Cap. 4

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[Actualmente]

— ¡Jisoo, muévete! Se nos hará tarde.
— Todavía hay tiempo de sobra, no molestes.
Minutos. Era lo que faltaba para verme con Jimin, que ¿cómo sucedió? Pues resulta que mientras estuve hablando con Namjoon me atreví a pedirle el usuario de Jimin a él para que así sucediera lo que pasará en unos minutos. Me di tres días para poder decirle que fuéramos por un café recordando que a mí no me gusta el café, pero... Bueno, allá pido otra cosa.

En fin, estaba terminando de vestirme al igual que Jisoo, mi hermosa compañera de vida, maestra de idiomas y mejor amiga. No encontraba mi collar plateado con un pequeño árbol como diseño y me estaba volviendo loca, amo ese collar y casi nunca me lo quito, pero hace una semana me lo había quitado para dormir y no sé dónde rayos lo puse.

— Jisoo, ¿has visto mi collar que tiene un pequeño árbol? — fui hasta su habitación y frente a la puerta le pregunté.
Ella me miró confundida dejando de hacer lo que hacía. — No, no lo he visto, ¿por qué? ¿Acaso lo volviste a perder?
— ¡¡Aaah!! — me quejé berrinchuda. — ¡¿Dónde puse esa estúpida cadena?!
— Te ayudaré a buscar en un minuto, dame un momento. — terminó de pintar sus labios de un rosado natural y camino hacia mí. — El día que o pierdas algo, cambiaré mi nombre. Camina.
Y fui detrás de ella. Les había mencionado que Namjoon y yo tenemos muchas cosas en común, ¿Cierto? Pues ésta era una de esas cosas. Mientras que él perdía a cada rato sus auriculares, yo perdía cualquier cosa que tuviera en las manos, nunca sabía dónde las ponía y ese era mi problema; mi memoria.

Siempre olvido cualquier cosa, ya sea algo que haya dicho hace unos minutos como algunas cosas importantes, por eso estuve tratando de mejorar algunos aspectos sobre mí, trato de ser ordenada, de escribir todo en un bullet journal o si no en notas del celular.

— Mérida, ¿este es el collar? — Jisoo de pie frente a mí, con un collar plateado que tenía un pequeño árbol como diseño, en manos me preguntó.
Sonreí inocente y me acerqué hasta ella. Tomé el collar de sus manos, lo miré y volví a mirarla a ella.
— Gracias, jiji.
Jisoo rodó los ojos y con un gesto de burla volvió a su habitación.

[...]
— Bien, te voy a acompañar solo por hoy, después si te vuelven a invitar a salir, irás sola. — la chica delgada con una expresión seria en su rostro mientras conducía dijo: — Solo tienes que decirle que pase a la casa por ti y que te traiga también, así no te perderás ni serás secuestrada como piensas.
— Sí, señora. — yo toda juiciosa solo asentía. — Lo que usted diga.
— Y no me digas señora, puede que sea mayor que tú, pero tampoco es para exagerar.
— Como usted diga seño-, madame.
Las dos reímos ante mis ocurrencias y escuchamos música durante todo el camino. Una vez llegamos a la cafetería salimos del auto en dirección a ésta.
— Bien, sé que estás nerviosa, así que cálmate. Respira profundo y relájate. — Jisoo trataba de que me calmara haciendo los gestos de cómo debía tomar respiración.
Seguí sus instrucciones, inhalé y exhalé como me lo indicó, pero seguía igual.

— Si quieres yo te puedo dar un tour y enseñar la ciudad. — me dijo en una forma un tanto pícara mientras me miraba y sonreía.
Yo sólo sonreí y agaché la cabeza, para mirar mi taza de té de manzanilla la cual se estaba enfriando. Habían pasado unos veinticinco y solo había tomado tres sorbos de él por estar toda embobada con quien tenía frente a mí, parecía un sueño, un sueño que se estaba haciendo realidad y me sentía muy feliz por eso. Tanto que quería gritarle a todos lo que estaba sucediendo, estaba saliendo con Park Jimin, ¡¡PARK JIMIN!! ¿Lo pueden creer? Porque yo aún no lo podía ni siquiera asimilar.

Estábamos sentados frente a frente, mirándonos como dos enamorados, solo que aquí yo era la enamorada y él pues era solo el chico que me tenía así. Estábamos en una cafetería donde n iba mucha gente y quedaba un poco lejos de su trabajo. La cafetería era bonita tanto por fuera como por dentro, tenía un estilo aesthetic que atraía a cualquier persona que la viera, pero no cualquier persona entraba ahí porque era un tanto cara. Literal, todas las cosas que vendían ahí costaban casi un riñón, pero él me había invitado a la cafetería, aunque que fue porque mi amiga se lo pidió, porque algo así no podía estar sucediendo así por así. Ella sabía que me gustaban mucho los chicos de BTS, pero el que me traía loca y babeando de amor era él, Park Jimin.

Mi Para Siempre || PJM Where stories live. Discover now