45 - Porque yo soy tu veneno

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Barcelona, jueves 7 de septiembre del 2022

Abro los ojos y suspiro. Gavi no está a mi lado, se fue bien temprano y si todo sale bien, hoy será el día en el que por fin le podamos decir adiós a la idiota de la influpollas. Me levanto de la cama y abro la ventana para que se ventile la habitación. Me estiro un poco y voy directa al baño para darme una ducha. Abro el grifo y mientras que el agua se pone caliente, enchufo el altavoz y me pongo a Anitta de fondo.

Me quito lentamente la camiseta de mi novio y sus boxers. Desde que tengo algo de tripita, duermo con su ropa, me siento más cómoda. Para salir a comprar y a pasear, me pongo su ropa vaya. Pablo es más alto que yo, pero no es que me saque mucho la verdad. Su ropa me queda ancha, pero nada del otro mundo.

Me meto en la ducha y dejo que el agua caiga por todo mi cuerpo. Últimamente Pablo y yo nos duchábamos juntos. Él me lavaba el pelo y luego me lo secaba con el secador. Me está mimando muchísimo.

Salgo de la ducha media hora después y me pongo el albornoz. Escucho la puerta de casa cerrarse lo que indica que el sevillano ya está aquí. El corazón me late muy deprisa, no aguanto más con esta incertidumbre que siento. Todos mi instintos me afirman que el tema Blanca ha finalizado y que por fin Pablo es libre. El único que quedaría pendiente del hilo sería Nico, pero él de momento está bien. Su chica dejó que hacerle caso hace unos meses y él está viviendo la vida loca. Tiene carita de bueno, pero es un toro bravo. Deja huella por donde pasa, sin duda alguna está hecho todo un casanova.

-Amor-escucho a Pablo desde las escaleras.

Salgo del baño y me pongo en la puerta de la habitación mientras lo observo resoplar. Siento un nudo en la garganta muy fuerte, casi no puedo respirar de la presión que estoy sintiendo. Gavi tiene esa expresión facial tan característica y yo me llevo los dedos a la boca nerviosa perdida.

Deposita un beso corto en mis labios y pasa dentro de la habitación. Se quita la camiseta y se deja caer en la cama. Ay mi madre, que diga algo que me va a dar algo.

-¡Pablo Martín!

-Silenita, todo esto-se señala por completo y apena el rostro-, es todo tuyo sin nadie de por medio.

Yo lo mato, el susto que me ha dado el gilipollas de turno. Me acerco a él y me coloco entre sus piernas. Desata el albornoz y lo deja caer al suelo. Pone sus manos en mis caderas y comienza a darme besitos por toda la tripita.

-Quiero grabar un vídeo y zanjar el tema por una vez por todas. Quiero hacerlo antes de que lo haga Blanca.

Asiento y me separo un poco de él. Cojo una camiseta larga y me visto porque estando en bolas se me desconcentra y no es plan ahora mismo.

-Sí quieres te grabo yo-me siento sobre sus piernas y le doy un beso mientras que le acaricio el pelo.

-Quiero hacer pública nuestra relación, quiero pasear por Barcelona cogidos de mano, quiero besarte en cualquier sitio y quiero que todo el mundo sepa que voy a ser padre-me mira con desesperación en los ojos y yo no sé que decirle-. Te amo Silene y quiero que todo el mundo lo sepa.

Junto mi cabeza con la suya y mis labios chocan contra su mejilla. Le doy besitos por toda la cara y cuando llego a los labios me detengo más de la cuenta en ellos. Pablo abre la boca y su lengua se mueve desesperada en busca da la mía.

-¿No crees que ya lo has hecho público?-lo miro a los ojos mientras hago referencias a todas las fotos mías que ha subido a Instagram en el último mes.

-Pero quiero hacerlo con palabras no con hechos, a veces los hechos se pueden llegar a malinterpretar Silene. Y yo llevo un año lleno de malinterpretaciones y ya estoy cansado de que especulen de mí. No puedo más, siento la presión dentro de mí y me he llegado a replantear dejar el fútbol.

8534 𝒌𝒎 ▪︎ 𝑷𝑨𝑩𝑳𝑶 𝑮𝑨𝑽𝑰Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt