Cap. 17

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No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, Jimin, el chico carita de ángel del que me había enamorado perdidamente me estaba pidiendo matrimonio.

— Pero Jimin... Sabes por lo que estamos pasando en estos momentos, ni siquiera hemos cumplido el año.

— No importa. Si le demostramos que nos queremos de verdad, que YO te quiero de verdad, entenderán que no hay necesidad de raza o idioma, que eso es solo una excusa para el amor. — explicó.

Lo miré algo dudosa. — Pero ¿y si no me aceptan? ¿Y si ninguno de ellos me acepta junto a ti, qué haremos?

Él se acercó a mí. — Una vez me dijiste que las cosas que hacía solo tenían que importarme a mí, a nadie más.

Tenía razón. Jugué con mis dedos, algo pensativa. No sabía qué decirle, era mi sueño el querer casarme con él, pero ahora que estamos en esta realidad y situación, me hubiera gustado que sucediera en otra ocasión.

— ¿Y?, ¿qué dices? ¿Aceptas casarte conmigo? — volvió a preguntar.

Sus ojos brillaban como la luna, amaba perderme en su mirada y su sonrisa inocente. No podía decirle que no, lo amaba tanto como él a mí o más. Lo quería a mi lado para siempre.

— Está bien. Acepto. — respondí feliz.

Los chicos entraron luego de haber dicho mi respuesta.

— ¡Dios! Por un momento pensé que no aceptarías. — mencionó Hoseok entrando detrás de Namjoon.

— ¿Solo tú? Yo andaba rezándole al cielo para que le dijera que sí. — le siguió Jin.

— Pero al final, terminó aceptando que es lo importante. — Taehyung se detuvo a mi lado mirándome con una sonrisa en su rostro. — Felicidades, oficialmente eres mi cuñada. ¡Ven acá!

Y terminó abrazándome. Luego los demás le siguieron la corriente y terminamos todos en un abrazo. Fue lindo.

— Y, ¿Cuándo será la boda? — preguntó Yoongi desde donde estaba sentado. El pelinegro cruzado de las piernas y brazos nos miró serio.

Jimin y yo nos miramos. — La verdad no sé, cuando ustedes quieran. — dije.

— Pero si es tu boda, no la nuestra. — Jungkook entre risas comentó.

— Primero tenemos que ir a donde mis padres y presentarla con ellos. Luego pensaremos en una fecha. — Jimin me tomó de la mano. Me miró sonriendo y luego pasó a mirar a los chicos. — Todo saldrá bien, lo prometo.

Todo saldría bien, eso me había prometido Jimin luego de pedirme matrimonio. Durante el tiempo que llevábamos juntos nos prometimos muchas cosas, una de ellas y la más importante fue en la que nos prometimos estar siempre juntos, sin importar lo que sucediera. Tenía miedo de que esa promesa se desvaneciera ahora que sabíamos que nos separaríamos por un largo tiempo. Tenía miedo de que nos olvidáramos el uno del otro, de que ya no hubiera de que hablar, de que el amor y el sentimiento que teníamos al principio se desvaneciera con el paso de los días.

Los días... Estos fueron pasando como si quisieran que mi pequeño ángel y yo no estuviéramos juntos, como si lo nuestro no debía haber tenido principio. Jimin y yo estuvimos tratando de vernos con más frecuencia y por mucho más tiempo que antes sin que nadie se enterara. Intentamos vernos en su casa o en la de Jisoo cada que podíamos, tratamos de mantener encendido el amor y el cariño que decíamos tenernos hasta que llegó la noche antes del día antes de irme.

Jimin y yo estábamos en el patio trasero de la casa de Jisoo, pues ésta había decidido dejarme la casa sola para que pudiera tener una noche tranquila junto a Jimin, mientras ella se quedaba con Christopher. Jimin y yo estuvimos solos desde temprano, el pelinegro había decidido no ir a trabajar ese día, le había rogado que no hiciera que hubiese sospechas, pero cuando está decidido a hacer algo, no hay quien le quite eso de la cabeza. Así era mi Jimin, decidido y algo terco. Eran las ocho cuarenta y tres de la noche, estábamos sentados bajo una manta sobre el pasto del jardín, la noche estaba iluminada por la luz de la luna y por las resplandecientes estrellas, el clima estaba fresco. El árbol a unos metros de nosotros se dejaba llevar de la suave brisa que hacía. Jimin estaba a mi lado contemplando el hermoso cielo y yo lo contemplaba a él. El chico que estaba distraído frente a mí, notó el peso de mi mirada sobre él y rápidamente me miró.

Mi Para Siempre || PJM Where stories live. Discover now