47 - Un trío, una apuesta y un lamento

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Barcelona, lunes 7 de noviembre del 2022

-Deja de mirarme el culo Nicolás-me quejo en cuanto me bajo del coche.

-Más quisieras tú Gavira.

Le hago burla y saco las llaves de mi casa. Suspiro solo de pensar todo el tiempo que voy a estar sin Silene. Hace tan solo unas semanas que Luis Enrique dio la lista de convocados para el Mundial de Qatar y tanto Nico como yo hemos sido convocados con la absoluta.

Tanto Silene como yo sabíamos que esto podía pasar, pero al llevar desde agosto juntos las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, ahora nos es muy duro separarnos. Y encima la dejo embarazada de veinticinco semanas aunque no va a estar sola. Va a estar su madre que se vienen toda su familia a pasar estas dos semanas con ella. Luego si todo va bien, todos junto a mi familia pondrán rumbo a Qatar.

-Te espero aquí Pablito-Nico se deja caer en el sofá y yo subo lentamente a la segunda planta de nuestra casa.

Silene está organizando la ropa de Roma. Claire y ella se volvieron locas el otro día, vaya la niña tiene ropa hasta para cuando haga la primera comunión. Eso sí, todo divino, todo súper pijo y todo más mono que nada. Envidio el poder de Silene de encontrar ropa tan chula, últimamente es ella la que me compra la ropa.

Escucho música al fondo y me acerco lentamente. Cierro los ojos al escuchar esa melodía. Eras tú de Merche. Esa canción la escucha siempre que se acuerda de su hermano. Silene no canta bien, pero esa canción le sale especialmente bien. Supongo que será de las veces que la ha escuchado. Me acerco lentamente a la puerta y me apoyo en el marco de la puerta mientras me paso la mano por el pelo.

-Eras tú, quien me dio más abrazos en los malos momentos, quien guardaba mis grandes secretos y disfrutaba con solo verme feliz-canta mientras mira todo lo que se trajo de Brasil de su hermano.

Se ha puesto la camiseta de la selección brasileña y tiene todo el rímel corrido debido al rato que lleva llorando.

-Eras tú, quien creyó que la música era más que mi sueño y esta voz que ya no tiene dueño te cantará siempre a ti. Eras tú-deja caer un suspiro.

Al esta de espaldas a mí no me ve así que camino lentamente hasta abrazarla por detrás. Mis manos rodean su cuello y deposito un beso sonoro en su moflete. Silene cierra los ojos al sentirme cerca y sus manos van directas a las mías.

-Ha sido un momento de debilidad-suspira-. Yo solo venía a por unas cajas y he visto esto...

-Eh eh amor-le beso los labios y hago que me mire fijamente a los ojos-no te disculpes nunca por algo que tenga que ver con tu hermano. Tienes todo el derecho a llorar, a reír, a pensar en él cuando tú quieras. Me enfadaría si no lo hicieras. Paulo tiene que estar siempre presente en ti, pero de forma sana. Si te olvidas de él entonces, ¿donde queda el amor?

Mi novia me mira a los ojos y poco a poco va juntando sus labios hasta que los une a los míos. Me da un beso corto y me dedica una leve sonrisa.

-Anda vamos a bajar que no quiero que Nico esté mucho tiempo solo por ahí abajo.

-Ni que nos fuera a robar Silene.

-Vete tú a saber lo que está haciendo-la ayudo a ponerse de pie y tras cerrar la puerta de la habitación bajamos hasta la planta baja de la casa.

Nico, como no, está con el móvil mirándose en la cámara interior como el egocéntrico que es. Hace dos semanas que se le acabó el contrato y siento que se aburre demasiado. Ahora más que nunca está pasando el rato en nuestra casa. Duerme aquí cuando quiere y por la mañana nos vamos juntos al entrenamiento. Es raro porque entre los tres hemos forjado algo más que una amistad y siento que nos estamos precipitando.

8534 𝒌𝒎 ▪︎ 𝑷𝑨𝑩𝑳𝑶 𝑮𝑨𝑽𝑰Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz