❑˚ ིྀ Chapter Nine.

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—Souya~ —canturreas su nombre, llamando su atención— Préstame atención

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—Souya~ —canturreas su nombre, llamando su atención— Préstame atención.

—Ya voy, espérame solo un momento más, ¿Si? —Souya levanta la cabeza de la libreta frente a él y te observa por un breve segundo antes de volver a ver el cuaderno que yace en la mesita de tu habitación.

—Has estado ahí desde que llegaste. —haces un puchero y te dejas caer de espaldas en tu cama, rebotando suavemente cuando caes debido al elástico del colchón.

Souya no responde pues está concentrado en el trabajo que debe hacer para el día de mañana, y prefiere tenerlo listo de una vez para no preocuparse por ello luego. Pero a ti eso no te gusta, él ha estado más de media hora ahí y eso te molesta; no es que quieras que baje su promedio pero quieres que su atención sea tuya, y sólo tuya.

Das un par de vueltas en tu cama antes de incorporarte nuevamente, aún sentada en la cama. Miras a un costado y observas a Souya, quien se ve algo afligido por el trabajo que está realizando.

—Souya. —tarareas nuevamente el nombre de tu acompañante, viendo como él suspira y sube la mirada para verte. Palmeas un espacio en tu cama, junto a ti, pero Souya niega con la cabeza.

—Estoy ocupado ahora, _______. —dice, volviendo a ver la libreta— Enseguida, espérame un minuto.

El puchero en tus labios crece y te dejas caer entre tus almohadas, dispuesta a esperarlo. Sin embargo, no pasan ni tres minutos cuando te incorporas, levantándote de tu cama. Caminas hacia Souya quien está tan concentrado en el trabajo que no es consciente de tus acciones.

Te haces de rodillas en el suelo, a su costado, y llevas una de tus manos a su mejilla, girando su rostro para que te observe.

—¿Ya me pondrás atención? —cuestionas, otra vez.

Souya suspira, pero ves como su expresión se suaviza un poco antes de dejar la libreta a un lado y asentir con la cabeza a tu pregunta.

—Mi atención es toda tuya ahora. —afirma, dejando el lápiz sobre la mesita.

Tu expresión se ilumina al escucharlo y te levantas del suelo, levantándolo a él contigo.

—¡Bien! ¡Quería mostrarte algo! —voceas con emoción, sin borrar tu sonrisa.

Tomas la mano de Souya y lo llevas contigo a algún lado de tu enorme habitación. Te detienes cuando llegas a una pared en específico y te acercas a la pared, tocas la misma con la yema de tus dedos, pasando tus dedos por toda la pared, como si estuvieras buscando algo.

—¿Qué haces? —interroga Souya, frunciendo su ceño con confusión al verte— ¿Buscas algo?

—Sí, algo así... —dejas la frase al aire, cuando de repente se escucha un suave "Clic"— ¡Ah, ya lo encontré!

La expresión de Souya desencaja en confusión y asombro cuando ve como una parte de la pared se abre hacia afuera ligeramente, como una puerta. Tú tomas aquella puerta y la abres por completo antes de girar a verlo sonriente.

—Sígueme. —le indicas antes de entrar por la puerta, yendo al lugar que lleve la misma.

Souya lo piensa, obviamente siente algo de terror pero su curiosidad es más, así que, al igual que tú, pasa por la puerta.

No puede evitar asombrarse cuando ve el lugar en el que se encuentran, es una habitación, una habitación llena de pinturas, aerosoles, brochas, entre otras cosas. Sin embargo, lo que más le asombra y encanta son los dibujos y cuadros de pintura que están repartidos por la habitación, incluso tirados en el suelo sin orden alguno.

—¿Qué es.. Este lugar?

—Bienvenido a Daydream. —extiendes tus brazos, presentándole el lugar con una sonrisa— También puedes decirle habitación de ensueño o dibujos de ensueño. Llámalo como quieras, en realidad no importa.

—¿Por qué hay un cuarto así en tu habitación? —cuestiona nuevamente, pero tu sólo puedes alzarte de hombros por su pregunta.

—No lo sé, esta habitación la encontré una vez por casualidad y desde entonces podría decirse que este es mi "lugar secreto". —haces comillas con tus dedos cuando dices eso último— Aquí suelo venir cuando quiero.. ¿Escapar? Del mundo.

—¿Y esas pinturas? ¿Quién las hizo? —pregunta, acercándose a una de ellas.

En aquella pintura está una persona, una mujer, que está siendo sostenida por un delgado trapo que parece que poco a poco se rompe y en la parte inferior hay un enorme circulo negro, Souya lo asimila como un agujero negro o algún hueco que lleva a la desesperación debido a las innumerables "almas pérdidas" que se vislumbran.

—Oh, las pinturas las hago yo, este es mi pequeño e insignificante pasatiempo. —aclaras, alzándote de hombros. Después le sonríes y te acercas a él— ¿Sabes? Tú eres la primera persona a la que traigo a este lugar.

—¿En verdad?

—Mhm... —asientes con la cabeza, sin borrar tu sonrisa.

—¿Y por qué me traerías a mí a un lugar tan especial para ti? —indaga nuevamente el peli-azul, bajando ligeramente la mirada.

Te quedas en silencio ante su pregunta y eso sólo hace que los nervios y la inseguridad de Souya crezca, ¿Acaso es todo esto un maldito juego? ¿Por qué decidiste jugar con él?

—Me perteneces, ¿Lo recuerdas? —tomas su mentón, obligándolo a alzar un poco la cabeza para que te observe. Sus ojos y los tuyos se encuentran y tú le sonríes ampliamente— Y tú, eres la primera compañía a la que quiero pertenecerle.

Y a pesar de tu respuesta, las dudas persisten, ya que fue un tanto inentendible para él. Pero, pese a eso, se siente extrañamente feliz por tus palabras...

 Pero, pese a eso, se siente extrañamente feliz por tus palabras

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