Setenta y siete.

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Todos me preguntaban por qué alguien como yo estaba con alguien como ella. La veían como algo que no estaba a mi altura. Yo solo apretaba los labios y decía para mí mismo: Si tú supieras que soy yo quien no está a su altura. Que cada día le doy gracias por seguir ahí junto a mí sin importar todo lo malo que le he hecho. Siempre le hago daño, siempre la decepciono, siempre tengo que verla llorar después de regresar de una noche de andanzas, pero siempre la vuelvo a encontrar junto a mí. No importa que sea yo la piedra con la que tropieza vez tras vez, la piedra que la lastima, siempre la vuelvo a encontrar junto a mí, sonriendo y diciendo que me perdona. Entonces sí, soy yo quien no la merezco y quien nunca la va a merecer, pero, aunque sea injusto, soy yo el hombre que ella ama por encima de todo, el hombre al que siempre le cede otra oportunidad aún sabiendo que la volveré a lastimar.

Todo lo que calla el alma (Libro 1) EDITANDO Where stories live. Discover now