema es que no todos logran convencer a los superiores de bendecirlos con tal azaña.

Recuerdo cuando me gané el mérito.

Fui transformada en un pequeño pueblo fronterizo, era una humana, o al menos eso recuerdo, ¿qué hacía?

¿Tenía una familia?

No he pensado en eso desde hace tanto tiempo.

¿Mi edad?

Me parece que unos veinte años... Pero eso solo lo sé por mi apariencia, la cual he conservado por... ¿Treinta? ¿Cuarenta?

Da igual, pensar en cuanto tiempo has permanecido sin el más mínimo cambio en tu aspecto es suficiente para volverte loca.

A veces quisiera cortar mi cabello y hacerme un cambio de imagen, pero este ya no crecería.

Al final, el cambio más positivo en mi vida fue ser comprada por mi maestra.

Antes de eso yo era una verdadera desgraciada... Bueno, no, antes de conocer a Dalila sí lo era.

Fui convertida por un vampiro de bajo rango, mi maestro le lamía las suelas a sus superiores y yo... Bueno, en mi caso todo era peor, pero servía obediente, no tenía otra opción; hasta no beber la sangre de su maestro o ser liberado por este, un vampiro podrá tener albedrío, pero muy poca iniciativa.

Reina Salvaje (Volúmenes 18 en adelante) Where stories live. Discover now