Treinta y ocho.

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El Lunes por fin había llegado, después de que tanto Jimin como Jungkook ansiaran saber la condición de su bebé, para estar tranquilos sabiendo que las cosas estaban bien.

Jimin se había arreglado para ir a clases con una sudadera del alfa, como ya era costumbre, solo que está vez tuvo que estar listo desde las siete de la mañana, pues su cita con el ginecólogo era a las siete y media.

—¿Entonces vas a desayunar con Jungkook?— Preguntó su mamá, sugerente.

—Sí, mamá. — Mintió.

Para su suerte, se salvó de la plática a cerca de su nueva cercanía con el alfa, pues este le avisó que ya estaba afuera.

—Que les vaya bien, cielo. — Se despidió su madre una vez este le dió un beso en la mejilla, para después salir.

Jimin salió, y lo primero que sus ojos vieron fue a Jungkook sosteniendo la puerta del copiloto, invitándole a entrar.

—Hoy manejo yo.—Anunció mientras Jimin se metía en el vehículo.

Una vez cerró la puerta y entró a su respectivo lugar fue que arrancó, sin querer perder tiempo.

—¿Estás emocionado? Yo sí.— Comentó el alfa, haciendo notar su estado de ánimo.

—Lo estoy, pero también tengo sueño.— Respondió el rubio, bostezando.

—Encontraremos una hora libre para que descanses.

El rubio volvió a bostezar y se acurrucó en el asiento.

—¿Quieres desayunar?— Le cuestionó.

Jimin inmediatamente se acomodó en su asiento, asintiendo con emoción.

—¡Sí!, quiero donas.

—¿Donas? De acuerdo.— Jungkook pensaba que era muy temprano para algo tan dulce, pero no iba a discutirlo, no después de ver la emoción del omega por comer donas.

Fue así que pararon de paso en una panadería que tenía las mejores donas de la ciudad, las cuales también eran las más caras.

Jungkook se bajó y volvió con cuatro donas distintas en un recipiente de plástico desechable.

Jimin las admiró, dos de chocolate con nuez, una de azúcar glass, y otra más de chocolate con trocitos de chocolate extra.

—¿Cuatro?—Cuestionó.

—Una es para mi.

—Son demasiadas para mi.

—Podemos guardarlas.— Dijo una vez arrancó el auto.

Jimin asintió, empezando a comer una de chocolate con nuez.

—¿Algo para tomar?

El omega asintió lentamente.

Y así fue como Jungkook tuvo que parar en un super express para comprar la leche de chocolate que Jimin quería, junto a un café para si mismo.

—¿Seguro que no te va a empalagar tanto chocolate?— Preguntó al entregarle la bebida.

Jimin negó, bebiendo del popote.

Jungkook solo pudo sonreír al ver la felicidad con la que Jimin comía su dona.

Fue cuestión de diez minutos más conduciendo para que ambos al fin llegaran a su destino. La clínica.

Jimin se había sentido mal acerca de que habían elegido una clínica que era privada y sumamente costosa, pero los padres de Jungkook habían dicho que ellos pagarían su consulta, pues era un lugar de confianza debido al buen trato que le habían dado a su nuera.

Reason || Kookmin OMEGAVERSEحيث تعيش القصص. اكتشف الآن