➻ ❝ Cᴏᴍᴘᴀɴʏ Kɴɪɢʜᴛ.. ❞ | ѕσυуα кαωαтα/αηgяу χ ℓє¢тσяα.

❑˚ ིྀ Chapter Twenty

Se remueve un poco en su cama, no pudiendo sacar aquel detalle de su cabeza. No pudiendo sacarte a ti de su cabeza. La expresión en tu rostro cuando hablaste con tu madre, de alguna manera, le revolvió él estómago.

No le gustó... Para nada.

Suelta un suspiro, hundiendo su rostro en su almohada, queriendo sacarte a ti y cualquier cosa relacionada contigo de su cabeza.

—¿Qué... Le habrá dicho su madre? —murmura, cerrando un poco los ojos.

—¿Así que te quedarás ahí como idiota? —escucha a su hermano preguntar. Abre los ojos y lo observa, frunciendo un poco el ceño por sus palabras.

—¿Eh?

—Te preocupa _______, ¿No? —cuestiona el mayor, Souya asiente suave y lentamente con la cabeza— Entonces ve a verla.

—No creo que deba meterme en sus asuntos familiares...

—Esto no se trata de "asuntos familiares", Souya. —Smiley gira a verlo, buscando un abrigo en su armario— Se trata de ti, de lo que sientes, así que no seas tonto y ve a buscarla.

—Yo... —balbucea Souya, pensando en las palabras de su hermano— ¿Tú a dónde vas?

—Me hicieron una llamada importante, no tardaré. —Nahoya camina hacia la puerta de la habitación— Nos vemos después.

Y así, el mayor sale de la habitación en dirección a la puerta principal. Souya vuelve su mirada a las tablas de la cama superior a la suya, observando aquellas tablas con poco interés.

Él... En verdad quiere verte...

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—Lo lamento, la señorita no está. —comenta una de las empleadas del lugar, abriendo un poco más la puerta— Pero si es muy importante puede pasar a esperarla en el salón.

—Sí, gracias.. —susurra Souya, adentrándose lentamente en aquella casa.

A pesar de ya haber estado ahí varias veces en los últimos meses, en ese momento le es extraño entrar. Por lo general, no único que hace allí es dirigirse a tu habitación en donde te encuentra haciendo cualquier cosa antes de su llegada, cosa que siempre dejas a un lado cuando lo ves.

Sacude suavemente la cabeza, como si aquello sacara ese pensamiento de su mente. Un par de pasos más y finalmente llega al salón, que, por suerte, está vacío.

O eso creía hasta que vio la figura de tu padre sentado en uno de los sillones individuales, leyendo algún libro.

Souya se queda quieto, pensando en qué debe hacer, si debería irse o debería quedarse. No mucho después decide que la primera opción es la más favorable así que se da vuelta, dispuesto a irse del lugar; sin embargo...

—¿Buscabas a _______? —murmura tu padre, haciendo que, de manera automática, él detenga su paso.

Souya se gira un poco, observando la parte trasera del sillón; junta sus manos y comienza a jugar con ellas, dudando en responder.