Cap. 1

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— ¡Mérida!
Escuché a lo lejos a alguien mencionar mi nombre, busqué rápido con la vista a todos lados tratando de encontrar de donde me habían llamado hasta que la vi.

«¡Por Dios!, Qué alta y delgada es!»

Jisoo. La conocí por las redes sociales mientras buscaba a un tutor para aprender a hablar coreano. Al principio solo sabía escribirlo y estaba aprendiendo a leer, pero necesitaba a alguien que me ayudara a avanzar en la parte oral, alguien que me mostrara cómo pronunciar bien las palabras y la conocí a ella. Ella me escribió aceptando ser mi tutora, desde ese día nos empezamos a conocer a través de mensajes tanto de textos como de voz y videollamadas. Luego con el paso de los meses nos volvimos muy amigas y con el paso de un año mejores amigas.

Un día, por videollamada le expliqué porque quería aprender su idioma nativo. Le dije que me interesaba mucho el kpop, los Doramas y su cultura. También le dije que esperaba viajar a Seúl porque quería conocer muchos lugares que veía a través de las redes y porque quería ir al museo de big hit entertainment, ya que me gustaba mucho el grupo de BTS, así que me dijo que, si algún día iba a Corea del Sur, le avisará con tiempo para pasar por mí y así poder vernos en persona.

Me agradó la idea, así que empecé a ahorrar dinero del trabajo que tenía. Mi madre y mi mejor amigo me ayudaron también con lo que necesitara, pues era de una familia con bastante dinero y podía usar la cantidad que quisiera. Unos meses después de tener el dinero suficiente, hablé con Jisoo unos días antes de irme y planeamos todo lo que haríamos al llegar a Corea del Sur y así sucedió. Tres días después ya estaba de camino a Corea, jamás había viajado en avión así que estaba un poco nerviosa y asustada antes, durante y después del vuelo. En cuanto bajé del avión, le escribí a Jisoo y le dije la ropa que traía puesta para que me reconociera más rápido. Unos minutos bastaron para que me viera llegar, yo miraba a todos lados buscándola mientras miraba por segundos el celular con una foto de ella en la pantalla.

Ella estaba a una distancia no tan larga de mí, agitaba sus brazos en el aire sonriendo. Me acerqué corriendo con las maletas en mano hasta a ella.
Llevaba puesto una camiseta blanca lisa, unos jeans con pequeños rasgados en la parte de las rodillas y unos vans negros que combinaba a la perfección. Su cabello era castaño, sus ojos rasgados y brillosos se hacían cada vez más pequeños mientras sonreía.

— ¡Hola! — dije en cuanto la tenía lo suficientemente cerca para que me escuchara.

Teniéndola a una distancia favorable, podía decir que es más alta que yo, su sonrisa era muy linda como ella y su piel era más pálida que en las fotos.
Quería abrazarla cuando la tenía a un metro de distancia, pero recordé que los coreanos son muy tímidos, que no saludan de besos y abrazos, sino con una inclinación de cabeza hacia abajo para mostrar respeto. Y así hice, cuando la tenía cerca, incliné mi cabeza hacia abajo y la saludé. Ella sonrió al ver mi acción, no sé si fue por mi torpeza al decirle hola en coreano o por la inclinación de cabeza.

— ¡Hola! ¿Qué tal estás?

— Estoy bien, con un poco de sueño, pero bien.

— No te preocupes, eso es normal cuando alguien de otro país viene a Corea. — dijo entre risas. — Eso sucede por el cambio de horario.

— Si, ¿verdad? Debe ser eso.

Nos quedamos sin decir nada unos segundos hasta que me miró como si buscara algo.

— ¿Necesitas ayuda con eso? — preguntó señalando las maletas que traía en las manos y la mochila que tenía sobre los hombros.

Dudé un momento, pues soy un poco tímida con las ayudas, pero después de unos segundos asentí.

Mi Para Siempre || PJM Where stories live. Discover now